viernes, 29 de abril de 2016

Gusanos de seda


Prácticamente estamos en Mayo y desde la Feria no tengo abierta la Bodeguita. ,  unos diillas  perdío pero aquí estoy, dispuesto a dar la brasa de nuevo. ¿Y de que toca hablar hoy? Pues de una de las tradiciones más tradicionales que tenemos por estos lares: la cría de los conocidos mundialmente por Bombyx mori. ¿Qué no sabéis lo que son los Bombyx esos? Pues los gusanos de seda de toda la vida. Enga que os pongo en antecedentes.

Resulta que estos bichos son originarios de la antigua China de los emperadores y los tenían como uno de sus máximos secretos de estado,  pero un cuñao de Marco Polo se trajo un puñado de huevos escondidos en la mochila cuando regresó de un largo viaje por Oriente en siglo XIII. Ya está bien de antecedentes históricos que después la gente se aburre, ahora la realidad.

En esta bendita ciudad tenemos una jartá de tradiciones y costumbres según la época del año. ¿Ahora que toca? Pues las Cruces de Mayo, las tapitas de caracoles y cabrillas, las “primeras comuniones”, las escapadas a las payas de Sevilla (Matalascañas y Chipiona principalmente) para coger bronce y lucir bodyguapo en las “primeras comuniones” y, como es lógico los gusanos de seda. La primera foto:

 Foto de mi amigo David M.


 Ahí están los tíos trapiñandose su majar favorito y único, las hojas de morera. ¿De dónde cogemos las hojas de morera? Pues del árbol de la mora, ese que da esos frutos tan curiosos y que mancha que da gloria. Un pequeño inciso que parece que no viene a cuento: ¡me encanta que la gente se manche! ¡y tenga que lavar la ropa!

Está claro que no habéis tenido infancia si en vuestras casas no aperecía por estas fechas una caja de zapatos con gusanos de seda. Tampoco sois buenos padres o madres si todos los días no andáis buscando hojas de morera. En mi barrio tenemos la suerte de contar, al otro lado de la ese30, con el parque Miraflores y en este parque hay muchos árboles de estos. Pero hay que tener en cuenta varias cosas, la primera: aligera en buscar las hojas que no eres el único padre necesitado de echar de comer a los bichos a diario. Te puedes encontrar que las mejores hojas están a una altura considerable, y como te caigas… Una semana me estuvo doliendo el pompis. Otra: procura coger las hojas bonitas, verdes y limpitas. Desecha las que tengan rastro de excrementos de gorriones, jilgueros, cotorras (en el parque Miraflores hay bandadas) y, sobre todo, mirlos. ¿No sabéis como son las cacas de los mirlos? Mejor, la pintura gris perla metalizada de mi coche sí que lo sabe.

Nada, que les echamos de comer a diario y al cabo de diez días están gorditos y lustrosos y empiezan a hacer el cascabullo.  Por cierto, cascabullo, aparte de ser la “cúpula” de la bellota, también sirve como sinónimo de capullo, pero como vamos a tener elecciones dentro de , prefiero dejar eso de capullo para… Bueno, venga, sigo.

 Esta también es de David M.


Que tenemos los gusanos bien lustrosos y haciendo el cascabullo, amarillo o blanco, da igual. En una buena caja de zapatos de marca, nada de las babuchas que compramos en el mercaillo  del charcolapava. Al cabo de una semana y media sale la mariposa. Pero vaya mariposa fea, tela de fea. Se empiezan a juntar por el culete, dos a dos y a la de , empiezan a poner unos huevos diminutos. La palman, es decir la espichan, retiramos todos los restos y a guardar los minúsculos huevos para el año que viene. Tradición es también que tu madre o, posteriormente, tu esposa guarde con primor esa caja llena de huevos de gusanos. Y tradición es también, que cuando llega la época de la cría y reproducción de los gusanos de seda, nadie se acuerda de donde está “la caja llena de huevos de gusanos”. Tu madre o, posteriormente,  tu esposa, se acuerdan, si si, se acuerdan cuando la tiraron. Pero también es tradicional, en esta época del año, el amigo cascabullo que te dice

--Toma compadre, que tengo una jartá de gusanos de seda. ¿Te vienes a coger moreras? Después nos paramos a tomarnos una tapita de caracoles. Anda, no seas saborío

Nada, que me piro con mi compadre al parque para ayudarle en la búsqueda y recolección de hojas de Morus alba y si eso, el lunes comento algo sobre el día del trabajo o sobre el secreto de las tapitas de caracoles.



lunes, 11 de abril de 2016

Consejos para una buena Feria de Abril


Pues nada, que estoy otra vez por La Bodeguita. Y ahora resulta que estamos a las puertas de la Feria de Abril. Y como soy sevillano, de adopción pero sevillano, toca hablar de este evento conocido en casi todo el mundo mundial. Empezamos con las novedades.

