Día de asuntos propios en el trabajo. Que conste que trabajo en una empresa privada como humilde y eficaz currito.
Po eso, día libre y a sorprender a mi gente. ¿Qué os parece si mañana nos acercamos a San Nicolás del Puerto, nos bañamos en la playa y visitamos el nacimiento del Huesnar? ¡Vale papá aviso a mis amigas para que se vengan! Mi hijo, como casi siempre, Papá yo no voy, me quedo en casa, con mi hermana y sus amigas me aburro. Vale tío, tú te quedas pero cuida del gato.
Y salimos tempranito para aprovechar el tiempo. Mi mujer, mi hija y dos amigas de esta. Para presumir de serrano, campero, cateto, pueblerino, les hice un recorrido turístico por las carreteras de la sierra. Llegamos a Lora del Rio a la hora del desayuno. En este sitio se tiene que comer bien, hay un par de camiones aparcados. Restaurante a la entrada del pueblo, grande, limpio y con muy poca gente. Señor camarero ¿nos podría poner tres batidos de chocolate, un café con leche, un café solo para mí y cuatro tostadas con mantequilla y jamón? Ahora mismo caballero, siéntense que se lo servimos al instante. Efectivamente, al instante, tres batidos de chocolate, una café con leche, un café solo y TRES tostadas. Je je Naranjito, te pareces a tu padre que siempre era el último al que servían. Los genes, esposa, los genes. Escucho a lo lejos la voz del camarero: Niña no cierres la cocina que llega un autobús de turistas. ¿Un autobús de turistas?, un autobús llenos de chavalería vestidos de Boys Scouts. Mi tostada sin llegar. Los niños y niñas correteando por el restaurante. Los monitores en la barra desayunando. Papá ¿y tú tostada?, espera hija, preguntaré. Me levanto, me acerco a la barra. El camarero me ve llegar y me pregunta ¿la cuenta?, si, la cuenta, pero antes dame de desayunar que el café solo para mí ya está más frio que …. Me doy cuenta de la mirada del camarero, de reojo, hacia un señor orondo, con una camisa blanca impoluta, que disfruta de un peazo de tostá, sentado junto a los monitores de la excursión. Inmediatamente el camarero subsanó su error y me puso la esperada tostada. El autobús se marchó, llevándose consigo a los niños, los monitores y, conduciendo, un señor orondo con una camisa impoluta. Mis féminas: ¡Anda el chofer se ha comido tu tostada!. Venga, no recordármelo, vamos a seguir a ver si llegamos prontito.
Seguimos la ruta. Llegamos al fantástico pueblo de Constantina (tela, niña Lou). Día entre semana, ¿lo he dicho antes? Es verdad, lo he dicho, era un día de asuntos propios de los que tenía. Claro, día entre semana, en un pueblecito de la sierra, poco tráfico. ¿poco tráfico? ¡Y una leche!. Un atasco de los buenos, de los que se forman en Sevilla en el puente del V Centenario. El coche parado, por lo menos 15 minutos. En una calle empinada. El freno de mano subido a más no poder. La primera velocidad metida y la mano en la palanca de cambio, no se valla a salir. Ya cansado de no saber lo que pasaba, me bajo del coche y le pregunto a una buena mujer, que tranquilamente barría la puerta de su casa. Perdone señora, ¿sabe usted que es lo que pasa? No hijo, no tengo ni idea, pero está la policía municipal dirigiendo el tráfico. Al cabo de un rato nos ponemos en marcha y, en un cruce me encuentro con la policía. Hola buenos días, me dirijo a San Nicolás, ¿hay algún problema? No, no pasa nada, es que un autobús se ha metido por donde no debía y se ha quedado parado en un cruce de calles. Giro lentamente mi cabeza hacia la izquierda y observo un autobús, cargado con un motón de niños, varios monitores y un orondo conductor con una impoluta camisa. Los comentarios y risas de mis acompañantes os los podéis imaginar. ¡él que se comió tu tostada! Así con este comentario y otros por el estilo, ¿quién me mandaría a mí hacer un viaje con cuatro mujeres con tanto cachondeito?, seguimos nuestra ruta por esas maravillosas carreteras llenas de paisajes.
Llegamos a San Nicolás del Puerto. Por fin. Estuvimos en la playa fluvial. Si, lo he dicho bien, a un motón de kilómetros del mar, en este pueblo de la Sierra Norte, existe una playa fluvial, con sus chiringuitos y todo. Fantástico día, agua fresquita, las niñas bañándose, mi esposa y yo en el chiringuito. Cervecita, sardinitas, sombrita, una delicia. Papá vamos a ver las cascadas del Hueznar que nos han dicho que es una zona preciosa. Vale, preguntaré como se llega. Usted perdone, señor policía municipal como puedo llegar a las cascadas. Mire usted caballero, coja el coche y a unos tres kilómetros hay una entrada a un camino que lleva al camping. Aparque por ahí, ande un poquito y ya vera a la gente que sube a ver la caída de agua. Venga, carretera y manta de nuevo. A los tres kilómetros, más o menos, giro a la izquierda por el camino que me indicaron. Vi el cartel indicador del camping y enfilé mi coche por el sendero. ¿El sendero? El aparcamiento de la feria de Abril parecía. Coches a un lado y a otro, subidos en las pequeñas laderas del camino. Otra vez a preguntar. Olle ¿Qué me han dicho que por aquí podría dejar el coche para subir andando a las cascadas? Si a mí también me lo han dicho pero es que hay un autobús que quiere entrar en el camping No podía ser. Otra vez no. Pues sí, podía ser, un autobús vacío, un motón de niños y niñas, acompañados de monitores entrando en el camping, un orondo conductor con una camisa, ya no tan impoluta, intentando introducir el autobús por la pequeña puerta del camping. Cogí los bártulos, miré a mis acompañantes, no dije nada y emprendí la subida hacia las cascadas. Detrás de mí escuche unas risitas y unos comentarios del tipo: Niñas callaros que le va a sentar mal la tostada que se tomó esta mañana.
Vale, ya está. Las cascadas una preciosidad. Un paisaje inolvidable. Un agua cristalina, fría no, más todavía. Unas horas estupendas. Después nos marchamos a la Rivera del Hueznar para seguir bañándonos y disfrutar del bosque de galería que rodea este paisaje.
¿Vale? ¿Ya está? Que va, las historias del Naranjito no terminan de esta manera. Es mi sino.
Al día siguiente por la tarde, estando tranquilamente en casa, me llama mi mujer y mi hija, partiéndose de risas las puñeteras.
Papá, corre ven, que en la tele sale un amigo tuyo. Allí que voy yo corriendo, ilusionado. ¿Quién? ¿Dónde?
¿Dónde?, en Andalucía Directo. La reportera informando de una convención de Boys Scouts que anualmente visitan el camping de San Nicolás del Puerto. A la espalda de la reportera un autobús, unos niños correteando y haciendo actividades y unos cuantos monitores intentando calmarle los nervios por salir en televisión.
¿Quién aparecía limpiando tranquilamente el autobús? Exactamente, un orondo conductor, esta vez sin la impoluta camisa.
Cari, ¿mañana quieres para desayunar una tostaita con jamón, o se la pongo a tu amigo conductor?
Perdonadme la entrada tan larga, pero como es la última de este verano os dejo tranquilos hasta el verano que viene, pero solo con los relatos veraniegos, que dentro de unos días os seguiré dando la lata.