domingo, 13 de septiembre de 2015

De barbero a estilista

Hace unos días comentaba que me tenía que pelar, ¿y donde me pelo? pues en la barbería de mi amigo Raúl Murillo. Antes de seguir, esto no va de publicidad a la barbería, de eso ná de ná,  seguro que la próxima vez me cobra el importe correspondiente, como siempre. ¿Y de que va esto? Pues esto va de varias cosas, a saber:

El bueno de Raúl, que comparte apellido con el insigne pintor sevillano, pero creo que familia no son, decidió hace unos meses dejar el local alquilado donde ejercía su trabajo y embarcarse en una nueva aventura. Para ello compró un local, lo reformó, lo lleno de enseres y se puso a cortar pelos a todo aquel que se lo pide.

 ¿Facilidades y ayudas para ello? Todas las habidas y por haber. ¿El banco? Mañana puedes disponer de la pasta.  ¿El permiso de obra? Sobre la marcha. ¿El agua? Antes de que usted salga de la oficina de contratación la tiene instalada. ¿Sigo? Mejor no, la ironía no la entiende mucha gente, y este último párrafo no se lo cree nadie.

Pues nada, que después de muchas semanas de obras y sofocones, inauguró el nuevo local.


Foto hecha desde lejos, Dos de los que aparecen me pueden canear si me pillan

De izquierda a derecha: un currito subido a una escalera, el ínclito Raúl, el alarife que le hizo la reforma, el jefe de la empresa de los toldos y otro currito subido a otra escalera. Que conste que los tres del centro están supervisando los trabajos y no incordian para nada la labor de los operarios, solamente algún comentario que otro.

 Vale, y ahora al meollo de la cuestión. Lo primero la profesión. Yo cuando era jovencito, hace nada, me pelaba en una barbería de tíos y me pelaba un barbero. Ahora resulta que me pela un estilista con título. Y encima entran mujeres. Unisex pone en la puerta, pero digo yo que debería poner multisex, ¿no? ¿Problemas con que también atiendan a féminas? Ninguno, bueno si, algunos. Verbigracia los temas de conversación. ¿De qué podemos hablar los tíos delante de las mujeres enfrascadas en los bigudíes, permanentes, mechas, extensiones y todas esas cosas? Pues de casi nada. En mi barbería juvenil hablábamos de mujeres, de futbol, de mujeres y de esos temas de conversación varonil (de futbol y de mujeres). Ahora ¿de qué podemos hablar? ¿De mujeres? A ver quién es el valiente. Si en el barrio  se conocen todas, y si no se conocen se enteran. Cualquiera se atreve. ¿De futbol?   ¿Hablar de futbol con mujeres? Yo por lo menos no. Siempre salgo perdiendo, y si encima la señora es sevillista me da por todos lados (de momento). A continuación una transcripción de la última conversación mantenida con mi estilista particular:

-Quillo ¿Qué? –Po ya ves.  -¿Y el curro? –Bien, ahora estoy de tarde.  -¿Cómo siempre? –Enga.  -¿Y las vacaciones?  –Cortitas. …(silencio)… -¿Cuánto es? –Lo mismo que la última vez. –Aquí tienes, hasta luego Raúl. –Hasta luego Carlitos.

Y ahora el local. Antes las barberías estaban llenas de objetos. Tijeras, peines, cuchillas, cachivaches diversos, dos o tres sillas, almanaques en la pared de varios años atrás (la faldillas con los números del almanaque se cambiaban pero Samantha Fox…..), dos o tres sillas y un largo etcétera.

¿Y ahora que hay? Ná de ná. Minimalista que le llaman. Hasta los botes para pulverizar el agua son de diseño y reciclados. De diseño del bueno made in Murillo Peluqueros. Mira que chulería (solo agua ¿vale?)

El contenido original de los botes se agotó en la inauguración, creo.



 Y lo mejor de lo mejor, de sillas nada de nada, para esperar tu turno, todo un chéster, o sea, un sofá de dos plazas de toda la vida. Chester suena más “cooul”, pero eso es un sofá. Y lo del fondo resulta que es un “photocall” para retratarse después del trabajo hecho por el estilista, ¡casi !

El sofá y el fotocol

Se me olvidaba, Raúl es muy bueno, y muy baratito, y Bético, y buena gente y yo no soy nada de pelota ¿vale?

¡¡ Llevátelo a papel !!

14 comentarios:

  1. Ole los peluqueros buenos, barberos y esteticistas q hay ahí! Y ole también por el escritor de este artículo y q sean muchos más. Besos de la frutera de enfrente! Jajajaja

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    1. Y ole por las fruteras con salero. Si te parece me apartas un kilo de uvas para fin de año, que luego sabes que voy con prisas.
      Un beso.

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  2. Muy bueno y totalmente cierto lo que cuentas. La verdad es que tienes una forma muy divertida de hacernos ver cosas que nos parecen tan normales que ni siquiera nos fijamos en ellas. .Una barbería como las de antes ya no se ve, ahora todo es estilismo y chorradas de esas que a la hora de la verdad no sirven para nada.
    No sé si lo has vivido, pero recuerdo aquellas maquinillas para cortar el pelo, las cuchillas daban unos pellizcos tremendos a los pobres chiquillos.
    Un placer leerte.

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    1. Yo de pequeñin, hace poco, me pelaba con tijeras. Lo bueno que tienen estas "barberías" es que en un pis pas estas listo. Por cierto en las cosas "normales" es donde esta la gracia.
      Un saludo.

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  3. ¿Barbería? No, ya casi nadie afeitan.
    Aunque si arreglan barbas.
    Solo arreglan el cabello, vamos solo peluquería.

    Y como dices, nada de peloteo al Estlista Sr. Murillo.
    Muy Buen Relato, Naranjito, Muy Bueno.


    manolo
    .

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    1. ¿afeitarse? si ahora están de moda las barbas. Menos las mías, que a mi parienta le da mucho coraje que me lleve tres o cuatro (o cinco) días sin usar la maquinilla. Y el único peloteo es a ver si me cuela la próxima vez.
      Un estrechón de manos.

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  4. Enhorabuena a Raúl. Siempre he pensado igual que tú en eso de "Unisex" ...

    Pues si es bético, tendré que pasarme por allí para hablar de fútbol ... bueno, no, pensándolo mejor, de fútbol, no ;-)

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    1. No se lo digas a nadie pero ¿te acuerdas de un portero que tenía tu equipo y que ahora juega en UD Las Palmas? Si hombre, si, el Javi Varas. Pues es del barrio y su padre y su hermano se pelan en la barbería del Murillo. Por algo será.
      Un saludo.

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  5. Ya casi nadie dice "barbería". A mí no me gusta que me dé conversación el barbero y como respondo con sí o no, al poco tiempo se calla.Pensará que soy un sieso, pero me da igual, jajaja.

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    1. No creas, a mí me pasa lo mismo. Y como casi siempre me pelo después de comer no veas la morriña que me entra.
      Un saludo.

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  6. Para ti, lo mejor de tó, que sea bético el muchacho, ¿eh? jajajjaajajajaja

    Besos!!

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