Hola, ¿Qué tal? ¿Bien? Me alegro.
Yo también ando bien, como siempre. Un poco aburrío y simple. Sí, sigo siendo
simple. Tan simple que cuando mi parienta me encarga los mandaos, raudo y veloz
corro como el viento para cumplir fielmente su órdenes y deseos. Como cualquier sincero marido que se preste. (Un poquito de peloteo nunca viene mal, ahora que
las “amigas” de mi mujer se pasan por la Bodeguita y le comentan a ella las
tonterías que escribo).
Pongámonos en situación. Sábado
por la mañana, a eso de la hora del ángelus. Está claro que aprovecho la
clarita para, de camino, pararme en ciertos centros abiertos al debate e
intentar arreglar los problemas del país, junto con los parroquianos habituales
que siempre andan apoyados en la barra o sentados cómodamente en los veladores.
No todo va a ser trabajar, de vez en cuando hay que platicar con los amigos y
saborear una cervecita fresquita acompañada de chochitos o unas buenas
aceitunas aliñas. Otra vez me estoy pirando por los cerros de Úbeda. ¡Con lo
simple que es contar una historia!
Tirando del carro de la compra,
lo primero es lo primero, me encamino a poner la porra, es decir, adivinar el
resultado de los partidos que tiene el Real Betis y el otro equipo de la
ciudad. De pasada diré que nunca lo he acertado. Paso por el centro de salud
del barrio. Concretamente por el A, en este barrio tenemos dos, ¿adivináis cómo
se llama el otro? B. ¡Qué simple! Y esto es lo que me encuentro
Cuidado al ampliar |
¿Y esto que es lo que es?
Simplemente eso que veis una mierda pinchá
en un palo. O mejor un palo a una mierda
pinchada. Dejándonos de cuestiones escatológicas, ¡120 euros! ¡Toma ya! Nuestro
querido ayuntamiento lleva haciendo una campaña en contra de los excrementos de
canes que pululan por parques y aceras de esta bendita ciudad. Pero esto no es
cosa del consistorio, no, esto es cosa de gente anónima que tiene el valor de
pinchar el cartelito como denuncia de un acto incívico. Nuestros munícipes
tienen una ordenanza que te ponen 120
euros de multa si pillan a tu perro o a tu perra haciendo sus necesidades en la
vía pública.
Un servidor no tiene perro, tengo
un puñetero gato que es el que manda. Pero el Quillo tiene la costumbre de
hacer sus necesidades en el arenero, así que la multa me la ahorro, aparte de
que no sale a la calle ¡él mu perro! Ahora bien, tengo amigos y amigas que si
tienen perros y de todas las razas y tamaños. Los hay de dos tipos, a saber (me refiero a mis amigos):
Los que se acercan a la sede del
Distrito y recogen, gratuitamente, las bolsitas para, con primoroso cuidado
coger las deposiciones.
Los que, como mi amigo Javi,
perdón J. el anonimato es importante, pasean a su buldog por el único descampao que queda en el barrio. Descampao donde estaba previsto hacer
una serie de equipamientos para los ciudadanos como, por ejemplo una guardería,
una zona deportiva, un centro de algo relacionado con los daños
cerebrales, la sede del distrito
municipal,… no, no, esta última ya está hecha, ¡mecachis!
Bueno, que seáis buenos. Que recojáis
las caquitas de los perros, que los que ponen los cartelitos se están quedando
sin papel y sin palitos. Y para finalizar solo decir que cuando eché la foto hacía dieciocho minutos y catorce
segundos que el can en cuestión dejó el regalito, lo calculé por los residuos
eflúvicos que desprendía.
Nada, hasta más ver.
La verdad es que un paseo por cualquier calle es la experiencia más asquerosa que le puede suceder a uno.
ResponderEliminarSalu2 limpios, Naranjito.
En todos lados cuecen habas. Pero con un poquito de civismo disfrutariamos más de nuestras ciudades.
EliminarUn abrazo.
