martes, 20 de junio de 2017

El Druida


Po que hace unas semanas acompañé a mi hijo a reparar una plancha de la ropa que se le ha escacharrao a la novia. Parece que el principio del texto es un poco raro pero resulta que en un barrio sevillano, hay la mejor tienda para arreglar estos artilugios que desprenden mucho calor y te dejan la espalda molida. Esto último me lo ha contado mi señora, es que yo soy un negado para el uso de estos cachivaches y mientras pueda seguiré siéndolo, es que me dan yuyu.  

Bueno, pues que mientras mi churumbel el mayor debatía con el encargado de la tienda sobre válvula antirretorno, balastro electrónico, calderín de presión, juntas tóricas y otras lindezas por el estilo, yo me salí a la calle a estirar las piernas. Un pequeño inciso: con la Ley antitabaco no puedo decir que iba a fumarme un cigarrito. Que si, que lo estoy dejando, poco a poco, pero lo estoy dejando; tengo la réflex punto de mira y voy a conseguir las dos cosas, dejar el tabaco y la cámara de fotos. Ya me estoy enrollando, será la caló.

Ya se me iba a olvidar lo más importante, el barrio. Se trata del Cerro del Águila, el Cerro, como lo conocemos los sevillanos. Es un barrio que tiene un carácter y una personalidad propia. La mayoría de las viviendas son autoconstruida lo que le da esa manera de ser tan peculiar. ¿Y de arte? De arte tela, hasta para ponerle nombre a los negocios. Como he dicho, mientras estaba estirando las piernas me encontré con esto:

Foto con el móvil, de momento. Recomendado ampliar


Yo no soy mucho de medicina alternativa, ni de homeopatía que no me ha hecho nada, ni de hierbas que … vamos a dejar lo de las  yerbas, pero una cosa tengo clara, a saber:

La próxima vez que me dé uno de mis queridísimos cólicos nefríticos y necesite ese brebaje a base de herbensurina que me recomendó un supuesto amigo y supuesto experto en la materia, ya se donde tengo que dirigir mis pasos. No es por , es simplemente por conocer a un discípulo del gran Panoramix. De camino le pediré un chupito de la poción mágica que le daba fuerza a los galos, si cuela, claro.

Aunque por otro lado, como mi queridísimo y eficiente médico de cabecera me recomendó, mi mujer está de testigo, que para echar las piedras renales por los conductos reglamentarios lo mejor que hay es una bebida rubia, fría, con un dedo de espuma y en vaso fino, le haré caso. Seguro que al lado de la tienda de El Druida hay otro tipo de locales donde disfrutar de la medicina tradicional y autentica.

Lo único que me mosquea es que justo al lado lo que hay es una sucursal de una empresa aseguradora especialista en decesos. No sé, será por si acaso.




viernes, 16 de junio de 2017

La parada del 3, otra vez



Hoy toca otra vez contar cosas de mi barrio. Ya lo sé, tengo que salir más, y prometo hacerlo. Pues resulta, como ya lo he contado muchas veces, que aparte del 12 y del 13, tenemos otra línea más de autobuses urbanos: el 3. Esta línea, se ponga el alcalde como se ponga, es la sustituta “momentáneamente” de la futura (con un poco de suerte mis nietos la verán) línea 3 del metro. Está previsto que atraviese Sevilla de norte a sur. Pero como no se ponen de acuerdo las autoridades competentes y no hay “leuros”, po nos aguantamos y nos apañamos con el autobús urbano.

Los autobuses de esta línea están muy bien. Son de los largos, los gusanos los llaman los antiguos. Más o menos como dos autobuses urbanos pegados. Modernos, con aire fresquito en verano y calorcito en invierno. Bueno, ¿de qué te quejas? se pensaran las mentes impacientes. De varias cosas.

La primera: a pesar que la frecuencia de paso es relativamente corta, unos diez minutos entre bus y bus, ¡hay que ver lo que tarda en atravesar la vieja Serba La Bari! Yo mismo he tardado una hora y veinte minutos en llegar desde mi casa hasta el glorioso estadio que hay al final de la Palmera. Para los que no lo sepan, este templo de ilusión y esperanza se llama Benito Villamarín y en él juega y deleita el Real Betis Balompié. Ya lo sé, me estoy yendo por los cerros de Úbeda, enga, al grano, la segunda queja: la parada del 3.

Hace meses pusieron las señales verticales de “prohibición o restricción” de que eso de aparcar aquí nanai, que aquí tiene que parar el 3, que como aparques aquí, multa al canto. Los vecinos de este vuestro barrio, como personas humanas y responsables que somos, hacíamos caso omiso a las señales. ¿Qué queréis? La cosa de aparcamiento esta mu mala, tota, si la policía municipal por aquí se asoma poco. Pero llegó el día.

Hace unas semanas empezamos a ver un coche de nuestra querida policía municipal (esto lo digo sin segunda, que no sabéis la buena labor que hacen). En el techo de dicho coche portaban un cacharro con una réflex (ejem, ejem, ofú, ofú)  que le echaba fotos a todos los vehículos de tracción a motor que estaban mal estacionados. O sea, que se jartó  de poner multas. Y en la parada del 3 se puso las botas. Pero días más tardes, a eso de las nueve de la mañana, llegó el patrullero de turno acompañado de la grúa municipal  y se encargó de multar físicamente y de llevarse al depósito, los coches que no cumplían lo establecido por las normas munícipes. Hasta aquí todo bien. Si no cumples con las normas sabes a lo que te expones. Además, hay que facilitar el acceso del autobús a la parada y, lo que es más importante, el acceso al autobús de los usuarios y usuarias.

