-Nos vamos a la playa este domingo, la Tata se viene con nosotros.
-Vale, dile que la recogemos en su casa y que no se lleve nada más que el bañador y la toalla.
Salimos los cuatros mi mujer, mi hijo con casi dos añitos, nuestra amiga Pepa, que seguirá siendo la Tata toda su vida y un servidor. A pasar un día en la playa de los miarmas, esa que tiene el tapón del Océano Atlántico. Vuelvo a insistir, un solo día.
Llegamos tempranito, a eso de las once de la mañana y conseguí aparcar no muy lejos. Mi querida esposa cogió al niño en brazos, la bolsa con las toallas y acompañada de nuestra amiga bajaron para conquistar un buen sitio. Este que os escribe, como buen macho alfa, se encargaría de bajar los bártulos. Y aquí estoy, a saber: tres sillas, dos sombrillas a la bandolera, en el otro hombro una bolsa donde se guardan las cosa del niño, crema protectora, una gorra de repuesto, una pequeña barca hinchable, deshinchada en esta ocasión, dos cubitos, una pala, un rastrillo y un montón de cosas más para el pequeñajo. Aparte una pequeña nevera conseguida por mi esposa, cuando éramos novios a base de tomarme un monto de litros de batidos de fresa, (que asco le cogí), dedicada a transportar la comida del niño: potitos, leche, galletas y todo lo que cabía. Por último la típica nevera azul, la de toda la vida, con su asa blanca, donde metíamos el tintito, la cervecita, la tortilla, los filetes empanados, la ensaladilla rusa, etc., todo rodeado de hielo comprado en la gasolinera antes de salir de Sevilla.
Y allí estaba yo, con mi pantalón corto, mi camiseta verde, por supuesto, y mis chanclas.
Despacito Naranjito que tú puedes. Pasito a pasito campeón.
Y de esta forma como un sherpa del Himalaya, me dirigí a bajar los escalones para reunirme con el resto de la expedición. Pero mira tú por donde, justo cuando estaba delante de la salida del aparcamiento de los autobuses, va la puñetera asa de la nevera azul, sí la grande, y se rompe. Con mucha tranquilidad, me libero de mi carga y me dispongo a recoger todo el interior de la nevera que estaba esparcido por el suelo. En ese momento no se le ocurre otra cosa a un autobús que querer salir del aparcamiento lleno de viajeros. El conductor se comportó muy bien, paró el vehículo, y pacientemente esperó a que yo terminara de recoger.
Justo cuando estaba recomponiendo y repartiendo convenientemente todos los cachivaches por mi fuerte y joven cuerpo, oigo un suave toque de pito, digo de claxon. Me incorporé, giré mi cabeza hacia el autobús con ganas de echar una mirada de esas de como vuelvas a incordiarme me monto en el autobús y te pego un bocao en la nuez. Pero me detuve, me detuve porque observé en el pasillo central un montón de cabezas asomadas, algunas sonriendo, otras a carcajadas vivas y otras con caras de mira el pringao ese.
Lentamente me erguí, cogí las tres sillas, las dos sombrillas, la bolsa con las cosas del niño, la nevera conseguida por los puntos de los batidos de fresa y la querida nevera azul con tapa blanca, sin asa. No me preguntéis como, hoy en día sigo sin explicármelo.
Poquito a poco, pasito a pasito llegué hasta la playa sin querer volver la cabeza porque notaba que el autobús salía del aparcamiento más despacio de lo normal para que sus pasajeros pudiesen disfrutar del espectáculo.
Allí estaba mi mujer, mi niño, la Tata, esperándome, sentadas en las toallas, ¡a veinte metros del chiringuito!
Cal’ lito Manué, hay que ves lo que has tardado. Pero ¿qué le has hecho a la nevera? ¿No se habrán roto las botellas?
Como pude, solté todo, tranquilamente me di media vuelta y me marché al chiringuito a ahogar mi rubor en una cervecita bien fresquita pensando en el significado de la palabra dominguero.
P.D. Os juro que la historia es real, real como que desde aquel día cuando hemos ido a la playa para un solo día, lo que llevo es el bañador, la toalla y las gafas de sol.
Otra P.D. Bueno, la verdad es que desde aquel día doy dos viajes para llevar las cosas desde el coche hasta la arena, aprovechando que nuestros hijos son grandes y van por libres.
Dicen que quien mucho abarca poco aprieta...
ResponderEliminarMe ha gustado lo de los batidos de fresa, la forma de conseguir la neverita (risas). Así también sacamos en mi casa unas cuantas de cosas.
Y a la playa de los miarmas también la llaman la playa de los sobacos, debido a los miarmas que al encontrarse en ella a un amigo, a un familiar, a un compañero del trabajo o a un vecino levantan el brazo para saludarlo, dejando a la vista tan noble parte de la anatomía humana.
