sábado, 22 de junio de 2013

Una manita de pintura



Estoy de reforma en La Bodeguita. Una manita de pintura, una limpieza general y pocas cosas más. Renovarse o morir que dijo aquel modisto. Lo primero la foto del perfil. En este caso es de frente, pero creo que también vale. No es que me haya cansado del bueno de Gambrinus metido entre los leones del escudo de Andalucía y encima vestido con los colores de mi tierra, el verdiblanco, no, lo que pasa es que, según el nota saborío de mi médico tengo una mijilla de ácido úrico. Y mi mujer, mi hijo y mi hija me “recomiendan encarecidamente” que deje la cervecita fresquita que tan bien sienta en esta época del año. No sé la relación que tiene la Rubia de la calle Oriente (donde está el templete de la Cruz del Campo) con el úrico ese, pero bueno todo sea por la salud. Mi médico se apellida Sobrino, pero es un primo si se cree que dejaré el espumoso elixir.

El de la foto no es un hijo secreto de José Monge Cruz más conocido por Camarón de la Isla, el de la foto es el Naranjito con dieciocho años. Dicen que he mejorado con los años, posiblemente, pero yo con esa edad me comía el mundo. Era un “guerrillero revolucionario” con ganas de cambiar la sociedad. Participaba en todas las manifestaciones que se convocaban, en todos los debates, en todos los comités del Instituto de Formación Profesional donde estudiaba delineación industrial (¡no hace años que no cojo un rotring!). Pero llegó un día en que me di cuenta que mis compañeros de reivindicaciones, cuando conseguían un asiento en la dirección de sindicatos o en los incipientes partidos políticos, se olvidaban de la fiel infantería. Total, que los mandé a tomar viento, por no decir otra cosa. Eso sí, los sábados por la noche de revolucionario nada, los sábados tocaba Discoteca 2001. De pasada comentaré que en mi habitación en una pared tenía un poster del Che Guevara y en otra uno antiguo del Travolta en Fiebre del Sábado Noche, dual que es uno. Se me olvidaba, los domingos por la mañana mi partido de balonmano, que para algo era entrenador de infantiles. Raro lo del balonmano ¿verdad?, bueno es que como “guerrillero” apoyaba el deporte minoritario.
Po eso, que si veis en vuestros blogs mi nueva foto no os asustéis, sigo siendo el mismo. Además la foto la escaneé a la carrera y no pude, ni supe, darle un toquecito de fotochó.

A estas alturas ¿alguien duda que traía a las chavalas loquitas detrás de mí melena negra azabache y mi porte de 1,83 cm? En la foto parezco triste, pero lo que estaba era cansado. Tres relaciones a la vez es difícil de llevar. ¿Qué no os lo creéis?: los estudios, los trabajillos que me salían y las novias (las “eses” no es una errata). Ya contaré esto último.

Y ahora el rótulo.  Son comunes las letras ¿verdad? -Anda, buscarlas a ver si la encontráis. Le comentaba a amigos “expertos” y todos me decían lo mismo: -Eso es muy fácil, en interné hay millones de fuentes y tipos para descargar. Sí, sí, busca, busca, que es más difícil de encontrar que el euro que perdí en la playa de  Caños de Meca. Pero al final la encontré, la letra, que el euro… (es mentira, no la he encontrado, ha sido mi hijo que la ha hecho él solito en un momento de inspiración o, más bien de ganas)

Le he querido dar un toque pueblerino, sin que suene peyorativo. Hay millones de calles en mi/vuestra Andalucía que utilizan estos azulejos para rotular los nombres y en todos están puestas la “S” y la “N” al revés. Vamos que están bocabajo. En La Bodeguita no (pa eso mi hijo tiene estudios), pero me solidarizo con los señores empleados de los ayuntamientos que ponen los letreros con 40º a la sombra.

Ya solo me queda que mi asesor informático (mi churumbel mayor) le pegue un repaso técnico y solucione los problemas de comentarios, carga de la página y cosas por el estilo. ¡La madre que trajo al mundo al blogger, al google y todos los pixeles esos!

