Hace tiempo que un compañero de
curro, y sin embargo amigo, me da la lata con eso de Quillo, a ver cuando hablas
del grupo en La Bodeguita. Es un taco de pesao y de buena gente, y es por esto último que, quitándome tiempo
de mis múltiples compromisos sociales, esta mañana he dedicado un rato libre en
investigar una mijilla sobre el grupo
musical. Lo primero, el nombre.
Los Forgloris. Se quedaron agustito
cuando lo eligieron, pero bueno, vamos al lio. ¿A qué se dedican? A tocar
música clásica, de la buena. ¿En dónde? En eventos, fiestas privadas, bodas, velás, verbenas y donde los llamen
previo contrato. ¿Por qué lo hacen? Por amor a la música y por pasar unos
buenos ratos. ¿Y la cuestión económica? Creo que por esto ná de ná. No sé cuál será el caché, pero seguro que mi colega va a
tener que seguir haciendo Puntomatic un montón de años más. Vamos con el
repertorio.
¿He dicho que actúan en eventos?
Ah sí, lo he dicho y también he dicho que actúan en bodas. Pero no en bodas
cualquieras, no, en bodas en las que los contrayentes agasajan a sus invitados
con el placer de escuchar a los clásicos.
El repertorio comienza con el
Bienvenidos del ínclito granaino Don Miguel Ríos. Le sigue una extensa lista
en la que se incluye el salta, el voy a pasármelo bien, chiquilla, whisky
barato, mil calles llevan hacia ti, y tú de quien eres, mi gran noche,
bailando, sufre mamón, escuela de calor, y así hasta más de treinta temas de
música clásica.
Cuando me mandó las lista de
canciones eché de menos otros temas como el Fire on Higf de la E.L.O. o el
Born In The USA del Boss, o el Europa de Santana, o el Could You Be Loved? de
Bob Marley y, por supuesto algunas de los hermanos Gibb. Bueno, la verdad es
que mi compañero me ha dicho eso tan recurrido de estamos en ello.
Y ahora me acuerdo de lo pesaitos que nos ponemos los tíos a eso
de la hora de barralibre en los
bodorrios, después de un par de bacardiconcola
con lo de ¡Quillo! ¡Una de Status quo!
¡Foreve yu guon! Y las féminas, ¿Qué decir de las féminas después de tres malibuconpiña? ¡Olle! ¡la de la puerta de Alcalá, mírala, mírala, ahí estaaaa!
Bueno, reflexionando un poco,
estos músicos amateurs se merecen un homenaje. Se quitan horas de su descanso
para ensayar, ensayar y ensayar. Cogen sus bártulos y se echan a la carretera
para llegar a tiempo de montar todos los instrumentos y hacer una actuación
digna, profesional y a gusto del cliente. Bravo por los grupos anónimos que
quizás no lleguen a grabar un disco, pero como dijo la gran Aretha Franklin
“una canción es buena si hace feliz a alguien”. Yo añadiría: y si los que la
interpretan ponen todas sus ganas, mucho mejor.
Espera, espera, espera. Esto es
La Bodeguita del Naranjito ¿verdad? Y el Naranjito no tiene una réflex ¿verdad?
¿Solución? Llamo mi amigo Lolo (desde hoy creo que solo seremos compañeros) y
le digo que me mande una foto de una actuación. Y aquí es cuando se me ha caído
el mito. Lolo, vale que os busquéis la vida dando conciertos, vale que
aguantéis a gente marchosa en veladas y
verbenas, pero ¿teloneros del Paquirrin? ¿del dilley Kiko? Lolo, por favor,
quillo ¿en serio? ¿teloneros del niño de la Pantoja?
Mi amigo Lolo es el más guapo y él que tiene más pelo |
En fin, larga vida a Los Forgloris