Hasta ahora bien ¿no? ¿Os habéis cansado de leer? Un poco de paciencia que ahora toca las últimas quejas, a saber:

En esta primera foto aparece la señal que te dice que desde aquí payá, no se puede aparcar, que te multo. Que si, que la señal está, detrás del Focus y debajo del ficus. Busca, busca.


En esta segunda, la otra señal de tráfico, la que te dice eso que desde aquí pacá tampoco. Que si, que también está, al laíto  de la chavala que pasa por la acera y ¡debajo de otro arbolito! Busca, busca.


Y ahora una panorámica:


Ya hemos aprendido a no aparcar, él de la furgoneta estaba esperando para entrar en el cajero automático y el coche negro,  bueno, creo que este no se ha enterado o no ha visto entre el verde follaje y la maleza exuberante de los puñeteros arbolitos, las señalitas de las narices.

Y digo yo: ¿tan complicado es poner una isleta con su correspondiente marquesina? ¿Qué es caro? Pues nada, unas rayitas de pintura amarilla en el suelo y veras como nos enteramos los torpes de aquí no se puede aparcar.

Queridos vecinos y queridos visitantes, ya sabéis, fijaros bien en los árboles. Aparte de servir para soporte de publicidad de inmobiliarias, de lugar donde nuestros canes hacen sus necesidades micionárias, aparte de la sombrita que dan, sirven para que las señales de regulación de tráfico y aparcamiento no se calienten con las temperaturas que estamos sufriendo-disfrutando estos días.


Enga, a disfrutar y aparcar con dos deos de frente y mucha vista, sobre todo mucha vista.


lunes, 5 de junio de 2017

Hay otro Rocío

Lo veis por la tele, o en los periódicos, o lo escucháis en la radio, sí, estamos en el Rocío. Bueno, más que estamos quiero decir están. Yo no puedo opinar mucho porque ni he hecho el camino, ni he estado en la aldea almonteña en estas fechas. Lo único que conozco de este evento es lo que he visto en televisión, lo que he leído y, sobre todo, lo que me han contado amigos que años tras años van a visitar el Santuario. Bueno, yo también lo he visitado pero de regreso de la playa de los miarmas. Cualquiera le dice a la parienta que no nos paramos a poner un par de velas por los seres queridos.

Para que nadie se enfade, cosa que por otro lado me da igual, diré que conozco a mucha gente que hace el camino con fe y con devoción. Dicen que es una experiencia iniciática, que te renueva año tras año. Vale, si tú lo dices me lo creo y te respeto, pero es que hay otro Rocío que quizás no se vea o no quieren que se vea.

Por un lado está esa gente que se prepara todo el año para estos días. Colaboran con las Hermandades, preparan su carriolas o como se llamen, cumplen estrictamente las normas que dicta el Plan Romero, no dejan basura por el campo, no forman escándalos, no presumen de lo que hacen, cuidan y respetan caballos, mulos y bueyes, etc. Después de varios días por caminos de arena, llegan a la aldea, se van a su casa hermandad y sigue con sus actos. También es una fiesta ¿o es que cuando tu estas con tus hermanos no es motivo de celebrar?

Y por otro lado están los posturitas, lo de los golpes en el pecho, los que van a ver y, sobre todo, a dejarse que lo vean. Se aprovisionan bien de balantai, bifiter y otros productos raros pal camino. Consiguen unos sajones y un traje corto. Se ponen su sombrero con la cinta de la hermandad que toque y se cuelgan la medalla y les gusta tragar el polvo que va dejando la raya (no seáis mal pensados, la Raya Real es un cortafuego de arena de 16 kilómetros que protegen bosques de pinos en el preparque del Parque Nacional de Doñana). Vale, si queréis ser mal pensado, también puede ser.

Pero nos falta el medio de transporte y como soy un posturita de pro y tengo que aparentar, alquilo un caballo. Da igual que no tenga ni idea de cómo montar, como cuidarlo, como darle de comer y de beber, yo tengo que presentarme ante la Reina de las Marismas montado a caballo como mandan los cánones rocieros. Y después de las largas caminatas sin descanso, horas de hambre y sed, de trotes vacilando ante cámaras de tv, de fotos y de móviles, pasa lo que pasa. Pero tranquilo que hay solución para todo y seguir disfrutando.

 Me lo han mandado por el guasap


Que conste que no estoy en contra del oportunismo de la empresa aseguradora, cada cual tiene su ética comercial. La campaña se difundió por las redes sociales, pero ante la avalancha de críticas fue retirada. Su director comercial ha declarado que “el seguro es una cobertura que tienen todas las asociaciones” y que al mismo tiempo “en ningún caso esto expresa estar la empresa a favor del maltrato animal” faltaría más. En el comunicado también aprovechó para “pedir disculpas a aquellas personas que se hayan sentido ofendidas”. Yo por si las moscas, he tapado un poco el logo de la empresa, es que también ha amenazado con poner en manos del departamento jurídico aquellos montajes que dañen la imagen de la compañía.

Si una empresa aseguradora lanza esta campaña para que “puedas disfrutar el Rocío con tu caballo” será por algo ¿no?

En fin, energúmenos y energúmenas haced el camino andando. Dejad los caballos para la buena gente que de verdad saben montarlos, cuidarlos y quererlos. De coche olvidaros, el volante y las bebidas con misterio, mucho misterio, no son compatibles.

Si algún rociero o rociera se siente ofendido por estas torpes letras, que me perdone, pero si has hecho el camino y has estado en la aldea sabes que esto es una triste realidad.