Saliendo de casa para hacer los
mandaos (“hacer los mandaos”: dícese de ir a comprar lo necesario para el día.
Verbigracia: el pan, una lechuga, una docena de huevos, medio de gambas
arroceras, un tetrabrí de vino blanco, un melón y no te entretengas con tus amigotes),
pasé por la esquina de Marta. Esta vez, los colegas que se reúnen todos los
días a eso de las doce, estaban enfrascados en una curiosa conversación:
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Foto hecha por un servidor |
-Lo ten.. –No lo ten.. –Este es
un coloca. –Este en ventanita. –El fichaje 14. -¿Pepe Mel? –Lo ten.. ¿El escudo
del Granada?. -¡Bien! No lo ten..
¿Pero a qué están jugando? Pues a
lo de todos los años por esta época. A coleccionar las estampitas de futbol.
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Esta tambien la he hecho yo (con el celular) |
Aquí tenéis a los cuatro, después
de comprar los sobres con el dinero que seguramente les habrá dado la abuela, dedicándose
a algo tan antiguo como el ser humano, el trueque. Estarán hasta la hora de
comer y por la tarde, con la fresquita, otra vez, a buscar otros colegas para
conseguir completar el álbum.
Bueno, parece que se acabó el
verano. Ya están otra vez las estampitas de futbol y esta vez no protestaré por
la portada del álbum. Y no protestaré porque ha puesto por fin a un campeón del
mundo como es Don Andrés Iniesta. ¿Qué no protestaré? ¡Pues claro que
protestaré!. Uno del Madrid y otro del Barça. ¿Qué pasa? ¿Qué no hay más
equipos? Ya les vale a estos de Panini.
Y otra cosa más, un pequeño
matiz, una pequeña puntualización. A los papás de los colegas, ¿todos sois
palanganas? Porque viendo la ropa de los niños me parece que sois del otro
equipo de la ciudad.