Resulta que nuestro ínclito alcalde, el señor D. John Sword (los sevillanos somos chulos hasta para nombres de alcaldes; si no sabes el idioma del Chaquespeare te traduzco: Juan Espada) está estudiando la posibilidad de abrir las casetas para la gente de fuera. ¿Y esto por qué? Pues muy fácil. Amo a vé. ¿Qué es una caseta?, me preguntaras, clavando tu pupila en mi pupila color marroncito claro. Pues una caseta de feria es la prolongación de nuestra casa pero en los terrenos del Real de la Feria. Está compuesta principalmente por una estructura de tubos de acero cubierta por lonas de colores verdiblanco y rojiblanco. Consta de una barandilla a la entrada; un guardia en la puerta que según las horas, las ganas y lo que le diga el nota del ambigú, deja entrar a la gente; una zona noble donde está el tablao, las mesas y las sillas; la barra o ambigú donde pedir las viandas (rebujito, fino, manzanilla, cervecita, platito de aceitunas, montadito de filetes, gambitas, jamoncito, pescaito frito, y paro porque se me está haciendo la boca agua); la cocina, lugar exclusivo de los currantes de la feria; los servicios (esto se merece una entrada aparte: ¿Cómo se las apañan las féminas para hacer sus necesidades en ese minúsculo espacio y con esos trajes llenos de volantes?;  y poco más. Más o menos las casetas son así (foto rebuscada en la red):



Enga, ya sabemos cómo son nuestras casas en esta ciudad efímera al laito del Guadalquivir, antiguo rio Betis de los romanos, ahora vamos con los consejos para disfrutar y pasarlo bien. Antes de que se me olvide ¿saben vuestras mercedes que la feria la inventó un vasco y un catalán? No, si es que los sevillanos somos como somos… Bueno, los consejos y recomendaciones.

¿Dónde quedamos?

Ni se os ocurra quedar en la portada. La portada es una estructura muy alta y efímera que cada año tiene un aspecto distinto. Siempre hace referencia a edificios singulares de la ciudad. Este año toca hacer un homenaje al antiguo pabellón de Argentina de la Expo del 29, actualmente sede del Conservatorio de Danza. Allí es donde queda todo el mundo. Hay una leyenda urbana que dice que unos vecinos de Murcia quedaron en la portada el lunes del pescaito, y el domingo de los fuegos aún estaban buscando a los amigos sevillanos.

¿Cómo accedemos al recinto?

En Tussam. Esto es en los autobuses urbanos. La única línea de metro que tenemos se colapsa. ¿Los coches? Bien, aparcamientos en el Charco la Pava hay una jartá, pero ¿Quién coge el coche bajo los efectos de tres o cuatro copas del Tío Pepe? Yo por lo menos no, porque te pueden para los señores agentes de la autoridad, que velan por nuestra seguridad y la de los demás, y a ver como le explicas tu eso de llevar el radio del coche a to volumen con lo de “tócala, tócala, tócala, tócala las palmaaaas” y los ojitos un poquito chisposos. Nada, que en autobús, y encimas te ríes cuando las señoras de la tercera edad (las viejas, como dice mi hija) se cuelan por toa la cara.

¿Cómo nos vestimos?

Principalmente arreglaitos. A mí me gusta ir con zapatos cómodos, chaqueta sport y camisa nueva pero sin corbata. Eso sí, un clavel en el ojal de la solapa. Lo del pelo engominao  sobra, es postureo más que nada. Ahora las señoras. El traje de flamenca es un traje no un disfraz. Ni se os ocurra decir traje de faralaes, nada que traje de flamenca de toda la vida. Acompañado de peina, mantoncillo, pendientes a juego, flores en el pelo, labios pintados, lunar en la mejilla y zapatos… mejor unas alpargatas de rafia que  son tela de cómodas.

¿Dónde vamos?

A disfrutar del espectáculo. ¿Cómo? Lo primero, entabla conversación con un sevillano de verdad. Te cogerá después del pescaito (esto es el lunes del alumbrao, cuando se encienden oficialmente las bombillas de bajo consumo) y te soltará el domingo de los fuegos. Seguro que te invitan a muchas casetas pero ten cuidaito  con una cosa, a saber. Las calles del Real tienen nombre de toreros sevillanos, así que si te dicen “ven a mi caseta que está en la calle Jesulín de Ubrique, 14” ná de ná que el Jesulín nació en Ubrique y se están quedando contigo.

¿De qué nos olvidamos?

Del móvil. Primero porque se colapsan las conexiones y segundo ¿pa qué? Si no te vas a enterar de las llamadas y del Guassa. También te tienes que olvidar del reloj. Las horas en la feria no sirven pa ná. Tú quedas a las tres en la caseta de Manolín el de las niñas y son las cinco y tú no estás en la caseta de Manolín ni este y las niñas están esperándote. Bueno, esperándote sí que están, pero en la  calle del Infierno que es donde están los cacharritos.

¿Qué pedimos en las casetas?

Pues depende de tu jurdeles, es decir, de tu disposición económica. Pero tienes que saber una cosa, si pides un plato de tortilla de patatas con catorce tenedores, tienes toda la pinta de andar cortito.

¿Y de bailar?

Aquí no puedo decir nada. Soy un negao. Cuando intento hacer el zapateao de la tercera, mi acompañante está haciendo las vueltas de la cuarta. Yo en cuestión de baile por sevillanas me acuerdo de Manolete: si no sabes torear pa que te metes.

¿Y ahora qué? ¿Me invitas?

Pues claro que sí. No os voy a invitar, faltaría más. Yo tengo caseta, bueno, la de mi empresa. Está en la calle Juan Belmonte número… Espera, espera. ¿Sabéis que a pesar de que tenemos una semana de fiesta por delante, la mayoría de los sevillanos trabajan en estos días? Del trabajo a la feria y de la feria al trabajo, perjudicados pero cumpliendo. Y a mí, ¿qué turno me toca esta semana de jolgorio? ¡¡¡De noche¡¡¡ ¿Cuándo voy yo a la feria? ¿El fin de semana? El fin de semana, por si no lo sabéis, los sevillanos se las piran a la playa y se queda la feria para que los foráneos la disfrutéis. Somos tela de buena gente y mis compañeros que no han podido cambiarme el turno por lo menos el viernes “más buena gente” todavía.

Nada, que os paséis por Sevilla, que disfrutéis y recordad en esta Feria solo faltas tú.


Foto de mi parada de bus.