Saludos.
jajajajjajajaa, me he reído con tu desgracia porque la veo repetirse los fines de semena veraniegos en primera persona y no he podido evitarlo :) Ay, naranjito, si es que el vago trabaja doble, por no dar dos viajes, menudo viaje te pegaste :) Pero mira lo que aprendiste, y seguro ya no olvidas y es que por la vida hay que ir ligero de equipaje :) que ya te apañarás :) y te adaptarás a lo que vayas encontrando. Un fuerte abrazo martesiano.
ResponderEliminarAhí me has ganado Naranjito. Eso no he sido yo capaz de hacerlo nunca.
ResponderEliminarLe doy gracias a Dios de que mis hijos no tienen traumas playeriles, ya que todo el mundo me decía: hay que ver que no llevas a tus hijos a la playa, que mal padre.
¡Un carajo!, neverita, sombrillita, sillitas, toallitas, suegresita, cuñaita, hermanita....., lo dicho ¡un carajo!
Si es que eres un santo.
Un abrazo
jejejeje pues mira que va a ser verdad que todos nuestros padres tienen una nevera azul con asa blanca... jejejee
ResponderEliminarDos o tres viajes y te evitas perdidas de asas blancas... jejeje
Abrazos...
Yo tambien tuve esa nevera... y los vasos de la nocilla, y los cubiertos de las magdalenas... eso si, playa poca. Mama era la encargada de distribuir los bultos porque ibamos andando desde casa y llevabamos trastos para montar un circo. Lo que nunca entendi era lo de comer en la arena teniendo la casa tan cerca.
ResponderEliminarAbrazos playeros.
Los tópicos, mi Señor, son tópicos porque existen,... porque se repiten y se convierten en gestos y actitudes habituales,... en Vuestro caso pienso que, el ser un "dominguero", es tan puntual como la ocasión lo requiera.
ResponderEliminarPD: Una descripción directa, eficaz y divertida de lo que en este país hacemos muchos padres de familia, cuando llegan las vacaciones.
Gestos domingueros variados.
Como no creerte Naranjito, si te estamos viendo todo "cargaito". Si, sin duda, todos tuvimos una nevera así. Ahora, te confieso, nunca he podido ejercer de dominguera una vez llegada a la edad de tomar mis propias decisiones, a lo mejor es que no quería cargar con tanta "responsabilidad" playera.
ResponderEliminarGracias por las risitas de martes.
BEsotes.
¡Jola Naranjito!
ResponderEliminarCreo que casi todos, nos vemos reflejado en tu aventura playera, o campera, que el tema es el mismo, solo que cambiando el agüita por los pinos.
En fin que te sea leve...
Saludos de J.M. Ojeda
Querido naranjito ,la verdad es que siempre pasa lo mismo para un día , parece que se valla para una semana , un beso de pitufa.
ResponderEliminarhola amigo , la verdad es que a casí todos no a pasado lo mismo , pero es que nosotras las mujeres ,cogemos las cosas como si nos fueramos para una semana, un beso de pitufa.
ResponderEliminarTe comprendo perfectamente.
ResponderEliminarMucha igualdad, mucha igualdad, pero el que acaba arrastrando todos los bártulos es el sufrido marido.
Salu2
jajajaja, que me parto el culoooooooo, lo que me he podido reir ajajajajaj.
ResponderEliminarNosotros siempre vamos a la playa a las 8 de la mañana ajajajaj, y llevamos las cosas entre los tres ajajajaj, y aún así, también parece que subimos el Himalaya ajajaj. Pero lo del autobús es buenísimoooooo. Menos mal que te lo tomaste con calma ajajajajaj
AdP, ¿que sacastes unas cuantas cosa? ¿Y que me dices de los "objetos" que se consiguen con los periódicos?. Un saludo sin levantar mucho el brazo.
ResponderEliminarLisset, lo malo es que no fué por vago, sino por hacerme el "chulito".
Un saludo nocturno.
Rafael que suerte tienen tus hijos, y que listo que eres.
Un estrechón de manos.
Ayshane, lo malo del asunto es que la nevera se ha repuesto en más de una ocasión, y sigue teniendo la puñetera asa blanca.
ResponderEliminarAbrazos.
Maile, Tu madre repartia la carga, mi mujer también, los niños para ella, de la manita, y la carga para un servidor, a la espalda, en los hombros, en las manos, en la cabeza. En fin, todo sea por la familia.
Un beso.
Capitán Rodrigo, como se habrá dado cuenta vuesa merced, un servidor tiene experiencia en hacer de mochilero de sus tercios.
