Vale, que hace una jartá de tiempo que no tengo La
Bodeguita a vuestra entera disposición. Pero no es por mi culpa. Bueno, una mijilla sí que qué es. Es mi culpa por
un amamonamiento extremo que circunda
últimamente por mi neurona y por una mierda de virus informático que ha hecho
añicos al viejo ordenador heredado de mi churumbel mayor. Ya me lo ha arreglao, pero aún sigo recibiendo
invitaciones a conocer mujeres de mi edad cerca de Sevilla. ¡Jilpichis! si yo sigo amamonao,
ambobao, atontao, y un montón de aos más,
teniendo a mi parienta a mi lao. ¡Y las de las fotos son de mentira! Mi
sufridora es de verdad. Joé si es de
verdad, y vale mucho más que toas
esas.
Sigo. Que el portátil está medio arreglao. Que la salud, bien. Da fe la
ilustre compañera médica que años tras años, no se le ocurre otra cosa que
hacernos un reconocimiento para ver cómo andamos de triglicéridos, colesterol,
ácido úrico, lo de la columna, el oído,
la vista, lo de soplar el cacharrito ese, el electro, el mecánico y un largo
etc. ¡Ea! que ya me hice el reconocimiento,
el día más adecuado, cuando tenía más curro y una jartá de compañeros a mi cargo. Pero me lo hice. Unas semanas más
tarde, uno de mis ilustres y distinguidos y buenagentes
y elegantes y sabios y enrollaos de
mis numerosos jefes, me dijo: -Quillo,
cuando puedas pásate por el servicio médico, ya puedes recoger los resultados.
Y un servidor, aprovechando uno de esos momentos de asueto que tenemos en la
fábrica (esto último lo digo sin acritud) me dirigí raudo y veloz hasta las
instalaciones del servicio médico que, dicho sea de paso, está en el quinto
c..ño (pino) de donde suelo prestar mi servicios como persona “imprescindible”
dentro de la organización laboral. ¡Que
me quieren mis jefes!
Sacabó el peloteo, ahora al grano. Me presento en las magníficas
instalaciones que están a nuestra disposición para las cuestiones de la salud
laboral. Había un compañero dentro para una cuestión de tensión arterial
(seguramente era Bético) y yo mientras tanto me entretengo, solo un ratito, en
leer la documentación que nuestra médica pone a disposición de todos nosotros.
Que si el deporte, que si la la pirámide de los alimentos, que si deja de
fumar…
¡Ostras! Esto me interesa. Que me
he propuesto dejar de fumar. A ver que pone. Interesante, técnicas de
relajamiento pa cuando tengas el
mono. Esto me lo llevo pa casa y a leerlo
tranquilito.
!sigo sin reflex! |
Y lo leí tranquilito. Y sobre
todo el punto número siete que transcribo:
Ampliar para seguir las instrucciones. |
Po sí, que La Bodeguita está abierta de nuevo. Y si os pasáis por
Sevilla estos días y veis a un nota con el culete pegado a suelo, haciendo
cosas raras, no penséis malamente. El nota ese es un servidor que tiene el
síndrome nicoteril, pero que de aquí
al día de la onomástica de mi augusto tocayo y jefe, dejará de fumar.
Vale, ahora no, que me voy con mi
parienta a dar un garbeo, pero después
me pongo al día y me paso por los blogs de esa jartá de gente que mantiene viva esto de la blogosfera.