viernes, 22 de abril de 2022

La ¿inteligencia? artificial

 

Hola ¿Qué tal? ¿Bien? Me alegro. Bueno que las cosas de informática, los ordenadores y los teléfonos modernos que también hace fotos como si fueran una réflex están muy logrados. Pero nos están controlando y más cuando el propio bloguer se vuelve un poco majareta y no veas la que te lía. Pero ahora no es el tema, ahora toca comentar lo de la inteligencia artificial.

A ver, que nos controlan lo sabemos todos. Recibimos un montón de propuestas para “visitar” páginas según gustos y necesidades. Tu pones en el buscador “como hacer espinacas con garbanzos” y antes de terminar de escribir espi… ya tienes una jartá de videos con recetas, recomendaciones, legumbres, verduras y bares donde te ponen unas tapitas de las buenas, grandes y baratitas. Nada, que nos controlan de muchas formas. 

Según mi churumbel el mayor, que es él que sabe de esto y de otras muchas cosas, los algoritmos que se utilizan saben más de nosotros que nosotros mismo. Bueno, todo bien hasta aquí. Antes de seguir, que conste que a mí lo de los algoritmos me suena a logaritmos neperianos, ¡qué trabajito me costó aprenderlos! Bueno, venga, sigo.

Resulta que yo soy un clásico, un vintage. Mi hija tiene otra palabra para definirme pero, de momento, lo voy a dejar pasar. Como soy un clásico tengo feisbu (Facebook para los o las que no sabéis leer las cosas antiguas). Me hice la cuenta por mis compañeros. Para saber de ellos, para comentar sus fotos, para cosas del trabajo y así un largo etcétera. Los puñeteros algoritmos esos del feisbu te estudian y te recomiendan “amigos” o “amigas” con gustos o inquietudes parecidas a las tuyas. Incluso te recomienda “unirte a grupos para ayudar a establecer comunidades en torno a TUS intereses”. Hasta aquí sigue la cosa bien, pero…

Yo soy como soy, ya no tengo remedio y no pienso cambiar aunque mi mujer diga eso de “llevas una temporadita que no veas”. Que mis gustos, sentimientos y aficiones son las de siempre. Que no busco cosas nuevas, en todo caso novedades de lo que manejo o recordar tiempos pasados y mejores, cosas de la edad.

A estas alturas todo el mundo debe saber que en cuestiones futboleras soy Bético. Sí, de ese equipo que porta una camiseta (o remera como dicen mis amigos argentinos) con trece barras verdiblancas. El equipo que juega, día sí y día no, al final de la Palmera, allí en Heliópolis, el equipo del manquepierda. Eso lo tenéis claro ¿verdad? Y no doy mucha vara con el tema, bueno, a lo mejor dentro de unos días una mijilla de caña pienso dar. Al lío que me lío.

Captura de pantalla


Señores, o señoras (según) del Facebook, feisbu o como se diga, ¿Dónde está la Inteligencia? ¿Dónde están los algoritmos? ¡¡Mentira!! ¡No existen! ¿A mí me vais a venir con eso de “grupos que a lo mejor te interesan? Ofú, la que te voy a dar.

¡¡Te quié i llá!! (Traducción: ¡te quieres ir ya!) ¿Yo palangana? (traducción: ¿yo del otro equipo de mi ciudad?) Ni mijita (traducción: ¡Enseguía!) 

Po eso (traducción: Pues eso) que de inteligentes nada de nada. Que yo no interactúo con los “otros”. Que sí, que tengo muchos amigos, compañeros, familiares y allegados que son del otro equipo. Que sí, que casi todos son buena gente, que los aprecios, los quiero y todo eso, pero de ahí a “sevillista hasta la muerte” nada de nada. Además, como dice una canción que os la pondré el próximo día: “hasta la muerte ni hablar, que es para la eternidad este amor en verdiblanco.”     


domingo, 10 de abril de 2022

El Tercer Tiempo

 

Pues sí, soy un sevillano atípico. Tendría que estar escribiendo sobre la hermandad de mi barrio y no, hoy no toca. Además tampoco se bailar sevillanas y mucho menos cantar. ¿Los chistes?, regular tirando a malos, eso dicen. Y ¿Qué cuento hoy? Pues que hay que creer en la gente buena y sobre todo si son niños. Empiezo:

Llaman a la puerta y cuando abro me encuentro con pequeñajos que, con mucha educación me dicen

—Hola vecino, somos del 6º B, venimos a ver si nos puedes comprar una papeleta.