A sus órdenes
Me parto… la imagen mental es de traca…
ResponderEliminarY yo me pregunto… esa adquisición de tu mujer no sería una nevera roja y blanca, de Dan´up que se abría dándole a un botoncillo ¿no?
Porque en mi casa se jartaron de beber eso para conseguirla, y aún la tenemos por aquí…
Kisses, y tranquilo, ya pasó el tiempo del dominguero, ya si eso alguna barbacoíta al sol en invierno…
Claro Susana, para ti es muy fácil, como vives en Benidor y tienes la playa cerca. Para un servidor la más cercana está a 90 Km. Ademas, para un día hay que ir bien pertrechado.
ResponderEliminarUn saludo envidioso (por la playa cerca).
Ojeda, ¿campera dices?, ya veras cuando cuente lo de la playa fluvial de San Nicolas del Puerto.
Grácias por tu visita.
Pitufa, las mujeres sois .... Bueno, menos mi Princesa que es muy previsora, lleva solo un bolso. (claro que el resto lo lleva el padre)
Un saludo guapetona.
Dyhego, eso mismo digo yo ¿donde puñetas está la igualdad?
Otro estrechón de manos.
Maria Eugenia, en estos casos tienes dos opciones, o te lo tomas con filosofía y calma, o te agobias; para un día playero ¿merece la pena agobiarse? Para eso ya están las caravanas de regreso a la ciudad.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues nosotros despues de levantarnos al amanecer para pasar el día en la playa, aparte de todo lo que llevábamos igual que tu, nunca se olvidaba la sandia que le enterrábamos en la arena cerquita del mar para cuando llegara la hora de comerla estuviera fresquita. Eso si para recordar donde la habíamos enterrado poníamos un palito que alguna vez se lo llevó una ola y no te digo ná para buscar la sandia lo que pasábamos.
ResponderEliminarSaludos
Gatilla Romanilla, has dado en el clavo, esa mismamente. La conservo, es un taco de buena. Hoy en día la hutilizan mis hijos cuando se escapan al parque del Alamillo, ¿a que os jartasteis de batidos?
ResponderEliminarLa utiliza mi hijos, antes con potitos y ahora con ..... casera cola, creo.
Un saludo con sabor a batido de fresa, de vainilla, de chocolate, de ...
Sevillana, por favor, ¿me puedes decir donde conchiles llevaría la sandia tu humilde seguidor?
ResponderEliminarJoé no quiero ni pensarlo.
Grácias, y no les des idéas a mi mujer para el próximo verano.
NARANJITO AMIGO, SI QUE TE GANASTE LA CERVECITA ¡¡
ResponderEliminarDIME QUE SERÍA DE UN DOMINGO, SIN "DOMINGUEROS", SABES QUE YO HAGO LO MISMO QUE LA TATA, Y TU MUJER?
NOSOTRAS YA TRABAJAMOS EN CASA, PREPARANDO LOS BÁRTULOS, EN LA PLAYA, TRABAJA TÚ.JAJAJA
LOS ABRAZO QUERIDOS AMIGOS
Abuela, como siempre las mujeres os poneis de acuerdo para hacernos trabajar, sois tela de puñeteras.
ResponderEliminarUn saludo y un abrazo.
Que realidad amigo Naranjito, si te sirve de consuelo, ni eres el primero ni el ultimo.El Dominguero es una especimene que dificilmemnte se extinguira.
ResponderEliminarAhora lo de un autobus entero partiemdose el culo de risa, e muy fuerte....jajajaja...
Naranjito amigo.La escena es de película antigua, de esas de Alfredo Landa de las primeras o de Toni Leblanc.De verdad, que nunca me ha pasado algo parecido, pero bueno porque a mi gente no le gusta la playa para estar un solo día, y lo que íbamos es a la piscina de Coria, que sí no, más CARGAO que un cosario.Un abrazo.
ResponderEliminarReal como la vida misma Naranjito. La de veces que me habré yo encontrado en situaciones similares... y es que ya se sabe como se iba antes a las playas (y también ahora, no te creas.
ResponderEliminarUn abrazo
pd: Si has vivido en Alcalá de Guadaira, hemos sido paisanos.
Grácias Paco, se vé que los del autobus no tenian televisor para entretenerse.
ResponderEliminarTrianatrinidad, pero el caso es que a mí tampoco me gusta la playa para un solo día y menos como tú dices "cargao como un cosario".
Un saludo Pregonero.
Vedial es un consuelo que no sea yo el único, je je je
Muchos años en Hienipa, muchos. Mi hermana, mis tías, mi tío mis, primos y primas, viven en Alcalá. Ya te contaré la historia del "Buy", el bar de copas de mi primo Fali, y lo del premio Goya de su hermano, mi primo Jorge.
Un saludo mediopaisanna.