viernes, 20 de agosto de 2010

La alberca

Aquella tarde la canícula del estío caía con fuerza sobre el campo. En el pequeño cortijo, los visitantes intentaban disfrutar de las horas de siesta aprovechando la novedad de dormir en un viejo soberao o en los confortables colchones mullidos de las camas de hierro forjado. El fiel mastín dormitaba en la puerta junto a la silla de enea donde ya no se sentaba su amo.
Cerca del cortijo estaba la alberca, bordeada por varias higueras y dos robustas moreras. Junto a la alberca la noria en desuso te enseñaba, si tú lo querías ver, otra época, otros tiempos. Quedaba poco de la noria, el tiro, donde se ataba la vieja burra, hoy sustituida por un motor con "caballos", los cangilones, cambiados por una tubería que llegaba a lo profundo de la tierra para encauzar la subida del agua, y poco más.
La alberca alimentaba la vida del huerto contiguo. En un costado, el agujero por donde salía el líquido elemento, seguía medio  tapado por una tabla de madera para controlar el riego.
Allí estaban los dos. La música corría a cargo de varias chicharras que competían, de higuera a higuera y de morera a morera. El perfume lo ponían las plantas del huerto, las tomateras, las sandías, las cebollas, lechugas, pepinos y todo lo que aquella fértil tierra donaba después de su cuidado.
Allí estaban los dos. Sentados en el pretil de la alberca, con los pies en el agua., disfrutando de la sombra y del calor de la tarde. Disfrutando de unas pocas horas de soledad. Disfrutando del frescor que regalaba la naturaleza.
Comenzó él. Se echó al agua, agua que le cubría poco más de la cintura. Besó sus rodillas y, casi sin querer acarició sus piernas. "No seas tonto" fue lo único que dijo ella. En ese momento saltó también al agua.
Empezó con un roce, una mano acariciando su espalda, sus hombros, sus senos. Deslizó suavemente su bañador negro por su cuerpo y se dejó flotar sujeta por los brazos de él. Él la abrazó con ternura y se dejaron llevar.
Fue especial. Algo nuevo. Algo viejo. Nunca lo habían hecho en el agua, ni siquiera en los veranos de juventud, soledad y playas.
Después de aquel mágico momento allí estaba los dos. Ella abrazaba con sus piernas las de él, él la rodeaba con sus brazos, en silencio, solo se escuchaban leves suspiros de gozo y el cansino cántico de las chicharras. Los pensamientos de los amantes andaban por los años en que comenzaban a conocerse. Pero ahora tenían experiencia, ahora tenían conocimientos de los gustos y placeres de cada uno. Ahora celebraban una vida en común.
Las chicharras cesaron su canción., en el relajamiento del placer, en ese abrazo sincero, escucharon las voces encantadoras que gritaba desde el cortijo:
!Papá, mamá! ¿Donde estáis? !Mamá! ¿Hay algo de merendar? ¿Papá dónde están las llaves del coche? !Que nos vamos al pueblo con los primos que hoy hay fiesta!
El abrazo se deshizo en un instante. Sus cuerpos desnudos se hundieron hasta que el agua les tapó dejando al descubierto sus cabezas. Ella buscó su bañador negro. Él consiguió verlo, el provocativo bañador negro flotaba, entrelazado con el suyo, surcos abajo, alejándose por los canales de riego que alimentaba a las plantas del huerto.
Mientras tanto, el viejo mastín, abría lentamente los ojos y ponía esa cara de "estos humanos de ciudad ,aprovechan la menor oportunidad para....."
¡¡ Llevátelo a papel !!

13 comentarios:

  1. Qué bien escrito y qué bonita historia. Me ha ido intrigando hasta llegar a ese final sobresaliente. Me los he imaginado, los he visto: cómplices y eternos, solos, alejados, amándose.

    Enhorabuena, amigo. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Fantástica entrada, Naranjito.

    Mejor te pongo aquí la media con manteca de lomo para que recuperes fuerzas. ;-)

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Bonita entrada de verdad y evocativa de otros tiempos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Te felicito naranjito, es una sensación preciosa de esos momentos de no olvidar. Espero que hayan otros y los disfrutes igual
    Besotes y saluditos.