— ¿Una papeleta para qué?

—Para ayudar al CAR, el Club de Amigos del Rugby.

Y allí estoy yo, hablando con ellos por primera vez porque ya casi ni conocemos a nuestros vecinos. Todo lo más un hola y un adiós y para de contar.

El grande y el pequeño. Entre nueve y seis años, creo. Con un desparpajo y una educación que ya quisiéramos algunos de los mayores. Como es tradicional en mí, aunque mi mujer diga que soy un esaborío, empiezo a bromear con ellos. Lo primero un pequeño examen: Que qué es una melé, un flanker, un hooker y cuatro cosillas de las que me acordaba de mis tiempos mozos. A todo respondían con una sonrisa y con conocimientos de este noble deporte. Se les veía ilusionados respondiendo y disfrutando, el más pequeño con un balón ovalado demostrando que la cosa iba en serio. También les pregunté cuál era el mejor equipo del mundo y, lógicamente, me dijeron que los All Blacks y me contaron lo de la Haka que hacen antes de comenzar los encuentros, que las Cocos es uno de los mejores equipos femeninos… Todo esto en la puerta de casa sin querer entrar. Bueno hasta que apareció Micaela y entonces mi mujer les invitó a que entrasen para verla. Ni que decir tiene que Micaela, nuestra gata, se quitó de en medio al poco tiempo. Otra cosa no será pero curiosa es bastante. Mira, observa y se marcha para dentro.

Mi mujer ya me dijo eso de no entretengas más a los niños que querrán seguir vendiendo papeletas, así que les compre una y con un que tengas suerte, vecino, siguieron su ruta por el bloque.

Pero lo bueno vino el día siguiente. Bajo a hacer mis quehaceres diarios y en el interior del portal me encuentro con este cartel pegado junto a los buzones

 


Dicen que es de biennacido ser agradecido y aquí están mis vecinillos. El grande y el pequeño con su balón, agradeciendo a todos, porque muchos vecinos les compraron papeletas, la ayuda prestada. Vale, se les olvidó el plural, pero no se lo tengáis en cuenta.

Seguro que los padres tienen que ver mucho en esta iniciativa del cartel, o a lo mejor ha salido de los niños, no sé, pero una cosa es segura, hay que tener esperanza en niños como estos.

Bueno, ¿y qué tiene que ver el título de la entrada con todo esto? Fácil, lo explico. Cuando termina un partido de rugby, que dura dos tiempos, los dos equipos contrincantes se juntan para compartir comidas, bebidas, cánticos, experiencias y de camino “suavizar los resentimientos que pudieran haber surgido durante la confrontación”.

En estas edades es fundamental este tercer tiempo, fomenta el deporte sano, la rivalidad bien entendida y muchos valores que le servirán para siempre.

Tenemos que ser como José Antonio y David que saben ser agradecidos, que practican un sano deporte supuestamente rudo y enciman disfrutan  y aprenden del Tercer Tiempo. Mucho de este “Tercer Tiempo” necesitamos los mayores.


miércoles, 6 de abril de 2022

La Hermandad de las Doncellas

 

Como todo el mundo sabe, en Sevilla tenemos muchas Hermandades y en las próxima semana ya se encargaran los medios de mostrar una pequeña parte de lo que hacen. Lo que enseñaran son las procesiones que harán desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección. Ya contaré las otras acciones que hacen estas hermandades que son las importantes.

