sábado, 3 de septiembre de 2016

El arte de procrastinar


Bueno, ¿que iba a contar yo? Ya me acuerdo, que tengo menos palabra que los notas y las notas que pululan por  el Congreso de los Diputados. Digo esto porque en la entrada anterior podía prometer y prometí que retomaría el Blog con ganas y con la asiduidad que mis abandonados seguidores se merecen. De esto hace más de tres meses. Una vez quitadas las telarañas a La Bodeguita, airear un poco este bujio, limpiar las mesas, sillas y cajones, esperando que se me quite el empanamiento mental en el que tengo mi neurona, procedo a seguir dado la brasa con mis historias.

Antes que se me olvide, la familia, bien. Mi parienta bien, los churumbeles bien y el Quillo, el gato de la casa, bien. La verdad es que demasiado bien está el cabroncete con dieciséis años que tiene. Y digo demasiado bien porque sigue dándome porculito. Se ve que no me perdona que un día lo llevases a ver a señor doctor de animales y volviese a casa sin sus atributos masculinos. Lógicamente me refiero al gato. Ya me estoy enrollando, enga, al grano.

¿Qué os parece el título de la entrada? ¿A qué es chulo? ¿No sabéis lo que significa? ¡Po haber estudiao! Yo lo hice en colegios públicos y con la EGB. De esa etapa me quedan las ganas de seguir aprendiendo. Mira por donde hace poco descubrir este bonito palabro que me viene de perlas para retomar esto de seguir aporreando teclas.

Procrastinar, según mi extensa biblioteca, proviene del latín. “Pro”, adelante y “crastinus” referente al futuro. Ahora ya lo tenéis claro. ¿Qué no?  Vale, sigo. Por lo visto es un trastorno del comportamiento, un trastorno psicológico o un trastorno por déficit de atención con hiperactividad conocido vulgarmente como TDHA. ¿Todavía no está claro? Ofú, ¿y el síndrome del estudiante? ¿Sabéis lo que es? Fácil, el examen lo tengo el lunes a primera hora y empiezo a estudiar el domingo a las doce de la noche. Más o menos eso es procrastinar. 

Y ahora para la gente normal, al estilo Naranjito. Que la parada del 3 ya la han cambiado de sitio y ahora por fin está visible, luego me pongo y lo cuento. Que los bomberos de mi barrio siguen colocando peluches en el árbol, luego me pongo y lo cuento. Que no ha hecho mucha caló  sino malaleche, luego me pongo y lo cuento. Que la gente ya ha regresado de su veraneo  y a mí me da mucha pena porque no tengo donde aparcar, luego me pongo y lo cuento. Que se me terminaron las vacaciones y comienzo a trabajar ¡en el turno de noche! luego me pongo y lo cuento.

 Foto prestada de interné. La reflex sí que está procrastinada

¿A que ahora está claro? El arte de procrastinar es el desastre de dejar las cosas para luego, más tarde, mañana, a ver si tengo un ratito, nada más que pueda, cuando me quede solo y un largo etcétera. ¿Tiene cura? Por supuesto, yo mismo me he curado. Atención a la mejor terapia.

Sales a la calle y te encuentras con Don Juan el Maestro: -Quillo, Naranjito hay que ver que no escribes nada.    –Luego me pongo, Juan. Vas a hacer los mandaos  y  te  encuentras  con  Don  Juan. -Que mamón eres, sigues sin escribir. -Luego me pongo, Juan. Vas a tomarte una tapita de boquerones en vinagre y te encuentras con Don Juan. –Qué poca palabra tienes, me dijiste la semana pasada que ibas a escribir algo. -Luego me pongo, Juan. En la panadería -¡Carlitos! ¡Cuándo puñetas vas a escribir algo! –Luego me pongo Juan. Así cada vez que coincides con él. Hasta que llega un día, que lo ves venir de lejos, y dices eso de “Luego no, ahora, se acabó tanto procrastineo”.

En mi caso la procrastinación ha sido debida a la flojera más perra que uno puede tener. Nada de trastorno, ni hiperactividad, ni síndromes raros. Flojera dura y pura. Pero como estoy curao, aquí está el tío, con un montón de historias que contar, dispuesto a disfrutar.

Una consideración final para terminar, el término procrastinar ¿se puede aplicar a esos Maestros que posponen su merecida jubilación por su amor a la docencia? Luego me pongo a pensarlo, Juan.



¡¡ Llevátelo a papel !!

4 comentarios:

  1. Te mereces el primer premio a la procrastinación, también sinónimo de vaguería y con perdón.
    La verdad es que me tenías preocupada, pensé que te había ocurrido algo o que te quedaste dormido esperando el autobús.- Tres meses es mucho tiempo amigo Naranjito, con lo divertido que eres... te echaba de menos.
    No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
    Un abrazo de vuelta.

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    1. Perdón no tengo, me lo merezco. Y una colleja virtual también me la merezco. Ahora parece que tengo una mijilla de tiempo y retomaré La Bodeguita.
      Un abrazo.

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  2. Si lo hacemos todo hoy, ¿qué va a quedar para mañana?
    Mañana te mando los salu2 correspondientes...

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