Foto del Estandarte, retocada por mi hijo |
¡Vive Dios! Él premio ha sido merecido. Un grupo de
hombres, que no de nombres, de esos que anteponen su orgullo personal antes que
la gloria y alabanzas que les pudieran acaecer. Esos hombres componente de unos
de los muchos tercios que combaten en batallas largas y arduas, ante enemigos
con más armas y emolumentos. Venidos de todos los confines de las Españas del
Rey Nuestro Señor y de otros confines de la tierra conocida y por conocer, se
han ganado por derecho propio, continuar con la lid e intentar plantar su
estandarte en las tierras de la vieja Europa.
Un sargento mayor, nacido en la
Villa y corte, un galeno sanador de
suyos y contrincantes, varios mochileros, masajeadores y preparadores en
lo físico y en lo de la mente, ayudantes de campo, exploradores de virtudes y
defectos, un cabo nacido junto al rio Nervión.
Y bajo sus atenciones y parabienes: nuestro Glorioso.
Este Tercio de jóvenes soldados
que hace meses solo pensaban en seguir
entre los elegidos para la efímera gloria, han conseguido hacerse un pequeño
hueco entre los grandes batalladores del continente cuna de la civilización.
Gente de todas las tierras, las vascongadas, el levante, las afortunadas islas,
la dura tierra extremeña, de la capital del reino, de las costa occidentales y
orientales de nuestra Andalucía, de catalonia y del reino de Polonia, nubios de
la Costa del Marfil, indianos de la Costa Rica, de Uruguay y de la costa del
Mar Caribe, también de un país lejano en el golfo de la Guinea y del Brasil de
los portugueses, junto con el grueso de gente de la Híspalis emperadora y de sus
pueblos que la rodean y custodian. Algunos luchando también contra la parla de
germanía de mentideros ociosos. Todos
bajo el sereno mando del licenciado D. José Mel y Pérez, que ha sabido también
poner en primera línea de batalla a jóvenes soldados, formados bajo su mando en
los aledaños del Cuartel General, dispuestos a estar en vanguardia y hacerse de
honores para reemplazar, cuando los desarrollos de las batallas lo requieran, a
los soldados de primera línea.
Pero lo mejor de estos bravos
hombres es la legión de fieles que siempre han tenido a su lado. Buenos
vasallos incondicionales. No flaquean las gargantas cuando con sus cantos y
gritos alientan desde el principio hasta el fin. A pesar de penurias y
calamidades, de derrotas, fracasos y escarnio por deshonrosas derrotas. Huestes
de fieles seguidores que han llevado por todo el reino las ganas, el empuje,
los ánimos y los apoyos. Semper fidelis, a pesar de todo. Esos leales que cada
vez que pasan veintiséis minutos del comienzo de la contienda, alzan una
plegaria al Cuarto Anillo recordando a las leyendas. Sepan vuestras mercedes
que no es por casualidad que la palabra veintiséis de esta torpe misiva sea
“gloria”.
Por derecho propio, sin esperar a
nada ni a nadie, se ha conseguido la oportunidad de poder poner una pica en
Flandes, en Roma, en la Gran Bretaña o donde quiera que el destino depare la
nueva aventura.
Pardiez que si mi maltrecho peculio
me lo permite y mi ama y señora que da la oportuna licencia, aunque sea una sola vez pienso acompañar, luciendo los colores de
nuestro estandarte, a este puñado de hombres para seguir haciendo grande esas
estrofas que rezan:
Hay una leyenda que recorre el
mundo entero
Verde y blanco sus colores,
Blanco y verde es el sendero
Luz en la mañana y en la noche
quejío y quiebro
¡¡¡ BETIIIIIIIIIII!!! RA RA RA EL BETIS , EL BETIS Y NADIE MAS
ResponderEliminarA POR EUROPA
manolo
Y a fastidiar a la Merkel.
EliminarUn saludo, mi oficial.
¡Pardiez, Maese Naranjito!.Y que el buen Dios, nos de mucha salud y brío para apoyar a tan valeroso ejercito en las arduas batallas que le esperan en las frías tierras del Norte.Y que el Altísimo nos provea de generosos caldos y rubia cerveza, de buen jamón de las tierras de Huelva, de viejo queso de las tierras manchegas amigas para celebrar sus victorias.Y si, por contra, tuvieramos que beber el amargo caliz de la derrota, siempre tengamos el hombro amigo, las dulces caricias de nuestras damas como balsamo consolador de nuestras heridas.Sin duda, bravo Narajito, intensa aventura la que nos espera: luchar sin desmayo, aunque a veces las fuerzas no sean iguales, pero sin bajar nunca la cabeza, con el orgullo de seguir hasta el final al Estandarte de las treces barras, al Escudo del más Grande, de aquel que siguiera con fervor ya en la antiguedad el glorioso Rey Don San Fernando, juntos hombres y mujeres, unidos, como solo una voz que rompa el aire al grito de:
ResponderEliminar¡VIVA EL BETIS, MANQUE PIERDA!.
Sin palabras, me has dejado sin palabras. Maese Tritri, disfrutemos de la aventura que nos queda por delante. Grandes campañas nos esperan y en la adversidad estaremos como siempre, manque pierda.
EliminarUn abrazo.
Sí señor! Tu Betis en Champions, y mi Graná... Bueno, con la permanencia era más que suficiente. jajajaajaja
ResponderEliminarBesossssssss!!!
Otro año más entre los grande. Felicidades al Granada.
EliminarUn abrazo.
¡Pardiez, don Carlos! Desde el corazón de la Hispania toda, buena lid ha acontecido, mas opaca mi júbilo que no hayáis mencionado a las gentes del Río de la Plata donde tenéis fieles admiradores también.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Os saludo con fina cortesía, mi Señor.
Mi señora Liliana, la gente del Río de la Plata la tenemos siempre en nuestros corazones. Grandes compadres que ha batallado a nuestro lado. Hermanos y hermanas que siempre, como vos, estaran con nosotros.
EliminarMi señora, a sus pies.
oe oe oe oeeeeee oe oe
ResponderEliminarMusho beti eh.
EliminarUn abrazo.
¡Me alegro por los béticos, Naranjito!
ResponderEliminarSalu2 sevillistas, jejeje.
Dyhego, del "otro equipo de mi ciudad" de momento ni hablamos. Nosotros a nuestra guerra.
EliminarUn saludo, so palangana.
Felicidades a todos los BÉTICOS....
ResponderEliminarMuchas gracias Mamé. Por cierto, del Cádiz ¿que?
EliminarUn abrazo.
Enhorabuena a los béticos, aunque metió un 4-0 a los maños que bajaron a 2ª, pero ante todo deportividad, así que de nuevo... enhorabuena. Un fuerte abrazo y buen fin de semana.
ResponderEliminarTeníamos que hacerlo Pepe. Sin rencor ¿vale?.
EliminarUn abrazo con mucha deportividad.
Por cierto: ¿alguien ha pinchado en la palabra número 26 de esta entrada?
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