Y cuando sea el aniversario a lo mejor pongo una foto mía de la actualidad. Lo haré en horario protegido para evitar daños colaterales. Sé que perderé mi intimidad, que me acosaran por la calle para pedirme autógrafos, invitarme a unas buenas tapitas y que sufriré el acoso de las féminas pidiéndome mi número de teléfono para proposiciones incontables, pero que le voy a hacer, negarme a interpretar el papel de Grey en la película de Las Cincuentas Sombras es lo que tiene.

sábado, 15 de junio de 2013

Una de gambas



Panorámica general del habitat



-Papá, voy a criar gambas.

¡Ole mi niño! Terminando la carrera de ingeniero eléctrico, ahora va y me suelta esto. Bueno, pues nada, a apoyar a mi churumbel  mayor en esta andadura y de camino a meter en el frigo una botella de manzanilla de Sanlúcar de Barrameda que sienta muy bien con estos crustáceos. 

¿Lugar donde dedicarse a esta actividad? en su habitación. Primer mosqueo por mi parte. Niño ¿no es mu chico tu cuarto pa meter un tanque de agua? -Papá que lo que voy a poner es un acuario de 54 litros. Segundo mosqueo, ¿Cuántas gambas caben ahí? –Un montón, ya lo veras y al final te gustará.

Bueno, pues nada otra vez, a seguir ayudando a mi primogénito. Hijo, ¿por dónde vas a empezar? –Por el principio, papá, por el principio, ¡hágase la luz! Y la luz se hizo, vaya si se hizo. Resulta que el acuario original traía de  fábrica un T8 que no producía los lúmenes necesarios para reproducir el ciclo de la vida, pero que con un balastro electrónico y un PLL consiguió la luminiscencia adecuada. No os enteráis de nada ¿verdad? Tranquilos que yo traduzco: que el fluorescente daba poca “lú” y con un cebador y otro fluorescente moderno, eso alumbra más que los focos del glorioso estadio Benito Villamarin preparándose para la güefa.

Vale, ahora seguimos con la tierra del fondo del recipiente. Nada de albero alcalareño que me sale gratis, no, mi niño usa akadama. Si hombre si, la tierra que se utiliza para los bonsáis. Gambas más bonsáis, tercer mosqueo. Y a sembrar plantas. ¿Helechos y jaramagos?, ¡qué va! lo que sembró fue Ludwigia sp repens y rotala rotundifolia. ¡Toma, “peaso” de botánico que estoy hecho! Continúo que esto se alarga. Ahora el tema del agua.

¿Del grifo? ¡enseguía! El agua tiene que tener un PH de 6,3. Y un servidor buscando por todos los supermercados las marcas blancas baratas y leyendo todas las etiquetas. Ya está lleno de agua, ahora a subirle el GH, añadirle minerales y sales y eliminar cloro, cloramina, metales pesados… O sea, que las gambas van a estar como en una piscina pública. De pasada diré que él PH sé lo que es, pero el GH me suena a Mercedes Milá. ¿Qué queda, que queda?, Ah sí, el filtro. Para limpiar bien el agua lo ha rodeado de unos canutillos cerámicos de material poroso. A mí  me recuerdan a trocitos de las tejas de toda la vida. Ya tenemos el agua limpita y preparada, ciclada es su nombre técnico, y ahora un pequeño toque decorativo. Una piedra volcánica, nada más y nada menos que de las laderas del Teide, cocida varias veces como los macarrones. No voy a contar como la consiguió porque, según me he enterado ahora, está prohibido traerse “trocitos” de nuestro volcán canario. El calentador, se me olvidaba el calentador. El agua tiene que estar a 24º centígrados y desde abril hasta octubre lo tiene casi siempre apagado. ¿El motivo?, la habitación de mi hijo está orientada al aljarafe sevillano, por lo que nuestro astro rey, el Lorenzo, la “calienta” desde las doce del mediodía hasta que se pone detrás de Valencina de la Concepción. O sea, “to er santo día pegándole fuerte y duro”. Pa cocerse como buen marisco vamos. 

