sábado, 15 de septiembre de 2012

Tambien le llegó la crisis



Hacía días que se le veía solo y triste. Se sentaba en un banco en la plaza del pueblo y no hablaba con nadie. Todos lo conocían pero no se acercaban a hablar con él. La mirada perdida, ojos lagrimosos y el cuerpo cada vez más encorvado.

En otra época fue una de las personas más importantes, respetadas y queridas. Empezó a trabajar con catorce años y cuando su padre, maestro y antecesor en el cargo falleció, él pasó a formar parte de los empleados del ayuntamiento, heredando de alguna manera una profesión que en este municipio se transmitía de padres a hijos.

Veinticuatro horas, todos y cada uno de los días del año. No importaba el momento ni la ocasión, siempre dispuesto. Solucionaba problemas y la gente se lo agradecía con el corazón. – He hablado con los familiares  de los vecinos de tu madre y me han dicho que no volverá a ocurrir. Gracias Manué. –Los papeles para el cambio ya lo tenéis en la oficina de la alcaldesa. Gracias Manué. –No te preocupes, te dejo las llaves en la hornacina de la entrada y   tú entras cuando quieras para arreglar lo de tu abuelo. Gracias Manué.  – Yo me encargo de tenerlo encalado para el aniversario. Gracias Manué. 

Esta puñetera crisis también llego al pueblo. Aún recordaba las palabras de la alcaldesa el día que le comunicó su prejubilación.

-Mire usted Manué, como bien sabrá, la anterior corporación efectuó una serie de gastos inútiles con el dinero que recibió  para el progreso de la comarca. Ahora este equipo municipal  tiene el deber y la obligación de rentabilizar esas inversiones. En base a esta rentabilización y después de un exhaustivo estudio, no vemos en la necesidad de prescindir de algunos servicios que presta el ayuntamiento. Como también usted sabrá la mentalidad y los habitos de nuestros vecinos, así como la calidad de vida y longevidad de los mismos, han cambiado mucho de un tiempo a esta parte. Usted lo sabe, Manué, cada vez fallecen menos vecinos y los que lo hacen, sus familiares deciden incinerarlos. Cosas del adelanto. Tenemos que capitalizar el horno crematorio y es por lo que hemos decidido suprimir la figura del enterrador. ¡Pero no me mire usted así, el horno lo compró el anterior alcalde!

Manué se acerca de vez en cuando, si su tristeza se lo permite, a su viejo lugar de trabajo. A las afuera del pueblo, en la vieja carretera que lleva hacia el naranjal que en las noches de primavera perfumaba de azahar el camposanto, está el nuevo edificio. De piedra de granito gris, nada de tapias encaladas y adornadas de hiedra.
Pero lo que más le duele a Manué, más que su repentina jubilación, más que la gente no se quiera enterrar, es la placa metálica, con el logotipo de la norma ISO 9001, que reza en un costado del horno crematorio:

 Topf & Sohne
Erfurt (Deutschland)

Ahí sigue Manué, en la plaza del pueblo, solo y triste, acordándose de la mentalidad europea, de la tecnología alemana, de la Merkel, de la crisis, de los alcaldes modernos, esperando que por lo menos, la madre que los parió a todos,   tenga sus huesos en un buen nicho como Dios manda.


¡¡ Llevátelo a papel !!

20 comentarios:

  1. Respuestas
    1. ¿Solo la Merkel? Anda que no hay políticos por aqui que se merecen una patadita en ciertas partes, pero para hecharlos del sillón.
      Un abrazo.

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  2. Naranjito, como siempre de arte, lo haz clavao.Encima el hornito tenía que ser alemán.Un abrazo amigo.

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    1. Paco, encima tenemos que comprar su tecnología.
      Otro abrazo para ti.

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  3. Ay, Naranjito, es que no podemos ni respirar por si se les da por recortar el volumen de aire que consumimos..."dita" crisis (como ellos la llaman). Pobre Manué, si es que no hay paz ni para los que ya no tienen miedo a la crisis.
    Me encanta el reencuentro de tu página, mil besos.

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    1. Un placer Susana, hasta los sepultureros se quedan sin curro.
      Un beso.

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  4. La crisis lo está cambiando todo y para peor, de pena...
    Al final todo acabaremos más quemados de lo que ya estamos.

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    1. Esperemos que sea en un horno de picón, por lo menos es de la tierra.
      Un estrechón de manos.

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  5. Como le ocurre a Manuel, no es solo la maldita Crisis.

    Es las secuelas que va dejando.

    Un Cordial saludos Naranjito, de tu amigo manolo

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    1. Gracias D. Manuel por la visita. Al menos a Manué le quedaba la pensión, de momento.
      Un abrazo.

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  6. Joé, me ha llegado. Muy bien escrita, sí señor. Y por desgracia muy cierta.

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    1. Hola Pater, gracias por los alagos. Es solo una pequeña muestra de las consecuencia de los requeterrecortes.
      Un abrazo.

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  7. Qué triste historia la de Manué, y cuantos miles de ellos deben estar en una situación parecida... Y lo peor de todo es la insensibilidad de los gobiernos para hacerse cargo del desastre que están haciendo. Allí está el pueblo de España, tan indignado como el pueblo de Argentina. Alguna vez las voces que se levantan deberán ser escuchadas.

    Tu relato, mi querido ammigo, es tan impecable como siempre, hay arte en tu pluma, palabra:)

    Es un gran placer volver a pasar por esta, tu casa. Espero que el tiempo (y la vida) me den la oportunidad de seguir haciéndolo.

    Un cariño enoooooooorme!!

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    1. Liliana, el placer es mio cada vez que te veo por la Bodeguita. El tiempo y la vida te deben mucho, aprovechate.
      El pueblo argentino y el español tienen muchas cosas en común a parte del idioma.
      Un beso mi querida Liliana.

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  8. Muy bueno el comentario tuyo amigo
    Un saludo muy cordial y todo esto pasara

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    1. Vicente, seguro que pasará y espero que pronto, no sea que me toque a mi lo de la prejubilación años antes que me corresponda.
      Un saludo.

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  9. Naranjito:
    ¡Por lo menos que tenga una pensión digna para vivir, que se la merece!
    Salu2 vivificantes.

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    1. Dyhego, tendríamos que especificar lo de "pensión digna" despues de tantos años dedicado en cuerpo y alma a sus muertos.
      Un abrazo.

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  10. Es una pena que estemos llegando a estos extremos. Muchos Manués están pasando por lo mismo, y yo, particularmente, sufro con ellos.

    Un abrazo amigo.

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    1. Verdial, Manué es simplemente una muestra de la situación. Por lo menos a él le queda su "paguita".

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