lunes, 30 de abril de 2018

Aquí está el tío de nuevo



Otra vez de récor, pero de los negativos. Una jartá de tiempo sin escribir ni contar batallitas y tonterías mías. ¿Qué me pasa? . La verdad es que no sé por qué no abro La Bodeguita, vicheo un poco, comento algo y sigo siendo el mismo, que lo sigo siendo. Pero ha sido una temporaita de bajona, como dicen algunos iluminados. Sin motivo aparente ni de eso. Bueno, enga, vamos a ponernos al día.

La familia bien, gracias. El único que ha estado un poquillo chunguillo es el Quillo, nuestro gato. Lo llevamos a un veterinario especialista en felinos y le sacó artrosis, deshidratación, los piños perjudicados, pérdida de peso y una cuantas cosas más. ¿El motivo? Dieciocho años que tiene el mu cabrito. Nos dijo German su “médico”, que la equivalencia con los humanos es de ochenta y cuatro años.  Vamos que tengo un gato que seguro que no paga en los autobuses urbanos y que se puede pegar un lote de viajar por la cara con la gente del Inserso.

Pero que no os engañe con sus muchos años, el mu mamoncete sigue haciéndome la puñeta. Me quita mi sitio, me da por saco para que le de comer, para que le cambie el agua, para que le cambie el arenero, se pone delante de la tele para que no vea los partidos de mi equipo  (de mi equipo, el que reside al final de la Palmera, en Helipolis, hablaré en otra ocasión). Nada, que me sigue odiando desde que lo llevé a que le quitaran sus atributos masculinos.  Dice el galeno gatuno que no tiene demencia senil, que su salud mental esta perfecta. Lo de demencia senil en los gatos me dejó un poco sorprendido, pero resulta que los animales también tienen esta enfermedad. Pero que conste que a mí, me puñetea a diario y de demente nada, más bien es un espabilao. Y sigue durmiendo en una caja de cartón, como buen felino.

A ver, más cosas, ¡ah! ¡sí! Lo de la caída. Resulta que hace unas semanas me resbalé en el baño y en la caída me di justamente en mi costado de babor con la bañera. Resultado, unas semanas dolorido por esa banda y sin poder dormir en ninguna posición. Pero curiosidades de la madre naturaleza, de pie y trabajando el dolor menguaba a molestia llevadera. ¿Consecuencia de la caída? Una muy dolorosa para mí. Resulta que había puesto una arcancía para llenarla de moneditas y poder adquirir por fin mi deseada cámara de fotos que “utiliza un espejo que refleja la luz procedente de la escena y la dirige hacia el visor”. Pero claro, ahora llega el buen sentido común de mi señora esposa y me dice eso de: “tendremos que pensar en cambiar la bañera por un plato de ducha ¿no?  Resultado: a tomar viento la réflex.

-¿Qué? vale, ahora, espera que le dé a publicar y  pongo la lavadora.

(Es que he aprendido a utilizar la lavadora, ma o meno, y hoy me toca a mí. Trabajito me ha costado pero con mis ganas por aprender y mi sapiencia lo he conseguido, creo)

Nada, que dentro de unos días otra batallita de las mías y a intentar seguir al pie del cañón. Ante que se me olvide, de Semana Santa y Feria ná de ná. Para variar otro año más me ha tocado en el turno de noche. Y el blogger está raro raro. Cuando he abierto La Bodeguita me lo he encontrado todo en el idioma del chaquespeare ese.  ¿A que va a ser verdad eso de que te espían?

Un saludo y hasta pronto.


Está  incordiando para que termine de escribir. Me parece que me toca cambiarle la arena