No sé, a lo mejor suena xenófobo
lo que explico a continuación, no es mi intención. O quizá si lo sea, en todo caso es la humilde opinión
de este que quiere trasmitir lo que sus pensamientos le dictan pero sus
palabras y letras no saben reflejar.
Lo he observado desde hace
tiempo. Poco a poco, sin darnos cuenta, han venido de fuera y se han hecho con
la vida y costumbres de los de aquí, los de toda la vida. Cuando yo era un
crío, a los de aquí, los de toda la vida, los veía convivir con nosotros si problemas.
Estaban, pero no estaba. Se acercaban, pero con mucho sigilo y casi sin darnos
cuenta. Habitaban principalmente en pueblos y campos pero poco a poco empezaron
a poblar las ciudades. Como muchos de nosotros, que una vez dejamos nuestro
lugar de nacimiento para buscar una vida mejor en las grandes urbes, ellos
también nos acompañaron en nuestra particular emigración a las ciudades. Pero
seguían con sus costumbres, estaban pero no estaban. Se acercaban con respeto y sin molestar. Se
dedicaban a sacar a su familia adelante con lo que encontraban por las calles
repletas de bloques de pisos, plazuelas, jardines y aparcamientos. Pero
llegaron los de fuera y tuvieron que cambiar su forma de vida de la manera más
radical que uno puede imaginarse. Si, de fuera, por lo menos en Sevilla estos
foráneos, que yo sepa, son de Argentina, de Senegal, de Turquía, de India y
otros lugares exóticos por llamarlos de alguna manera. Pero la culpa es
nuestra.
Si, nuestra. Somos los culpables
cuando, una vez que se nos acaba el interés por lo exótico, por lo extranjero,
por la novedad de otros mundos, los abandonamos a su suerte. ¿Y qué hacen estos
extranjeros? Lo que cualquier colectivo en un país extraño, formar sus propias
comunidades, seguir con sus costumbres, imponer sus leyes. ¿Quiénes son los
perjudicados? Los de aquí, los de toda la vida,
estos son las verdaderas víctimas. Me da coraje cuando salgo por la
calle y escucho la algarabía y el estruendo que forman estos forasteros
intrusos. Forasteros que se creen que con sus canticos han conseguido colonizar
y echar a los de aquí, los de toda la vida, que siempre han sido silenciosos y
respetuosos. Y de pasada comentaré que los de aquí, han sido foco de falsas
acusaciones durante años. Siempre se les ha echado la culpa a ellos.
Pero afortunadamente hay buena
gente que está dispuesta a ayudar a este colectivo desprotegido. Gente a la que
no le importa dejar parte de su comida
para que puedan alimentarse. Buena gente que incluso le dan de comer con la
mano, con paciencia y cariño. He dicho que han cambiado sus costumbres y lo
puedo demostrar, porque antes no se sentaban en nuestras mesas, antes no se
atrevían a comer junto a nosotros, pero la necesidad obliga. Para demostrarlo os paso una fotodenuncia y un
videodenuncia.
Fotodenuncia con el movil (ampliable) |
Atención spoiler
De Argentina y el cono sur: las
cotorras grises; de Senegal: la cotorra de Kramer; de Turquía: la tórtola
turca, de la India: otra cotorra que no sé cómo se llama.
Los de aquí, los de toda la vida:
los gorriones. Si, a esos que le echamos la culpa cuando falta algo de trigo.
Fotodenuncia: si la ampliáis a lo
mejor se ve uno de estos protagonistas degustando mediaconmantequilla
Fotovideo: Hasta los fritos le gustan. (Quillo, la próxima
vez me mandas el video en horizontal, no es po ná, es que queda mas chulo)
Y para finalizar, un llamamiento:
Apadrina a un gorrión, son de aquí, de toda la vida.
¡¡ Llevátelo a papel !!
¿ Tienes un poco de tiempo '
ResponderEliminarbusca la única Entrada que publiqué en el mes de Junio pasado.
Si la encuentras y la ves, lo sabrás.
manolo
.
Tu no apadrinas a uno, ¡tienes toda una familia acogida! Muy bueno Manolo, un abrazo y a cuidarse.
Eliminarjajaja y da menos torticulis
ResponderEliminarLo dices por el vídeo? Según me cuentan fue por los nervios.
EliminarUn besote.
Angelicos, los gorrioncillos, que entre unos y otros se están quedando sin sitios donde anidar...
ResponderEliminarBesos!
Incluso entran en la cocina cuando le dejas la ventana abierta para comer lo que pillen. Listo si que son.
EliminarUn abrazo.
¡Qué susto, Naranjito! ¡Por un momento pensé que estabas hablando de políticos, que venían para quedarse y sacarnos el saín!
ResponderEliminar¿mas políticos? ¿no tenemos bastante? Ofú. Me quedo con los gorriones.
EliminarUn saludo.
¿Y esos vencejos que cuando vuelven a por Primavera, que no por Navidad, anunciando que se acerca la Semana Santa? Cuánto arte tienen con sus chirríos miarma.
ResponderEliminar¿Vencejos o golondrinas? Da igual ambos son de aquí de toda la vida.
EliminarUn saludo.
hay mucha intensidad de ideas en lo bien que escribes
ResponderEliminarIntensidad tengo, lo que me falta es aprender a escribir.
EliminarMuchisimas gracias por el comentario.