¡Anda que no!
<<Todos somos genios pero si juzgas a un pez por su habilidad de
trepar árboles vivirá toda su vida pensando que es inútil>>
(Albert Einstein)
Que voy a contar que no sepáis de
Einstein. Si, el de E=mc2, que más o menos viene a decir que la energía es
igual que si multiplicas la masa por la velocidad de la luz al cuadrado. Él
nota era un genio, pero un genio de los buenos. Y para que nadie se aburra diré
de pasada que nació en Alemania, que era mu
listo, que escribió, entre otras cosas,
sobre el efecto fotoeléctrico, el movimiento browniano, la equivalencia
entre la masa y energía, la teoría de campo unificada y como no, la teoría de
la relatividad. Un genio, con todas las letras. Tan genio que cuando Hitler
empezó a dar por saco, emigró a Suiza y se nacionalizo suizo, entre otras
cosas porque era judío y empezó a mosquearse con la situación. Más tarde, de
Suiza se piró a los Estados Unidos de
norteamérica del norte y como no, se cambió de nacionalidad y se hizo
estadounidense. Lo dicho, un genio y mu
listo él nota. Un genio sí que debió de ser porque dicen los expertos que solo
un diez por ciento de la gente comprende sus ideas y estudios. Ná, a mí no me entiende nadie y genio lo que se
dice genio como que no soy.
En principio admitamos que
Albertito era un genio, ¿pero listo?. Me parece que de listo no tenía nada, en
todo caso enteraillo, veréis.
Se casó dos veces. La segunda
esposa fue su prima Elsa, pero esta no cuenta, vamos a la primera, Mileva, de
soltera apellidada Mariç. Esta señora era un peaso de matemática, campo en el que su marido flaqueaba una mijilla. Fue de gran ayuda para el
genio, incluso hay quien afirma que los trabajos científicos los tenían que
haber firmado ambos.
¿Cuándo se le ocurrió la frasesita? Nunca. Si, nunca, la frase
reflexiva de hoy se le ocurrió a Mileva. Y se le ocurrió antes del divorcio.
¿Qué porque se divorció del supuesto padre de la energía atómica? Pongámonos en
situación. Estaba hasta el moño. Hasta el moño de cumplir con el contrato matrimonial que Albert le hizo firmar antes del bodorrio. Un pequeño resumen
del mismo (fuente: historiasdelahistoria.com)
- Deberás asegurarte de:
- mantener mi ropa y la del hogar en buen estado.
- servirme tres comidas en mi habitación.
- mantener mi dormitorio y el estudio limpios,
y debe quedar claro que mi mesa de trabajo es para mi uso exclusivo.
- Renunciarás a cualquier tipo de relación personal
conmigo en la medida en que no sean estrictamente necesarias por razones
sociales. En concreto, renunciarás a:
- sentarte en casa junto a mi.
- pasear o viajar juntos.
- Tendrás en cuenta los siguiente puntos:
- no mantendremos relaciones íntimas, ni me
reprocharás nada.
- dejarás de hablarme si yo te lo pido.
- abandonarás mi dormitorio o estudio
inmediatamente, y sin protestar, si te lo pido.
- Te comprometerás a no menospreciarme delante de
nuestros hijos, ya sea con palabras o hechos.
Hasta el moño de sentirse inútil
como un pez subiéndose a los árboles, hasta el moño de las genialidades del
genio, hasta el moño de que nadie la viese como una de las primeras mujeres que
cursara una carrera de ciencias, hasta el moño de…
Por cierto, para finalizar, el
importe económico del premio Nobel concedido a Einstein (120.000 moneas de las antiguas coronas suecas) se lo quedó ella con un escueto ¡anda y que te den! y ¡que te peines y te peles que falta te hace!