En el escrito anterior os comentaba la historia del nombre que consta en mi DNI. Ahora permitirme que os comente los nombres de mis hijos. Mi hijo nació va a hacer ahora veintitrés años. A los pocos días, con toda la documentación en regla, este orgulloso padre se pasó por el Registro para asentar en el libro de familia aquel morenillo canijillo que había llegado para alegrarnos la vida a mi santa y a un servidor.
Entregué los papeles y me dispuse a esperar ya que había dos o tres padres atontaillos como yo, haciendo este fantástico trámite burocrático. Al cabo de un tiempo llego el señor funcionario y dijo la palabra mágica:
¿VICTOR?
Os juro que me pegó un vuelco el corazón. Era la primera vez que escuchaba el nombre de mi hijo en boca de otra persona que no fuera mi mujer. Seguro que puse cara de tonto, de pánfilo. El cuerpo no me cabía en la ropa. Hinchado como un pavo real, me apresuré a coger el libro de familia y ver escrito en aquellas hojas una palabra que me había sonado a sinfonía. Para mí no había nadie más en el edificio. Solo yo y ese sonido mágico que acababa de escuchar. De verdad que no sé como expresar lo que sentí en aquel momento. Llegué a casa y, orgulloso, le enseñe a mi mujer esa hoja donde con unas letras caligrafiadas a la antigua usanza, estaba su nombre. A mi mujer se le cayeron unas lágrimas de alegría.
Tres años más tarde vino mi princesa, perdón, nuestra princesa, y me dispuse a repetir ese bendito trámite. Las oficinas del registro estaban en otro edificio más moderno, más informatizado. Me encontré con la sorpresa que no había nadie delante de mí, que yo era el único. Le dí la documentación a la señora funcionaria y espere el mágico momento. Pero observé una cosa: si yo estaba solo en el mostrador, se limitaría a darme el libro de familia y sanseacabó. No escucharía la música que esperaba, la Palabra, El nombre de ella.
Me hice el loco, disimuladamente de retiré un poco hasta colocarme en la puerta de la pequeña oficina.Mientras la funcionaria comprobaba los datos y hacía su trabajo, me coloqué estratégicamente en el pasillo de forma que ella no podía verme. Al cabo de unos minutos me llamó. ¿oiga?. No, no puede se, !que no!. ¿Oiga?. No podía verme y seguro, pensé, que sale a buscarme. Pero no. Lo hizo. La nombró.
¿PAULA?
El sonido mágico volvió. Llamaba a mi hija, la llamaba por su nombre. Con la misma cara de tonto que puse con su hermano, con esa sonrisa de padre henchido de orgullo por haber escuchado en boca de una extraña, y por primera vez, un sonido que volvió a parecerme el mejor sonido del mundo, entré y le dije: Si, es mi hija, gracias.
Fueron dos momento irrepetibles. Momentos y sonidos que este humilde aprendiz de padre no olvidará en su vida.
¡¡ Llevátelo a papel !!
Bueno, bueno, bueno...querido amigo. Te juro que podía haber escrito la misma entrada cambiando los nombres: Domingo y Adela. Te juro que sentí exactamente lo mismo. Me ha emocionado esta entrada.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
¡Oh, qué ternura! Sí, elegir los nombre de los hijos y escucharlos por primera vez, es una emoción indescriptible. Además los nombres de los tuyos son hermosos. Esta vez no te contaré la historia de los míos, porque son cuatro, sólo decirte que el segundo hijo, lleva por segundo nombre "Carlos", nombre que le ha puesto su hermano mayor antes de nacer.
ResponderEliminarEstas historias son maravillosas.
Besotes.
NARANJITO:
ResponderEliminarPues no debes privarte de un tercer momento tan entrañable...
Salu2.
Yo tenía claro que si alguna vez tenía un hijo se llamaría Jesús, ya te contaré en honor de quien, lo que ocurre es que siempre quise seguir con la tradición familiar de las Reyes y no pudo ser.
ResponderEliminarLlegó Carlitos, que también su nombre encierra otra historia.
Besos
BONITOS NOMBRES, QUE ORGULLO DE PADRE¡¡¡
ResponderEliminarVIVA POR TI NARANJITO, ERES UN PADRAZO
SEGURO SON BUENOS HIJOS, TE ABRAZO QUERIDO AMIGO
Que tierno el relato NARANJITO,que tierno.
ResponderEliminarpo no que me da, que estas deseando volver a escuchar esa musiquita...Un abrazo
Pero querido Naranjito qué hermoso que traiga a su mente ese recuerdo y lo comparta con nosotros. Se nota que adoras a tus dos retoños. Enhorabuena.
ResponderEliminarBesotes.