¿Y cómo eliminar la flora bacteriana? Fácil, con un diente de allium sativum fresco. ¿Todavía no sabéis la propiedades milagrosas del ajo?, pues apuntar otra más.

Para completar el hábitat natural creado con mucha paciencia, introdujo dos especies de caracoles. ¡Ole, ole y ole! Mi niño, aparte de criar gambas, va a criar caracoles como los del bar el Cateto y cabrillas para que mi mujer las haga con tomate que le salen muy ricas. Dos especies, una se llama planorbarius corneus y la otra melanoides tuberculatas. Os ahorro la búsqueda en la Wikipedia para que no os llevéis una desilusión: el primero es el caracol diablo y el segundo es el caracol ¡trompetero! ¿El tamaño de estos gasterópodos? Mejor vamos a dejar el tema.

El recipiente, la luz, el agua, las plantas, la decoración, los acompañantes, ¿Qué queda? Pues la alimentación. ¿Y que comen las gambas? Terminalia Catappa, o sea, hojas de almendro indio, no de cualquier almendro, tiene que ser de almendros de la India; Spirulina, esos botecitos con capsulas que veis en la sección de dietética del Mercadona; y lo mejor de todo, unas minúsculas barritas de color caca de niño chico sano, con una zusammenstzung de spinat, seealge, montmorillont, paprika y mefeflocken. Se la mandaron directamente de Alemania. La Merkel, que daños nos está haciendo la Merkel. (Espero haber transcrito bien la etiqueta de la bolsita, ¡no tiene malaje el alemán!) 

Bueno, a lo importante, que todo lo anterior es secundario. Y los bichos, ¿dónde está los bichos?  -Papá, mañana no te puedes mover de casa que recibo las gambas en una entrega especial para animales vivos. Y yo, como buen padre, esperando con ansia el paquete. ¿El paquete? Tamaño: 30x15x12 centímetros, material: porespan, o sea corcho blanco, contenido: cuatro o cinco bolsitas con agua, dentro del agua: una cantidad indeterminada de gambas. Vale, soy miope, no veo bien, pero es que la más grande tenía ¡10 milímetros!

-Niño, ¿y estos bichos?

-Mira papá estas son caridina cantonensis, esas crystal red y las otras crystal black, también vienen sakuras, japónicas y las pequeñas son neoaridina heteropoda. Habrás visto que hay de todos los colores, rojo y blanco, blanco y negro, rojas entera. Me he enterado que un japonés ha conseguido una de color negro azabache. Y el nota se ha forrado vendiendo crías.

-Mu bonitas, hijo mío, pero sabes que te lo tengo que preguntar: ¿y las gambas blancas de Huelva?, es que estas no llegan ni siquiera a camarones.

Mi consuelo es que las gambas de mi hijo han criado. Ahora tienen descendencia, pequeña en número y sobre todo en tamaño, pero están consiguiendo perpetuar la especie. Y como las matemáticas de FPII no me fallan, he hecho esta pequeña cuenta: peso del bicho, 2 gramos; precio del bicho, sobre 3 euros; precio del kilo de gambas: 1,5 € x 1.000 gramos = 1.500 euros. ¿Cuántas caridina cantonensis necesito para conseguir un kilo?

En fin,  aquí estoy sentado degustando una copita de manzanilla a palo seco (las de Huelva creo que tendrán que esperar) pensando en el otro acuario que está preparando  y como ha conseguido hacer CO2 con un bote de los de aliñar las ensaladas, un gotero de hospital de esos que te suministran el suero y una pastilla de levadura natural comprada en el Supercor. Los mosqueos ya se me han pasado por lo ingenioso que es.

Os dejo unas fotos a ver si podéis ver algo. Os recomiendo que las ampliéis, yo tengo un pelín de ácido úrico y el marisco no me conviene, según mi mujer y mi hija.


