sábado, 18 de octubre de 2014

Una de tonos



Esto va de tonos, politonos y esas musiquitas que tenemos en los teléfonos. Las hay de todos los gustos y sonidos, pero hay que tener mucho cuidado con la que escogemos y, sobre todo, saber silenciar el móvil en los momentos adecuados. ¿Los fondos de pantalla? otra cosa por el estilo. Nunca se sabe quién puede ver esa foto tan bonita y original de la que presumís. Y ahora la historia, lógicamente, le he cambiado los nombres de los protagonistas.

Ramón tenía una edad de esas en las que tu médico de cabecera empieza a decirte lo de tienes que cuidarte, deja de fumar, deja de beber, haz deporte, hazte revisiones,…

Revisiones, llegó el día. Ese fin de semana había estado en Eindhoven. Había disfrutado con su equipo en la consecución de la primera copa de la güefa  (Uefa Europa League, para los que no sepáis de furbo) Pero allí estaba el tío, dispuesto a pasar por lo que tenemos que pasar todos los hombres tarde o temprano. Después de los días de celebraciones no le importaba nada. Ni la próstata ni nada. Próstata, hay que ver lo rápidos que son en la sanidad pública para darte cita para ciertas cosas. Próstata, ofú. Bueno, daba igual, después se iría con los colegas al Sánchez Pizjuan para hacerse la oportuna foto con la copa  y ponerla de salvapantallas en su móvil. 

Su móvil, lo dejó en la mesa auxiliar que estaba junto a la camilla de la consulta. Encaramado a esta, y en la clásica posición genu-pectoral, con una mijilla de tensión (o una jartá, de eso no me he enterado) cerró los ojos y esperó la exploración. Y en ese momento  se iluminó él móvil.

Teléfono de un "conocido"


El móvil, que tono de llamada más chulo tenía puesto. El Arrebato cantando eso de “Mi Sevilla Sevilla Sevilla, aquí estamos contigo Sevilla, compartiendo la gloria en tu escudo, orgullo del fútbol de nuestra ciudad”. Abrió los ojos, se giró hacia la mesa e intentó apagar el celular. Giró un poco la cabeza para mirar al proctólogo y…

El proctólogo, más que proctólogo hispalense parecía leñador navarro. Pero era sevillano sevillano, concretamente del barrio de Bami, a escaso metros del Benito Villamarín.

El Benito Villamarín, nombre del estadio del Real Betis Balompié. Estadio donde, en un asiento verde de la grada de preferencia, se sentaba los domingos futboleros Bernardo, cirujano proctólogo.

Colocándose los guantes de látex en las manos de leñador, el excelente médico le dijo cariñosamente a su paciente

-No se mueva ahora. 

Y Ramón no se movió. Y el Arrebato seguía cantando eso de “es por eso que hoy vengo a verte, sevillista seré hasta…”

Y Ramón cambió la foto del teléfono, y el tono de llamada, y, lo que es más importante, aprendió a silenciar el móvil en ciertas situaciones. También cambió de proctólogo. 


¡¡ Llevátelo a papel !!

10 comentarios:

  1. Jajaja la enfermera de mi pueblo cuando va a pinchar a uno de los que votan a lo otro les advierte.... "Esta es de las que duele..."

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    1. No quiero ni imaginarme al sr. alcalde como sea de los "otros".
      Una reverencia

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  2. Jajaja, eres un crack. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia..., o no.

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    1. Pues no sé, pero tenemos una edad que.... Bueno, como yo soy Bético no tendré problemas con D. Bernardo.
      Un saludo.

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  3. Vaya con Ramón, le exploraron, pero que muy bien la próstata.
    Como no me gusta el futbol espectáculo (me gusta jugarlo), no me puede pasar, lo que le pasó a Ramón.

    manolo

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    1. Las malas lenguas dicen que la exploración fue un exito. Por los resultados, no seas mal pensado.

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  4. ¡Si es que los móviles los carga el diablo, jajajaja!
    Salu2 móviles, Naranjito.

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    1. Anda, pues el mío lo carga un cable. !Y tiene más peligro!
      Abrazos.

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  5. Y digo yo... Ramón (que ya sabemos que no es ése su verdadero nombre) no ha pensado en cambiar la musiquilla del móvil? Ná, lo digo porque cuando suene, pues igual se acuerda del momento en cuestión. Y ya no sé yo hasta qué punto le gustará "rememorar" el momento o no.
    :)

    Besosssssss!!!

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    1. Me consta que no cambió la música, pero aprendió a tenerlo siempre en vibrador. Esto último no tiene doble sentido ¿vale?
      Un besote.

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