La gente es que es un poco guarra. Los perros no. Sus dueños.
ResponderEliminar¿Qué trabajo costará salir a la calle con tus bolsitas de plástico, o como iba yo con la Frida, con servilletas de papel para recoger las mierdecillas y buscar el contenedor más cercano?
Pero no, oye. Que a algunos todavía les cuesta..
Besos, Naranjito!!!
Y lo peor es que las bolsas te las facilitan gratis, por lo menos en mi barrio.
EliminarUn besote.
Un cargamento de esos "regalitos" les ponía yo en la puerta de sus pisos o casas a los dueños de los canes que no recogen sus "cositas", vera como así se acordaban de la bolsita y no nos fastidiaban a los demas.Un abrazo amigo Naranjito.
ResponderEliminarCon lo fácil que es hacer las cosas bien y lo poco que cuesta. Te lo dice uno a que le encantan los perros.
EliminarUn abrazo.
Muchas gracias por visitarme en mi cumpleblog. Yo sí me atrevo a dejarte un comentario, Naranjito, tienes una manera de escribir graciosa y muy natural, dices las cosas como las sientes y por eso llegas a la gente.
ResponderEliminarMe encantan los perros pero no sus amos. Siempre los he tenido hasta que mi hija pequeña empezó con una alergia importante, así que los he cambiado por plumas. Tengo una ninfa macho que silba en inglés. Ja,ja.
Un abrazo.
Las mujeres sois mas valientes que los hombres en casi todo, y más listas. Porque ¿quién le ha enseñado a la ninfa a silvar en ingles? Los animales son el reflejo de sus amos.
EliminarUn abrazo
Carlos, muy bueno. Menos mal que tu felino hace sus cosas en casita. ¡Vaya ahorro!
ResponderEliminarSalud !
No creas que es un ahorro, ¿tu sabes lo que come?. Bueno, por lo menos la arena me sale barata.
EliminarUn saludo
El asco que nos da esto ahora (¡y con razón!) y cuando éramos pequeños era un clásico en todas nuestras aceras (los excrementos de perro, no los cartelitos en ellos)
ResponderEliminarLa de bromas que hemos gastado con un palo y la caca de los perros.
EliminarUn abrazo.
Cada día hay mas gentes que recogen lo del palo pinchao.
ResponderEliminarAmigo Naranjito, que nunca te falte tu buen Humor.
manolo
En eso tienes razón Manolo, poco a poco la gente se conciencia.
EliminarUn abrazo.
Jajajajajaaaaa, tu entrada es fantástica, con su cuota de denuncia y su cuota de gracia.
ResponderEliminarTe diré que en Buenos Aires, a casi nadie le importa dejar que su perro haga en la puerta del vecino, en los parques en los que juegan los niños y en donde se cuadre. Estoy harta de salir de casa y encontrarme semejantes tortas en la vereda. Mis perras tienen su lugar en la azotea y mi gato, como Quillo, usa las piedritas.
Desde hace unos cuantos años, la corriente inmigratoria en Argentina, se ha basado en gran parte en gente de Bolivia, pues son ellos los que "dejan los perros sueltos" por el barrio para que se joroben los vecinos. Ahora que lo pienso, tal vez en su país se usa esta estrategia ecológica... vaya uno a saber. Si le has pescado justo en el momento del acto y le decís que por favor no deje a su perro hacer en las puertas, te miran como si no conocieran el idioma, es decir, ponen cara de nada y siguen su camino.
Cariños Carlos, me has hecho reír a carcajadas.
¿será cosa de la globalización? Yo siempre he querido tener un mastín español. Pero por el tamaño del perro pienso como pueden ser el tamaño de sus deposiciones.
EliminarY eso de salir a la calle con una pala y un saco me hace pensarme mucho lo de tener perro.
Un besote.
No aciertas la porra, porque seguro que pones que el Sevilla pierde y el equipo de la carretera Cadiz gana...
ResponderEliminarSaludos.
No la acierto porque hago justamente lo contrario.
EliminarUn saludo.