Mamá Black Cristal y algunas de su descendencia
Dos Sakuras con un caracol que se come a otros caracoles














lunes, 10 de junio de 2013

En la soledad de mi neurona



Cogí una racha buena publicando y de repente un parón. No es falta de inspiración ni de temas que contar, nada más salir a la calle te encuentras con cosas y situaciones dignas de los mejores programas del Loco de la Colina. Lo que ocurre es que en el curro me están tratando como a un rey. Veréis, resulta que por “necesidades de producción”, llevo una buena temporada trabajando más solo que la una. Mu tranquilito, mu a mi aire, pero acordándome de aquella película que se llamaba La soledad del corredor de fondo.
 Soledad de la buena, yo y mis máquinas. Y mis botes con sus tapaderas, sus etiquetas, su precinto de garantía, su código de envasado. Todos al final para acabar en una caja y las cajas en un palet europeo (internacionales que somos) camino de un camión que se los lleve para llegar a su punto de destino y que la gente los pueda coger de la estantería del supermercado y llevárselo a casa. 

Pendiente de las máquinas a mi cargo, hablando con ellas. Si, tal como suena, hablando con las máquinas.

-Llenadora, hoy estas un poquillo sucia, a ver si antes que venga mi relevo te pego un lavaillo de cara.
-Anda etiquetadora que estas fina. Como sigas dándome trabajo te pego un reset que te enteras.
-Y mis botes, que bonitos me están saliendo hoy. Y que lustrosos.

Y cuando no hablo con ellos le doy vuelta al coco. Un problemilla de ná que tengas se magnifica como si fuera un programa de televisión de esos donde hay encerrados una serie de personajillos. Empiezas a hacer planes, a pensar en cosas pendientes, a desear que otros compañeros tenga una pequeña avería en las líneas donde trabajan y los manden a ayudarme en mi aislamiento. Tenemos pocos activos como tú en la fábrica, me dicen mis jefes con un tono un poco adulador, eficiente, trabajador, responsable, inteligente. Si, si, lo que tú digas jefe, pero más solo que el Bárcena ese de la trama.

Pero llega el momento en que la cosa se complica. Llega ese momento en que te das cuenta que la cosa está seria. Ese preciso momento que estás hablando con los botes y ¡ellos te contestan! Estas fatal Naranjito, estas fatal. Cuando te contestan la llenadora, la cerradora, la etiquetadora, el codificador y los botes de colores, malo. Malo de comerte el coco. Pero nada, de hoy no pasa que hable con mi jefe para que me cambie de sitio y me mande a otro donde, por lo menos tenga un compañero al que darle la lata con mis desambiguaciones o paranoias.

-Oye jefe, contigo quería hablar- Y antes de seguir me suelta:
-Y yo contigo. Mira que hemos pensado, que como tú sabes en todas las líneas, el lunes te vengas dos horas antes. Vas preparando las máquinas, quitando los stambays, dejándolo todo funcionando para que cuando entremos esté operativo. Si a ti no te importa, claro.

Claro que no me importa, y encima me cogió con las defensas bajas. Mi última conversación con los botes había acabado dándoles yo la razón a ellos. Que bajón. De vuelta a mi retiro. Y a darle vueltas al coco. Espera, espera, ¿dos horas antes? ¿Qué me tengo que levantar a las cuatro de la mañana? Y las calles ¿estarán abiertas?

Bueno venga, no tiene importancia. Muchos se querían ver en mi situación, si soy un envidiado entre mis compañeros. Despeja la mente tío. Cuando salga ¿qué vas a hacer?

-Aprovecha que tu amiga Fama tiene hoy degustación de jamón gratis- me contesta un bote de activador para ropa de color y machas difíciles.

 Foto con el "celular", sigo sin reflex


Pero sigo con mis pensamientos raros. Que tiene que ver una guapa senegalesa con una catana y un jamón de jabugo. El jamón ¿no se corta con un cuchillo jamonero? Y Fama, ¿sabrá cortar jamón?, aunque por otro lado es más sevillana que la Torre del Oro
.
23:00. Se acabó la jornada hasta el lunes a las 05:00 A.M. ¡las cinco de la mañana! Bueno, thank god it´s Friday Naranjito, corre para el aparcamiento, llega prontito al barrio, aparca bien (Misión Imposible 7), pásate por El Rincón de Fama que está hasta la bandera. Pide una fresquita que te lo mereces y escucha eso de

-Se nos ha acabado el jamón, si hubieras venido un ratito antes.

