Como todo el mundo sabe, en Sevilla
tenemos muchas Hermandades y en las próxima semana ya se encargaran los medios
de mostrar una pequeña parte de lo que hacen. Lo que enseñaran son las
procesiones que harán desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de
Resurrección. Ya contaré las otras acciones que hacen estas hermandades que son
las importantes.
Habréis oído hablar de la Hermandad
de los Negritos, que apenas tiene miembros de color (entiéndase negros); de
la Hermandad de la Bofetá, que no tiene
al Will Smith entre sus hermanos; de la Hermandad de los Panaderos, que tampoco
hay panaderos; de la Hermandad de las Cigarreras, que ya no hay fábrica de
tabacos en Sevilla; la Hermandad de los Gitanos, bueno, algún que otro si hay
como hermano; la Hermandad de los Estudiantes, que poquitos de ellos salen el Martes Santo…. No hablaré de El Cachorro, Las Aguas, La O, El Cerro, La Paz, La del Polígono, la de Pinomontano...
Y así cerca de sesenta, o más, que ya
perdí la cuenta. Estos son los nombres como conocemos los sevillanos a algunas
hermandades. Lo que no conocen la mayoría es la historia de la Hermandad de las
Doncellas, pero para eso estoy yo, para contarlo. Todo es real y está
convenientemente documentado.
Esta hermandad, que creo que ya no
existe, se fundó en el año 1521 por Micer García de Gibraleón. Este buen señor
era presbítero, protonotario, escribano apostólico y agente del Cabildo de
Roma, o sea, que era un tío importante en la época. ¿Para qué se fundó? Vamos a
verlo.
En este tiempo, cuando un matrimonio
tenía una hija tenía un problema y más cuando crecían. Las mujeres eran una
carga y solo tenían dos salidas: casamiento o convento. Bueno, había una tercera salida pero es mejor no comentar nada de ella, os la podéis imaginar. Ahora nos encontramos
con el problema gordo. Para casarse tenían que aportar la correspondiente dote,
en especie o en dinero. Para entrar a un convento ídem de lo mismo, dote o
posesiones, al fin y al cabo se “casaban” con Dios y esta era una forma de
financiación de los lugares de recogimiento y rezos. Vale, hasta aquí sin
problemas, si la joven era de una familia pudiente, nada, a aportar la
correspondiente dote y casamos a la niña o la metemos a monja. Pero ¿y cuando
esa familia no disponía de medios? Ese era el problema, pero para solucionarlo
estaba la Hermandad de las Doncellas.
Cono no os lo creéis apuntaré que
todo está convenientemente documentado y se encuentra en los archivos de la
Biblioteca Colombina y en el propio Archivo de la Catedral. Venga, Naranjito,
no te enrolles.
Estos hermanos y hermanas, que también en las hermandades hay personas del genero femenino, se dedicaban a
facilitar las dotes para los casamientos de las mozas que no disponían de
ellos. Pero claro, tenían que cumplir unos requisitos, esto no se trataba de
una subvención a fondo perdido sin más. Lo primero de todo pertenecer a una
familia de cristianos viejos. O sea, que sus ascendientes tenían que ser
cristianos de toda la vida, nada de moros arrepentidos ni de judíos conversos. Por
supuesto tenían que ser pobres de verdad y, sobre todo, tener una honestidad
demostrada y sin ningún atisbo de duda. La gente de la hermandad, tanto hombres
como mujeres, se encargaban de hacer un estudio de la candidata para saber si
era merecedora de los dineros que aportar al matrimonio. Todo esto lo
documentaban convenientemente y lo anotaban en el Libro de Dotes.
En estos libros aparecen el nombre de
la joven a la que se le concedía la dote, datos de sus progenitores y familia, cuando se bautizó, particulares
físicas como altura, color de piel y de cabellos, aspecto, limpieza, fecha del casamiento, lugar
del mismo, … Lo que hoy conocemos como condiciones técnicas para ser merecedora de una subvención a fondo perdido.
Creo que ya no existe esta
hermandad, ha sido sustituida por la lista de boda, el número de cuenta
corriente en las invitaciones, los bizun,
los sobrecitos y todas esas cosas para ayudar a comenzar una vida en común. De
una forma u otra resulta que, sin quererlo, somos miembros de una hermandad
fundada en el siglo XVI.
