El protagonista de esta historia
me ha dado permiso para contarla pero intentaré guardar la intimidad y no dar
nombres ni decir el hospital donde ocurrió.
Pues resulta que la semana
pasada, después de una noche más cumpliendo con mis obligaciones laborales, me
paré a tomarme un café en el sitio habitual con
los parroquianos de siempre. Hacía tiempo que no veía a uno de ellos y
al saludarlo me metí de lleno en la conversación.
-¿Cómo? ¿Me lo puedes contar
desde el principio? Es que no me lo creo –le dije con mi habitual cara de
incredulidad.
-Te lo cuento, Naranjito, te lo
cuento. Llevaba mucho tiendo fastidiado pero me llegó el día. Los médicos ya me
habían informado y yo, en principio, estaba preparado. La operación consistía
en abrirme, sacar una pequeña muestra, llevarla sobre la marcha al oncólogo y
esperar a que le pusiera apellido. Las opciones de apellido eran bien fácil:
bueno o malo. Si el apelativo resultaba
ser bueno, me quitaban “lo manchado”, me limpiaban la zona, me volvían a cerrar
y para casa. Pero si por el contrario
era malo la situación se complicaba. Y en mi caso resultó que era malo.
Abrieron y me extirparon medio pulmón que era lo que tenía afectado. A
las veinticuatro horas ya estaba yo pidiendo el desayuno y deseando que me
dieran el alta.
Este que torpemente os cuenta
esto, estaba perplejo con la serenidad con la que contaba la enfermedad y la
intervención, pero mi perplejidad aumentó cuando siguió relatándonos todo lo
acaecido.
-Días más tardes de la operación
tenía cita con el cirujano para comenzar la rehabilitación y aprender a respirar con un pulmón y medio.
Sentados frente al médico, mi mujer y yo nos quedamos de piedra cuando nos dijo
aquello de “tengo que comunicaros algo”. Nos temimos lo peor. Aún veo la cara
del médico. “Hemos analizado lo que te extirpamos y el resultado de todos los
análisis ha sido negativo, no era malo”. Fue un alivio, una tranquilidad, pero
horas más tarde empecé a darme cuenta de la situación. Llevo dándole vueltas a
lo ocurrido y no sé lo que debo hacer. ¿Que no era malo? ¿Error médico?
¿Negligencia? ¿Falta de medios? El caso es que me han quitado medio pulmón que
no me tenían que quitar. Por un lado me alegro de no tener esa maldita
enfermedad, pero por otro lado me irrito cuando pienso que me falta algo dentro
de mí.
Todos los que estábamos allí
decíamos lo mismo, que denunciara, que la persona que cometió el error no lo
pueda volver a cometer, que si el
sistema no funciona que lo cambien. Para nosotros era muy fácil opinar e
incluso hacerle chistes fáciles sobre los “recortes”. Todos entendíamos más de
leyes y de derechos que un juez decano,
pero al que le faltaba medio pulmón era a él.
Hace un par de días me lo
encontré de nuevo paseando a su mastín, que más que perro es un caballo por el
tamaño que tiene. Le pregunté cómo iba
la rehabilitación y la decisión. Es una persona instruida y con los pies
en el suelo y ha meditado mucho sobre el asunto.
-Ya tengo todos los informes y me
he puesto en contacto con un abogado especialista en estos casos. Voy a ir a
por todas. Ayer me agaché en mi casa para arreglar un grifo y note que me
faltaba el aire. Ya te contaré como sigue todo esto.
Lo dejé paseando a su perro y
seguramente pensando en los protocolos de actuación y análisis, en la
profesionalidad del personal sanitario del que no tiene ninguna queja, de la
rapidez con la que se toman decisiones tan importantes, pensando en que el
cirujano hizo un gran trabajo en la operación y cuando le comunicó los resultados,
pensando en…
¡¡ Llevátelo a papel !!
¿Un error o un terror? Eso no tiene perdón...
ResponderEliminarTerror es lo que sentí cuando lo contó.
EliminarUn saludo
Naranjito:
ResponderEliminarSe deberían hacer dos análisis, por lo menos.
Salu2.
O tres, para salir de dudas
EliminarVaya con los errores, no tiene perdón. Un abrazo Naranjito, y feliz fin de semana amigo.
ResponderEliminarUn saludo Pepe, a ver como sigue la cosa, ya iré contando.
EliminarQue fuerte...
ResponderEliminarPor cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
Hola Perfida, estas en tu Bodeguita, pasate cuando quieras que tambien hay otras historias mas flojitas.
EliminarUn abrazo.
Primero un saludo despues de tanto tiempo, segundo que me parece indignante el tema. Un abrazo.
ResponderEliminarTortuguilla no tienes porque escusarte. Un abrazo y a seguir escribiendo.
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