Otra vez de récor, pero de los
negativos. Una jartá de tiempo sin
escribir ni contar batallitas y tonterías mías. ¿Qué me pasa? Ná. La verdad es que no sé por qué no
abro La Bodeguita, vicheo un poco, comento algo y sigo siendo el mismo, que lo
sigo siendo. Pero ha sido una temporaita
de bajona, como dicen algunos
iluminados. Sin motivo aparente ni ná
de eso. Bueno, enga, vamos a ponernos
al día.
La familia bien, gracias. El
único que ha estado un poquillo chunguillo
es el Quillo, nuestro gato. Lo llevamos a un veterinario especialista en
felinos y le sacó artrosis, deshidratación, los piños perjudicados, pérdida de
peso y una cuantas cosas más. ¿El motivo? Dieciocho años que tiene el mu
cabrito. Nos dijo German su “médico”, que la equivalencia con los humanos es de
ochenta y cuatro años. Vamos que tengo
un gato que seguro que no paga en los autobuses urbanos y que se puede pegar un
lote de viajar por la cara con la gente del Inserso.
Pero que no os engañe con sus
muchos años, el mu mamoncete sigue
haciéndome la puñeta. Me quita mi sitio, me da por saco para que le de comer,
para que le cambie el agua, para que le cambie el arenero, se pone delante de
la tele para que no vea los partidos de mi equipo (de mi equipo, el que reside al final de la
Palmera, en Helipolis, hablaré en otra ocasión). Nada, que me sigue odiando
desde que lo llevé a que le quitaran sus atributos masculinos. Dice el galeno gatuno que no tiene demencia
senil, que su salud mental esta perfecta. Lo de demencia senil en los gatos me
dejó un poco sorprendido, pero resulta que los animales también tienen esta
enfermedad. Pero que conste que a mí, me puñetea
a diario y de demente nada, más bien es un espabilao.
Y sigue durmiendo en una caja de cartón, como buen felino.
A ver, más cosas, ¡ah! ¡sí! Lo de
la caída. Resulta que hace unas semanas me resbalé en el baño y en la caída me
di justamente en mi costado de babor con la bañera. Resultado, unas semanas
dolorido por esa banda y sin poder dormir en ninguna posición. Pero
curiosidades de la madre naturaleza, de pie y trabajando el dolor menguaba a
molestia llevadera. ¿Consecuencia de la caída? Una muy dolorosa para mí. Resulta
que había puesto una arcancía para
llenarla de moneditas y poder adquirir por fin mi deseada cámara de fotos que
“utiliza un espejo que refleja la luz procedente de la escena y la dirige hacia
el visor”. Pero claro, ahora llega el buen sentido común de mi señora esposa y
me dice eso de: “tendremos que pensar en cambiar la bañera por un plato de
ducha ¿no? Resultado: a tomar viento la
réflex.
-¿Qué? vale, ahora, espera que le
dé a publicar y pongo la lavadora.
(Es que he aprendido a utilizar
la lavadora, ma o meno, y hoy me toca
a mí. Trabajito me ha costado pero con mis ganas por aprender y mi sapiencia lo
he conseguido, creo)
Nada, que dentro de unos días
otra batallita de las mías y a intentar seguir al pie del cañón. Ante que se me
olvide, de Semana Santa y Feria ná de ná.
Para variar otro año más me ha tocado en el turno de noche. Y el blogger está
raro raro. Cuando he abierto La Bodeguita me lo he encontrado todo en el idioma
del chaquespeare ese. ¿A que va a ser verdad eso de que te espían?
Un saludo y hasta pronto.
Está incordiando para que termine de escribir. Me parece que me toca cambiarle la arena |