Hay una costumbre sevillana, no
exclusiva de Sevilla pero muy sevillana, de tomarse una cervecita a eso del
mediodía. El mediodía en Sevilla es sobre
la una y media o las dos, o cuando llegue el ultimo colega de la cuadrilla.
Y el lugar, bueno hay un montón de lugares y lupanares (de lúpulo, componente
básico del líquido elemento amarillito, no seáis mal pensados con mentes
calenturientas) donde disfrutar con los amigos y amigas después de una ardua
jornada de trabajo. El que pueda, claro, que la cosa está mu cortita. Y como yo vivo en Pinomontano, barrio donde el más
tonto hace relojes y encima funcionan, intentaré relatar lo
acaecido días atrás en una zona de este
barrio al norte de la vieja Híspalis.
El sitio es muy concreto y casi
todo el mundo lo conoce. Me refiero a la
parte de la Fría, a la entrada del barrio según se sale de la SE30 en la
rotonda, a la derecha viniendo del polígono Store o a la izquierda si llegas
desde el puente del Alamillo. ¿Estamos orientados? Vale, sigo. El lugar siempre
está abarrotao, lleno de gente a
todas horas. “Crisis? What Crisis”
que dirían los ínclitos Supertramp.
Parece un paseo marítimo o el Picadillo
Circus ese de Londres. ¿Qué es lo que hay? A continuación, después de una
ardua investigación in situ, paso a detallar los locales que se encuentran ubicados bajo cuatro
o cinco bloques de pisos. Empezamos entrando por la rotonda a la derecha.
El Telepizza, después de probar una autentica de Italia, como que no.
Un bazar chino tela de grande, con
ropa y todo. Un Doner Kebá, a mí me gusta el durúm pero bueno, es cuestión de
gustos. Cervecería Los Vázquez,
buenas tapitas y no cierra la cocina en todo el día. Cervecería Javi, no tengo el gusto de conocerlo. Banco
de Santander, de esos que hay que entrar de uno en uno y encima para pagar
la matrícula de la universidad de los churumbeles. ¡La madre que parió al
ministro Wert! Sigo, Cafetería La Marina,
no tiene que ver nada con la Armada. Una farmacia,
que como estamos mu malitos abre de
9:30 a 23:00, 365 días al año. Alicia,
una tienda de artículos de peluquería y a laito
Enrique, lo mismo pero en plan
masculino. Cervecería La Flía, el
sitio en cuestión. Que conste que se llama La Flía no La Fría como la conocemos todos los amantes
de una agradable velada con amigos y amigas degustando una… ¡ya me estoy
liando! Un local de periódicos,
revistas, bonoloto, primitiva, lotería, etc. Heladería cafetería El Indio, buenos pasteles. Una sucursal
de Correos, bueno, ya no está, se ha
mudado al barrio de Los Carteros (SIC). Un administrador
de fincas ¿en qué barrio no hay uno? Cafetería churrería La Ermita, a mí los calentitos que me
gusta son los de la Sofi. El Piccolo, donde te ponen litronas helaitas en cubos de zinc. Cervecería Fabián, con platos de gambas a cuatro pavos. Otro local
de periódicos, revistas, bonoloto,
primitiva, lotería, etc. Marijuana,
no sé a qué se dedican, pero en la puerta hay una foto de una planta mu rara, cáñamo o algo por el estilo, y güele mu bien. Una tienda de pinturas, no todo va a ser disfrutar, hay que mantener los pisos blanqueados. El Montano, muy buenos helados, pero una jartá de gente a todas horas. Un salón de belleza, para estar guapos y guapas. La panadería de Cipriano. Y el Rey
de la Cerveza para terminar la acera.
Ojú, que jartura. Y todavía
no he empezado con la historia. A eso voy. Primero, foto (aún con el móvil)
Foto tomada mu tempranito, a las 12, antes de que empiece a llegar la gente |
Os habéis situado ¿verdad? Bueno, pues estamos en este lugar un viernes
cualquiera a eso del mediodía. Se me ha olvidado decir que de aparcamientos
nada de nada. O a lo mejor sí. En doble fila. Y un montón de coches. Y con una
parada de autobús. ¿Y qué es lo que toca? Pues que de vez en cuando se pasen
nuestros protectores del tráfico y la seguridad para denunciar a aquellos
coches que estorben la normal circulación de una de las principales arterias
del barrio. La Policía Municipal para
que nos entendamos.
Pues este viernes, en La Fría, a
eso del medio día estaba una nota
tomándose una cervecita con los colegas.
Pelo engominado, patillas cortijeras, pañuelito rosa en el bolsillo
superior de la chaqueta, mocasines castellanos en los pies, Aifon6 encima de la mesa, un peluco de los gordos en la muñeca
derecha Y un BMW 525 TDS aparcado en doble fila. Y nuestra Policía Local empezó
por el Telepizza. Digo “nuestra” porque era una señora agente. Y muy guapa,
pero esto último no me lo tengáis en cuenta, es secundario.
Nada que nuestra agente de
seguridad, portando un aparatito, se
dispuso a expedir la oportuna denuncia a los vehículos mal aparcados. Ya no hay
multas en papelitos rosa escritos a mano, no, ahora es un tiket como los del
Mercadona. Y con todos los datos del denunciado. ¡Joé que modernos!
¿Qué hace cualquier persona
normal cuando ve a los agentes/as de la autoridad? Po salir corriendo a quitar el coche. Y a la altura de Los Vázquez
estaba nuestra agente cuando uno de los contertulios le dijo al de las
patillas. –Quillo, quita el coche que
vienen los municipales. –Tranquilo ahora lo quito.
Y nuestra municipala ya se encuentra al laito
de la farmacia. –Quillo, que al final te
multan. –Que no, que yo controlo.
Y tanto que controlaba. En el
momento que la agente se disponía a pulsar las correspondientes teclas (ya
estaba junto al BMW) nuestro “amigo” dejó el vaso de cerveza fría en una de las
mesas de la Flía junto a otros vasos vacíos y se dispuso a hablar con la autoridad.
-Perdona agente, es que acabo de
llegar con los colegas, ahora te quito el coche. Tú no te preocupes veras como
tardo un segundo.
La rubia agente (esto también es secundario), con
mucha amabilidad, con una sonrisa y con mucha educación guardó el aparatito en
un bolsillo. Displicentemente se colocó en el centro de la calle y con
profesionalidad paró el tráfico para que pudiera emprender la marcha el coche
de personajillo. Este metió primera, puso el intermitente izquierdo, se adentró
en la calle y se encontró con la agente de frente. Está, sin perder la sonrisa
le hizo señas para que parase y le dijo al sorprendido conductor.
-Alto, control de alcoholemia.
Moraleja: Amos a vé,
jilipuertas. Si te vas a parar con los colegas a tomar cervecita, primero:
no aparques en doble fila. Segundo: si ves a la policía municipal quita el
coche rápido. Y tercero y más importante: acuérdate de Stevie Wonder cuando
decía aquello de si bebes no conduzcas ¡capullo!