Habréis oído hablar de la Hermandad de los Negritos, que apenas tiene miembros de color (entiéndase negros); de la  Hermandad de la Bofetá, que no tiene al Will Smith entre sus hermanos; de la Hermandad de los Panaderos, que tampoco hay panaderos; de la Hermandad de las Cigarreras, que ya no hay fábrica de tabacos en Sevilla; la Hermandad de los Gitanos, bueno, algún que otro si hay como hermano; la Hermandad de los Estudiantes, que poquitos de ellos salen el Martes Santo…. No hablaré de El Cachorro, Las Aguas, La O, El Cerro, La Paz, La del Polígono, la de Pinomontano... 

Y así cerca de sesenta, o más, que ya perdí la cuenta. Estos son los nombres como conocemos los sevillanos a algunas hermandades. Lo que no conocen la mayoría es la historia de la Hermandad de las Doncellas, pero para eso estoy yo, para contarlo. Todo es real y está convenientemente documentado.

Esta hermandad, que creo que ya no existe, se fundó en el año 1521 por Micer García de Gibraleón. Este buen señor era presbítero, protonotario, escribano apostólico y agente del Cabildo de Roma, o sea, que era un tío importante en la época. ¿Para qué se fundó? Vamos a verlo.

En este tiempo, cuando un matrimonio tenía una hija tenía un problema y más cuando crecían. Las mujeres eran una carga y solo tenían dos salidas: casamiento o convento. Bueno, había una tercera salida pero es mejor no comentar nada de ella, os la podéis imaginar. Ahora nos encontramos con el problema gordo. Para casarse tenían que aportar la correspondiente dote, en especie o en dinero. Para entrar a un convento ídem de lo mismo, dote o posesiones, al fin y al cabo se “casaban” con Dios y esta era una forma de financiación de los lugares de recogimiento y rezos. Vale, hasta aquí sin problemas, si la joven era de una familia pudiente, nada, a aportar la correspondiente dote y casamos a la niña o la metemos a monja. Pero ¿y cuando esa familia no disponía de medios? Ese era el problema, pero para solucionarlo estaba la Hermandad de las Doncellas.

Cono no os lo creéis apuntaré que todo está convenientemente documentado y se encuentra en los archivos de la Biblioteca Colombina y en el propio Archivo de la Catedral. Venga, Naranjito, no te enrolles.

Estos hermanos y hermanas, que también en las hermandades hay personas del genero femenino, se dedicaban a facilitar las dotes para los casamientos de las mozas que no disponían de ellos. Pero claro, tenían que cumplir unos requisitos, esto no se trataba de una subvención a fondo perdido sin más. Lo primero de todo pertenecer a una familia de cristianos viejos. O sea, que sus ascendientes tenían que ser cristianos de toda la vida, nada de moros arrepentidos ni de judíos conversos. Por supuesto tenían que ser pobres de verdad y, sobre todo, tener una honestidad demostrada y sin ningún atisbo de duda. La gente de la hermandad, tanto hombres como mujeres, se encargaban de hacer un estudio de la candidata para saber si era merecedora de los dineros que aportar al matrimonio. Todo esto lo documentaban convenientemente y lo anotaban en el Libro de Dotes.

En estos libros aparecen el nombre de la joven a la que se le concedía la dote, datos de sus progenitores y familia, cuando se bautizó, particulares físicas como altura, color de piel y de cabellos, aspecto, limpieza, fecha del casamiento, lugar del mismo, … Lo que hoy conocemos como condiciones técnicas para ser merecedora de una subvención a fondo perdido.

Creo que ya no existe esta hermandad, ha sido sustituida por la lista de boda, el número de cuenta corriente en las invitaciones, los bizun, los sobrecitos y todas esas cosas para ayudar a comenzar una vida en común. De una forma u otra resulta que, sin quererlo, somos miembros de una hermandad fundada en el siglo XVI.

Si visitáis la Catedral de Sevilla y entráis por la puerta de Palos que es la que está pegaita a la Giralda, la tercera capilla a mano derecha es la Capilla de la Hermandad de las Doncellas. La marco en el plano para que no tengáis perdida.