Es rara la entrada ¿verdad? Vale mañana cuento mis conversaciones con los botes o lo de las gambas de mi hijo. ¡Yo que sé! Y encima hoy cuarenta de Mayo.


domingo, 2 de junio de 2013

Pardiez, que tiemble Europa.

Foto del Estandarte, retocada por mi hijo


¡Vive Dios!  Él premio ha sido merecido. Un grupo de hombres, que no de nombres, de esos que anteponen su orgullo personal antes que la gloria y alabanzas que les pudieran acaecer. Esos hombres componente de unos de los muchos tercios que combaten en batallas largas y arduas, ante enemigos con más armas y emolumentos. Venidos de todos los confines de las Españas del Rey Nuestro Señor y de otros confines de la tierra conocida y por conocer, se han ganado por derecho propio, continuar con la lid e intentar plantar su estandarte en las tierras de la vieja Europa.

Un sargento mayor, nacido en la Villa y corte, un galeno sanador de  suyos y contrincantes, varios mochileros, masajeadores y preparadores en lo físico y en lo de la mente, ayudantes de campo, exploradores de virtudes y defectos, un cabo nacido junto al rio Nervión.   Y bajo sus atenciones y parabienes: nuestro Glorioso.

Este Tercio de jóvenes soldados que hace meses solo pensaban en  seguir entre los elegidos para la efímera gloria, han conseguido hacerse un pequeño hueco entre los grandes batalladores del continente cuna de la civilización. Gente de todas las tierras, las vascongadas, el levante, las afortunadas islas, la dura tierra extremeña, de la capital del reino, de las costa occidentales y orientales de nuestra Andalucía, de catalonia y del reino de Polonia, nubios de la Costa del Marfil, indianos de la Costa Rica, de Uruguay y de la costa del Mar Caribe, también de un país lejano en el golfo de la Guinea y del Brasil de los portugueses, junto con el grueso de gente de la Híspalis emperadora y de sus pueblos que la rodean y custodian. Algunos luchando también contra la parla de germanía de mentideros  ociosos. Todos bajo el sereno mando del licenciado D. José Mel y Pérez, que ha sabido también poner en primera línea de batalla a jóvenes soldados, formados bajo su mando en los aledaños del Cuartel General, dispuestos a estar en vanguardia y hacerse de honores para reemplazar, cuando los desarrollos de las batallas lo requieran, a los soldados de primera línea.

Pero lo mejor de estos bravos hombres es la legión de fieles que siempre han tenido a su lado. Buenos vasallos incondicionales. No flaquean las gargantas cuando con sus cantos y gritos alientan desde el principio hasta el fin. A pesar de penurias y calamidades, de derrotas, fracasos y escarnio por deshonrosas derrotas. Huestes de fieles seguidores que han llevado por todo el reino las ganas, el empuje, los ánimos y los apoyos. Semper fidelis, a pesar de todo. Esos leales que cada vez que pasan veintiséis minutos del comienzo de la contienda, alzan una plegaria al Cuarto Anillo recordando a las leyendas. Sepan vuestras mercedes que no es por casualidad que la palabra veintiséis de esta torpe misiva sea “gloria”. 

Por derecho propio, sin esperar a nada ni a nadie, se ha conseguido la oportunidad de poder poner una pica en Flandes, en Roma, en la Gran Bretaña o donde quiera que el destino depare la nueva aventura.

Pardiez que si mi maltrecho peculio me lo permite y mi ama y señora que da la oportuna licencia, aunque sea una sola vez pienso acompañar, luciendo los colores de nuestro estandarte, a este puñado de hombres para seguir haciendo grande esas estrofas que rezan:

Hay una leyenda que recorre el mundo entero
Verde y blanco sus colores,
Blanco y verde es el sendero
Luz en la mañana y en la noche quejío y quiebro