Naranjito, que envidia me dan tus hijos…
ResponderEliminarMe encantaría tener una historia parecida, que alguien me contara semejante cosa…
Pero creo que mis padres dieron poca importancia a todo esto, nunca he logrado que me cuenten nada parecido a esta entrada al respecto…
Mi historia, la propia que yo he creado en mi mente, que es bastante cercana a la realidad, es que en nueve meses sólo se pararon a pensar en que debería tener cinco dedos en cada mano y cada pie, y no repararon en algo tan importante para mí como el nombre… Simplemente me adjudicaron el de mi madre…
Y a mi hermano, la misma jugada, aunque me parece que él está más contento con el suyo que yo con el mío…
En fin, si alguna vez tengo un hijo será diferente, jejeje
Kiss
Querido naranjito ,pues si eso te parecio musica celestial ,esperte a que tu pricesita diga de casarse no quiero saber como te vas aquedar ? mi tio cuando llevo a sus dos hijas al altar ,por lo bajo le decia a mi tia como el tío greñudo este, no se porte bien con mi niña ,yo al tio lo castro ,me oyes ,lo castro y gracias a dios ,que el greñudo salio muy buena persona ,porque lleban casí 9 años de feliz matrimonio , bueno chato hasta luego ¡¡¡lucasss!!!
ResponderEliminarPrecioso...
ResponderEliminarMuy bonita la historia de tu vida y de tus hijos.
ResponderEliminarImaginate mi padre tuvo que ir 7 veces al registro (somos siete hermanos) y entre algunos de nosotros no hay ni un año de diferencia.
El único que no esperaban fue el más pequeño que se lleva conmigo 5 años.
Felicidades por esos hijos maravillosos. Besos
Como siempre, tus historias conmueven al personal. Son momentos sencillos, comunes, diarios, pero contados con tu sensibilidad suenan distintos, como si fueran historias únicas. ¡Qué bonito escribes, Naranjito! Saludos.
ResponderEliminarJuanma: Seguro que tu lo describirias mejor. Grácias.
ResponderEliminarLiliana: Los hermanos mayores somos listos jejeje.
Dyhego: lo del tecer momento como que no, y eso que a mi santa no le importaba tener cuatro.
Dama: Saludos a mi tocayo Carlitos, ya te contaré la historia de mi amigo Reyes y su compadre Rocío.
ResponderEliminarAbuela: Grácias por tu abrazo. Un saludo.
Paco: que no, amigo que no, que me quedo en solo dos momentos.
Gatilla: Cuando lo tengas, aprovecha y pasa por esta experiencia, no te arrepentiras, ¿Vale Merceditas?
ResponderEliminarPitufa: Apañao va a estar mi yerno con este suegro. Creo que todavía no hay yerno, ni que yo me entere. Je je je.
Mujer prevenida: No te imaginas el placer que me dá tu comentario. !Lo has conseguido! Gracias por tu interes.
Sevillana: para tu padre fué un concierto de toda una Sinfónica. Que suerte.
ResponderEliminarTortuguilla: los momentos sencillos y comunes son histórias únicas. ¿verdad?
Gracias.
Te envidio por esos hermosos momentos... No he tenido hijos, pero la vida me ha dado otras cosillas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola encanto, gracias por la felicitación. Sí, nací un 26 de agosto del 68. En la feria de Constantina, a mi madre le dimos la feria mi hermano y yo. Soy melliza con un niño.
ResponderEliminarMi hermano se llama Jose Manuel.
Bonitos nombre los de tus hijos, y es que con ellos, recordar cualquier detalle merece la pena.
Un besito grande. !Qué calor, ehh!.
Opi: Me alegro que la vida te de otras cosillas, te lo mereces.
ResponderEliminarNiña Lou: Felicita tambien a tu hermano, un beso para ambos (bueno pa tu hermano un apretón de manos).
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola naranjito ,en mi blog hay un regalito para ti espero que esta vez , lo recojas vale si no me enfadare contigo ,vale limóncito un saludo de pitufa ,es que el comentario anterior tenía unas faltas y por eso lo e suprimido.
ResponderEliminarsiempre la llegada de un hijo es importante.En mi caso hubo un pequño problema,¿que nombre le ponemos?.Si era niño no habria duda se llamaria Valentin,pero si era niña mi padre decia que como su hermana,Montes y madre como su madre Serafina.Cuando nací mi madre estuvo enferma y como era muy debota de la Virgen de las Angustias,mi padre que era muy ateo se convirtio en crellente y me puso el nombre de ANGUSTIAS.¡MANDA NARICES!.
ResponderEliminarSin duda aquí los hombres teneis un privilegio. Soys vosotros quienes inscribis a nuestros peques..., felicidades por haber podido vivir ese momento.
ResponderEliminarYo lo viví durante mucho tiempo, cuándo trabajaba en el Registro Civil..., pero era en las caras de los papás, cuándo veía el brillo en sus ojos cuándo les entregaba el librito.
Gracias por pasarte por mi blog, predroseño, que no augustobrigensi
Maria Eugenia: Gracias a tí. Te imagino diciendo nombres y viendo las caras de los panolis como yo.
ResponderEliminar