martes, 6 de septiembre de 2016

Un merecido homenaje


La cosa va de reconocimientos, homenajes y, sobre todo, de monumentos. Y en Sevilla monumentos tenemos una jartá, pero falta uno. Con monumento me refiero a esas estatuas que colocan en sitios más o menos estratégicos para reconocer los logros de prohombres y grandes damas que han hecho algo importante por los sevillanos. Con todo lo ombliguistas que somos, de vez en cuando, agradecemos lo que han hecho otras personas por el bien de esta bendita ciudad. Pero si te das una vueltecita por nuestras calles notarás que falta uno muy importante. Vamos a entrar en materia.

Tenemos una estatua dedicada a Simón Bolívar montado a caballo. Vale que El Libertador hiciera mucho por los países de América Latina con eso de la independencia, pero ¿alguien me podría decir que hizo este buen señor por Sevilla?
Tenemos otra dedicada a Cayetana Fitz-James Stuart. Aparte que todo lo que hizo por la Hermandad de los Gitanos, poquito más con todo lo que tenía.
Otra estatua dedicada a Curro Romero.  Y los que no somos taurinos ¿Qué?
Una figura representando al papa Juan Pablo I. Vale, los sevillanos de otras confesiones religiosas ¿Qué opinan?
Una estatua de un indio también montado a caballo. Bueno, espera, es verdad, como Sevilla es ciudad hermana de Kansas City, nos la regalaron después de la Expo 92.

 Y así podría seguir poniendo ejemplos pero nunca nos pondríamos de acuerdo sobre si es conveniente y merecedor de homenaje muchas de las personas que con sus bustos en bronce adornan nuestras  calles y plazas. Pero hay un personaje histórico que pone de acuerdo a bolivarianos, españoles, plebeyos, nobles, taurinos, antitaurinos, cristianos, musulmanes, judíos, agnósticos, parroquianos y foráneos. Un personaje que ha hecho más por Sevilla que cualquier otro. ¿De quién se trata? os preguntareis ávidos de conocimientos, pues, nada más y nada menos que de Willis Haviland Carrier. ¿Cómo os habéis quedado? Tranquilos que me explico.


 Foto rebuscada en la red


Este ingeniero eléctrico  estadounidense  inventó nada más y nada menos que el ¡aire acondicionado!

 Ahora ¿qué? ¿Se merece una estatua o no se merece una estatua? Y en plena calle Sierpes. ¿A que en esto estamos de acuerdo los bolivarianos, españoles, plebeyos, nobles, taurinos, antitaurinos, cristianos, musulmanes, judíos, agnósticos, parroquianos, foráneos, béticos y sevillistas?

Pues nada, D. John Sword, ínclito alcalde de la vieja Híspalis, dígale a algunos de sus personal assistance que preparen una asignación presupuestaria para que, antes de que llegue de nuevo la caló  (hoy estamos solo a 40º) tenga este buen señor el reconocimiento que se merece. Y si le parece bien, hágalo hijo predilecto de Sevilla aunque sea a titulo póstumo. Los sevillanos estamos muy agradecido.



¡¡ Llevátelo a papel !!

6 comentarios:

  1. Si tengo que poner un euro para la estatua, lo pongo.
    Ahora, que ya es mañana, sí te saludo.
    Salu2, Naranjito desprocrastiniza2.

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    1. Ya somos dos.
      Otro saludo despostri.. descraspo.. ¡Quillo! ¡Un saludo y ya está!

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  2. Y que bien te explicas.
    Seguro que llevas toda la razón fresquita del mundo.

    manolo

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    1. Pues bendito sea el señor ingeniero, también en Madrid habría que hacerle un monumento y en toda España, bueno, en el norte casi no hace falta aunque cuando viene la ola de calor se pasa fatal por el viento del sur.
      Original entrada Carlos, te estás portando.

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    2. Manolo, es lo que tiene no salir a la calle y quedarte en casa al fresquito.
      Un abrazo.

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  3. Tienes que tener en cuenta que en el norte con poco más de 30º ya empiezan a axfisiarse. Seguro que también se apuntan a la iniciativa.
    A ver si cojo una buena racha y sigo comportándome.
    Un abrazo.

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