Hoy toca otra vez contar cosas de
mi barrio. Ya lo sé, tengo que salir más, y prometo hacerlo. Pues resulta, como
ya lo he contado muchas veces, que aparte del 12 y del 13, tenemos otra línea
más de autobuses urbanos: el 3. Esta línea, se ponga el alcalde como se ponga,
es la sustituta “momentáneamente” de la futura (con un poco de suerte mis
nietos la verán) línea 3 del metro. Está previsto que atraviese Sevilla de
norte a sur. Pero como no se ponen de acuerdo las autoridades competentes y no
hay “leuros”, po nos aguantamos y nos
apañamos con el autobús urbano.
Los autobuses de esta línea están
muy bien. Son de los largos, los gusanos los llaman los antiguos. Más o menos
como dos autobuses urbanos pegados. Modernos, con aire fresquito en verano y
calorcito en invierno. Bueno, ¿de qué te quejas? se pensaran las mentes
impacientes. De varias cosas.
La primera: a pesar que la
frecuencia de paso es relativamente corta, unos diez minutos entre bus y bus,
¡hay que ver lo que tarda en atravesar la vieja Serba La Bari! Yo mismo he
tardado una hora y veinte minutos en llegar desde mi casa hasta el glorioso
estadio que hay al final de la Palmera. Para los que no lo sepan, este templo de
ilusión y esperanza se llama Benito Villamarín y en él juega y deleita el Real
Betis Balompié. Ya lo sé, me estoy yendo por los cerros de Úbeda, enga, al grano, la segunda queja: la
parada del 3.
Hace meses pusieron las señales
verticales de “prohibición o restricción” de que eso de aparcar aquí nanai, que aquí tiene que parar el 3,
que como aparques aquí, multa al canto. Los vecinos de este vuestro barrio,
como personas humanas y responsables que somos, hacíamos caso omiso a las
señales. ¿Qué queréis? La cosa de aparcamiento esta mu mala, tota, si la
policía municipal por aquí se asoma poco. Pero llegó el día.
Hace unas semanas empezamos a ver
un coche de nuestra querida policía municipal (esto lo digo sin segunda, que no
sabéis la buena labor que hacen). En el techo de dicho coche portaban un
cacharro con una réflex (ejem, ejem, ofú,
ofú) que le echaba fotos a todos los
vehículos de tracción a motor que estaban mal estacionados. O sea, que se jartó
de poner multas. Y en la parada del 3 se puso las botas. Pero días más
tardes, a eso de las nueve de la mañana, llegó el patrullero de turno acompañado
de la grúa municipal y se encargó de
multar físicamente y de llevarse al depósito, los coches que no cumplían lo
establecido por las normas munícipes. Hasta aquí todo bien. Si no cumples con
las normas sabes a lo que te expones. Además, hay que facilitar el acceso del
autobús a la parada y, lo que es más importante, el acceso al autobús de los
usuarios y usuarias.
Hasta ahora bien ¿no? ¿Os habéis
cansado de leer? Un poco de paciencia que ahora toca las últimas quejas, a
saber:
En esta primera foto aparece la
señal que te dice que desde aquí payá,
no se puede aparcar, que te multo. Que si, que la señal está, detrás del Focus
y debajo del ficus. Busca, busca.
En esta segunda, la otra señal de
tráfico, la que te dice eso que desde aquí pacá
tampoco. Que si, que también está, al laíto
de la chavala que pasa por la acera
y ¡debajo de otro arbolito! Busca, busca.
Y ahora una panorámica:
Ya hemos aprendido a no aparcar,
él de la furgoneta estaba esperando para entrar en el cajero automático y el coche negro, bueno, creo que este no se ha enterado o no
ha visto entre el verde follaje y la maleza exuberante de los puñeteros
arbolitos, las señalitas de las narices.
Y digo yo: ¿tan complicado es
poner una isleta con su correspondiente marquesina? ¿Qué es caro? Pues nada,
unas rayitas de pintura amarilla en el suelo y veras como nos enteramos los
torpes de aquí no se puede aparcar.
Queridos vecinos y queridos
visitantes, ya sabéis, fijaros bien en los árboles. Aparte de servir para
soporte de publicidad de inmobiliarias, de lugar donde nuestros canes hacen sus
necesidades micionárias, aparte de la sombrita que dan, sirven para que las
señales de regulación de tráfico y aparcamiento no se calienten con las
temperaturas que estamos sufriendo-disfrutando estos días.
Enga, a disfrutar y aparcar con dos deos de frente y mucha vista, sobre todo mucha vista.
Hay que tener cuidao y echarle cuentas a las señales, que luego la multa sale más cara que siete días seguidos de Feria. Me despido de ti Naranjito ya hasta Septiembre. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarPor supuesto que hay que hacerlo pero ¿no lo podrían poner un poquito más fácil.
EliminarFelices vacaciones, Pepe
He tenido que aumentar las fotos a tamaño cine para ver las señales. No entiendo como no os ponen una marquesina, están superescondidas.
ResponderEliminarTú lo sabes pero quien vaya de novato, ni idea.
Esta vez fue Manolo quien me llamó. Aprovecha cuando va su hijo a verle, no pude sujetar el teléfono y hablamos muy poco porque se fatiga.
Recuerdos para ti.
Y mi abrazo de siempre.
No quiero ser mal pensado, pero parece que las han puesto adrede.
EliminarUn abrazo para ti y para Manolo.
Qué bonita es la convivencia si lo hacemos con respeto y diligencia. Saludos.
ResponderEliminarYo respeto las señales aunque estén escondidas. Y encima a estos árboles no se les caen las hojas en otoño.
EliminarUn saludo
Naranjito:
ResponderEliminares indignante que pongan carteles y luego queden ocultos por árboles y artilugios urbanos.
Salu2.
Pero resulta que primero estaba el árbol. Mentes pensantes como los que han puesto las señales sobran.
EliminarUn saludo
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