 



domingo, 3 de abril de 2022

Las tapas de Granada

 

Hoy me he levantado con una noticia que espero sea mentira. Me ha dolido mucho, pero mucho mucho. A saber: “El alcalde de Granada ha declarado la guerra a las tapas gratis. <<No vamos a promocionar más tapas gratis, nunca más. Las tapas hay que pagarlas porque son alta gastronomía como se ha demostrado>>”

Vamos a ver, empezamos. ¿Qué es una tapa? Según la Wikipedia: 

“una tapa en España es un aperitivo que se sirve en la mayoría de los bares o restaurantes acompañando a la bebida. A este consumo itinerante (local, consumición y nuevo local) se le llama tapeo, o ir de tapas. En muchas regiones de España es bastante habitual salir a  cenar o a  comer los fines de semana a base de tapeo, forma de comer referida habitualmente como picar o picoteo.

¿Origen de la tapa? Hay muchas versiones así que no me enrollo. Bueno, una que a lo mejor no es la correcta. En las posadas de los caminos donde paraban los arrieros a tomarse sus vinitos, se les ponía encima de los vasos (tapándolos) un detallito alimentario para que se lo comieran antes del vino y no salir por los caminos con la recua de mulas dando bandazos de costero a costero.

¿Cómo son las tapas? En resumen, la mínima expresión del arte culinario. Las hay de todo tipos, frías, calientes, de temporada, templadas, modernas, tradicionales. Todas tienen que tener un tamaño específico. Si te pasas con la cantidad es media ración, si te quedas corto es un pisquilabis.

En todos los sitios te las cobran pero en Granada no, en Granada son gratis. Tú estás subiendo por la Cuesta Gomérez para visitar la Alhambra, te paras en un bar, pides una cervecita y en seguida te ponen un platito con paella, por ejemplo. Estas en el mirador de San Nicolás en el Albaicín haciéndote un selfi con el móvil porque no tienes réflex, entras en otro bar, pides otra cervecita y en seguida te ponen un platito con boquerones en adobo, por ejemplo. Bueno y en la costa tropical granadina también ocurre lo mismo. Sales de la mar después de refrescarte por fuera, te acercas al chiringuito para refrescarte por dentro, pides otra cervecita y en seguida te ponen un platito con sardinas en espeto, por ejemplo. Tapas te ponen siempre y encima sin repetir que a la segunda cervecita, bueno, o vinito, te ponen otra distinta. Y no te ponen una loncha de mortadela, no, te ponen una tapa como Dios manda. Y repito y no me canso, gratis.

Foto de la red. Ejemplo de tapa.

Y ahora el alcalde quiere acabar con todo esto. Vamos a ver alcalde, y la gente del pueblo ¿Qué? ¿Tú no piensas en nosotros? ¿Tú no piensas en los miles de estudiantes, nacionales y Erasmus, que escogen esta ciudad para cursar sus estudios porque con pocos euros comen?. ¿Tu no piensas en los miles de visitante que tiene tu ciudad, que se toman dos cervecitas y ya han cenado baratito?.  

En vez de hacernos pagar las tapas lo que tienes que hacer es una campaña para que en todos lados sea igual que en Granada y su comarca.

Te lo dice un sevillano para el que Sevilla es su compañera de vida pero Granada es como esa amiga cómplice a la que le cuentas tus secretos más inconfesables. Deja las tapas como están, gratis. ¿Y encima eres socialista?, ¡Dónde vamos a parar! Además ¿a ti que te importa? Si los hosteleros, taberneros y otros ilustres por el estilo llevan años regalándonos sus tapitas ¡¡déjalos tranquilitos!! y las tapas ¡¡¡gratis!!!

Foto de la red. Granada desde el Albaicín



miércoles, 30 de marzo de 2022

El Cristo de las Mieles (II)

 

Ya tenemos el enterramiento de Antonio Susillo, en la calle principal y en una rotonda central. Un montículo lleno de plantas muy bien cuidadas y con un par de carteles informativos.  Uno, una lápida de piedra, señala que es la sepultura del autor de la estatua que corona este particular monte Calvario y en el otro pone, más o menos, que está prohibido depositar cenizas de difuntos. Esto último merece otra historia.

En el capítulo anterior comenté que enterraron al escultor aquí porque la calle no se consideraba tierra sagrada. Bueno, sin que sirva de precedente, contaré la verdad verdadera de la inhumación del finado en cuestión aunque el tema del romanticismo del XIX se nos estropee.  