Si visitáis la Catedral de Sevilla y
entráis por la puerta de Palos que es la que está pegaita a la Giralda, la tercera capilla a mano derecha es la Capilla
de la Hermandad de las Doncellas. La marco en el plano para que no tengáis
perdida.
¡¡ Llevátelo a papel !!
Buena documentación sobre las hermandades sevillanas.
ResponderEliminarTe deseo una buena Semana Santa, aunque sea trabajando a tope, que hay que recuperar los dos años perdidos.
Un abrazo.
Gracias Matías, cuando tenga tiempo contaré sobre el origen de la Hermandades, eso si que es digno de conocerse y seguro que sorprende a muchos.
EliminarSaludos.
Gracias por traernos esta historia tan interesante, el tema de nacer mujer era polémico, como si de ellas no nacieran los que luego las rechazan. Un abrazo Naranjito!
ResponderEliminarMuchas gracias. Era polémico y aún hoy quedan resquicios, pocos pero quedan.
EliminarUn saludo.
Desconocía la historia, muy bien llevada. Enhorabuena y a disfrutar de los días que nos aguardan.
ResponderEliminarPienso disfrutar pero seguro que me lían como siempre y tengo que salir. ¡Con lo agustito que estoy en casa.
EliminarUn saludo.
Pero... haber nacido en 1520 y no tendría que haber solventado el casamiento de mi niña mayor y estar haciendo números para el de la menor. jajajaja. Hermosa historia Naranjito. Un abracadabrazo a la distancia.
ResponderEliminarMago, que digo yo que también podrían haber creado una hermandad para los donceles ¿no? ¡Que mi hijo se casa en Diciembre!
EliminarUn abrazo.
Gran historia, muchísimas ganas de volver a Sevilla. Como decía en mi último comentario, necesito vacaciones!
ResponderEliminarYo que tú no me lo pensaría. Ahora, si vienes a Sevilla estos días ármate de paciencia, mucha paciencia.
EliminarUna reverencia.
A montones de hermandades sé que hay en Sevilla, pero la que cuentas no la conocía. Increíble que hasta para ser monja había que dar una dote. "Diezmos y primicias, bulas... El clero siempre con la mano hacia arriba y Cristo era hijo de un carpintero.
ResponderEliminarBuff, no quiero problemas, no vaya a venir por la red una bofetada de Will. Una entrada muy bien redactada.
Un abrazo Charles.
Las monjas por lo visto se casaban con Dios. O sea, ¿boda? ¡dote! esto es lo que hay.
EliminarUn abrazo
Muchas Hermandades, hasta parece juego de RPG. Pensé que en cualquier momento ibas a mencionar a la de los guerreros y la de los magos. :)
ResponderEliminarMe he quedado corto nombrando a las hermandes. Las hay de todo tipo, pero aunque parezca mentira, todas tiene una cosa muy importante en sus Reglas: La Bolsa de Caridad. Esto merece otra historia, son 365 días al año ayudando a los más desfavorecidos.
EliminarUn abrazo.
Un ejemplo más de tu sevillanía, citar a la Hermandad de las Doncellas. Yo sí la conocía, pero la mayoría me parece que no...
ResponderEliminarEl primer dato de ella data, según mi información del 1551, pero tu lo tienes de antes a esta...fuimos con mi prefesora de Historia a la Catedral y a la Biblioteca Colombina. Es tan interesante la historia como desconocida por muchos sevillanos.
¡Olé tu menda!
Un abrazo.
Feliz Semana Santa.
Te voy a contar un secreto pero no se lo digas a nadie. Yo conozco a operario de mantenimiento del pasadizo subterráneo que va desde la Catedral hasta el Palacio Arzobispal. Cuando me de permiso se lo cuento a todos.
EliminarUn abrazo y a disfrutar de nuestra Semana Santa.
Naranjito:
ResponderEliminarsiempre curiosas tus anécdotas e informaciones.
Gracias.
Pues vete preparando que tengo unas cuantas más.
EliminarSaludos