    ResponderEliminar
  5. GENIAL NARANJITO¡¡¡¡
    IMAGINO LA FRESCURA DE LAS MORERAS, Y LAS HIGUERAS, LA PENUMBRA EN EL AGUA Y A LO LEJOS EL SOL QUE RELUMBRA, ENCANDILANDO CURIOSOS.
    BELLISIMO, FELICITACIONES POR VOLVER A LOS TIEMPOS DE JUVENTUD.
    ABRAZOS QUERIDOS AMIGOS, ESAS VACACIONES MARCHAN¡¡¡

    ResponderEliminar
  6. Te iba a decir que estaba muy bien escrito, pero creo que la clave es que está muy bien descrito. Minuciosamente cuentas los paisajes, los olores, los sonidos, y ahí está el kit de la cuestión; el resto de sensaciones vienen rodadas.

    Kisses

    ResponderEliminar
  7. Amigo Naranjito, ¡pillín!.No se porque me da en la nariz, que lo tuyo en la alberca no es pasado es presente, que has cumplido lo que me prometiste en el comentario de castellano viejo de la algarabía, pues nada macho, que lo disfrutes y a repetir,(si los niños te dejan).Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Leerte es siempre un placer, Naranjito, esta vez no estás divertido, síno romántico, pero genial como siempre. ¡Qué bonito momento!.Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Hola naranjito ,en mi blog tienes varios premios para que pongas en tu blog si quieres , en la entrada de hoy ,y por cierto esta tarde entrare a ver la entrada de la alberca ,es que ahora no puedo ,ya que es la hora de "rancho" chao majo , un saludo de pitufa y gracias por preguntar como estoy de resfriado ,estoy un poco mejor gracias.

    ResponderEliminar
  10. Jo, qué bien escrito y qué bonito, me ha gustado mucho. Las albercas, dónde va a parar por Dios, tienen mucho más atractivo para este y otros menesteres, entretenimientos y lo que sea (incluida la contemplación, hasta eso) que las piscinas, que son un rollo.

    Donde está una alberca... ay....

    Venga, un abrazo, me quedo con un buen sabor de boca tras leer esto, y un sensación muy agradable. Da gusto que la gente se quiera.

    ResponderEliminar
  11. Querido naranjito como te e dicho esta mañana ,pasaria por la tarde a leer tu bonita historia, de amor entre marido y mujer , y sinceramente el amor en esas edades , para mi personalmente es el mejor , como bonita es la historia que acabas de conpartir con nosotros, saludos de pitufa pitufosa.

    ResponderEliminar
  12. Juanma: el final te los puedes imaginar Papá, que culo mas blanco y feo tienes.

    Tato: Mejor un platito de tomates con sal del huerto.

    Rafael: ¿otros tiempos, jejejejej?

    Susana: Tú lo has dicho que lo podamos disfrutar.

    Abuela argentina: Tú sabes bien que los tiempos de juventud nunca pasan.

    Gatilla Romanilla: Lo mejor es eso, las sensaciones.

    Trianatrinidad: lo malo es que los "niños" son un poquito grande los puñeteros.

    Tortuguita: romanticismo tambien es divertirse con tu pareja ¿no crees?.

    Aurora: tienes razón, donde se ponga una buena alberca que se quite el cloro de las piscinas.

    Pitufa: la edad?, ¿que edad? querida mia la edad se tiene en el cerebro y en el corazón, bueno y en la barriguita cervezera, pero esto tiene arreglo.

    ResponderEliminar
  13. SIIIIIIII, ESTA GUAPA LA POESIA, ME ANCANTA, LO MISMO QUE UN BUEN RESFRESCON EN UNA ALBERCA, YO SI LO HICE EN SU DIA, CLARO ERA OTRA EPOCA, LA VERDAD SE HECHA DE MENOS ESA EPOCA, LA INFANCIA !!!! SIN PROBLEMAS APARENTES. UN SALUDO NARANJITO DE TU AMIGO AÑOÑO.

    ResponderEliminar