El tiro, porque se pegó un tiro y está documentado, se lo pegó el 22 de Diciembre de 1896. En principio se enterró en una sepultura de las buenas, de las de calidad duradera. Había dejado un par de cartas y en una de ellas, dirigida al juez, dejaba claro que se suicidaba acuciado por su situación económica. Alguien, no se sabe quién, alteró el parte de defunción diciendo que la causa de la muerte fue debida a una hemorragia cerebral. Cosa cierta porque el tiro se lo pegó debajo de la mandíbula y los sesos se le desparramaron. Pues nada, ya no era suicida y lo podemos enterrar en condiciones cristianas.

No fue hasta el 22 de Abril de 1940 cuando sus restos se trasladaron al lugar donde descansan hoy en día.

Varios meses después de este nuevo entierro, durante la soledad del verano sevillano, ocurrió algo que descolocó a los visitantes del cementerio municipal. El Cristo de Susillo lloraba. De la comisura de los labios  y de sus ojos manaban lágrimas doradas.

Se formó un revuelo en toda la ciudad. De boca en boca corría la noticia y la gente se apresuró a decir que Cristo lloraba por la muerte del escultor y que por fin podría descansar bajo su cobijo y dentro del Gólgota.

El Arzobispado tomó cartas en el asunto y, para lavarse las manos, se puso en contacto con los señores del Vaticano. ¿Un milagro? Pues que sean los jefes los que lo digan. Y la máxima autoridad en esta materia, o sea, los de Roma, mandaron a un especialista en asuntos milagrosos.

 

Foto de la red.

Un viejo sacerdote, parecido al padre Karras de El Exorcista, con mucha experiencia en materias de este tipo, estaba plantado delante de la inmensa escultura. Sus viejos ojos y la altura de la estatua no le permitían definir los rasgos de la imagen. Lo que sí apreciaba era ese brillo dorado de las lágrimas sagradas. Como era también un entendido en Arte Sacro, supo ver la influencia de escultores como Rodín en la hechura de esta obra maestra pero poco más.

Cuando estaba ensimismado con el milagro que casi veían sus ojos, pasó un empleado del cementerio, Antoñito el sepulturero, camino de sus quehaceres.

—Buen hombre, ¿podría usted ser tan amable de hablarme de este milagro que ven mis ojos?

—Claro que sí, Páter —dijo quitándose la boina que protegía su cabeza— a mandar lo que usted quiera y Dios Nuestro Señor. Usted no es de aquí ¿verdad?

—No hijo mío, soy de Turín que está en el norte de Italia.

—Ya me parecía a mí por cómo está sudando con ésta caló. Mire usted Páter, Don Antonio hizo esta estatua en bronce. Bueno primero en barro y después la fundió en bronce. Como pesaba tanto la hizo hueca por dentro. Y resulta que a unas abejas no se les ha ocurrido otra cosa que hacer su colmena dentro de la estatua. Pero claro, esto es Sevilla, y en Sevilla hace calor todo el año, mucho calor como notará. ¿Qué pasa con la calor? Pues que derrite la miel que hacen las buenas de las abejas. Y la miel sale por los ojos y la boca de Nuestro Señor Jesucristo y parece que está llorando. Y así va a seguir hasta que me jubile porque con la altura que tiene yo no me subo a una escalera y menos para quitar una colmena.

Foto de la red.


Desde entonces, a este Cristo, se le conoces por El Cristo de las Mieles. Si tenéis la suerte de visitar el cementerio de San Fernando, por gusto ¿vale?, no dejéis de acercaros a este Cristo. Nada más entrar lo veréis desde lejos, fijaros en la particularidad de los pies y en la expresión del rostro. Entonces imaginaros que sigue brotando la miel aunque, con un poco de suerte, no tendréis que imaginarlo.

Otra cosa, algunos personajes como el padre Karras y Antoñito el sepulturero, son ficticios. Los he colocado para “adornar” una mijilla la historia. Bueno, a lo mejor no son tan ficticios como os imagináis.