--Quillo, Pitarra, no veas los
guayabos que hay en el taller de trajes de flamenca. Si, en esa nave donde
llevo los carteles de la nueva colección de este año. Están ensayando para la
presentación en el SIMOF ese. Vaya modelos, pero modelos de las buenas, nada de
esas canijas escuchimichás que salen
en la tele, no, mujeres de verdad, de carne y hueso. Todas guapísimas y espectaculares. Yo creía
que para ser modelo tenían que tener menos carnes quel puchero de un parao, pero estas no, estas son de verdad, de
esas que miramos de reojo cuando vamos con las parientas, aunque las nuestras
no tienen nada que envidiarle. Porque digo yo una cosa, Pitarra, al final
¿Quién se ponen los modelitos esos raros de alta costura? Nadie, pero ¿los
trajes de flamenca? Po se lo ponen todas
las mujeres, altas, bajas, gorditas, canijillas,
rubias, morenas, todas. Y lo que yo te diga Pitarra, que se han buscado a
modelos reales y mujeres normales, de
las que nos gustan a ti y a mí. ¡Y como están, tío, como están¡
Antonio el Pitarra siguió
cortando carteles en su guillotina trilateral para una nueva entrega y pensando
en la suerte que tenía el repartidor que siempre le tocaba lo mejor.
Veinticinco años en la imprenta y no había salido ni un solo día. Esto no me lo
pierdo, pensó mientras empaquetaba en papel kraft la última entrega de
carteles. Pensado y hecho, al día siguiente el repartidor iría a FIBES que es
donde se celebra el Salón Internacional de Moda Flamenca y el entregaría otra
parte del pedido en el local donde estaba la empresa que había contratado a las espectaculares modelos reales.
Lo que no sabía el bueno del
Pitarrita, es que la colección de trajes de flamenca se había terminado de
confeccionar, que las modelos ya habían ensayado los distintos pases, que la
empresa había aprovechado estos días que toda su actividad se centralizaba en
el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla para hacer una reforma de su
local y echar un suelo nuevo que falta le hacía después de tantos zapateaos.
Antoñito, llegó a local al mediodía.
La puerta estaba abierta. Con paso firme y ganas de alegrarse la vista entró
decidido a platicar un rato con las modelos reales. Pero estas ya estaban
desfilando, bailando y asombrando a la gente. Y en el local de los trajes de
flamenca…
Que conste que esta foto es de interné. El albañil no se dejó hacerse una. |
Mientras el Pitarrita se quedaba enortao con la imagen del solador real y
autentico, a mucha distancia de allí, el repartidor aprovechó que estaba dentro
del Palacio de Exposiciones y se quedó un ratito, disfrutando del espectáculo y embobao con las modelos reales y
normales.
Foto tomada prestada de interné. No me dejaron entrar. |
Esta foto también es prestada de interné. |
También aprovechó la clarita para
echar un vistazo a otro tipo de modelos que tampoco estaban tan mal.
Aquí tampoco me dejaron entrar. |
Holaaaaaaaaa, Naranjito!! Después de tanto tiempo de no visitar blogs, hacerlo en el tuyo es una gozada.
ResponderEliminarMenos mal que el Pitarra no se cortó un dedo con la guillotina mientras pensaba en las modelos :)
Y digo yo, hasta cuándo te prestan esas fotos, jajajajaja
Besotes, querido amigo.
Hola Liliana, un placer tenerte de vuelta. El Pitarra se cortó cuando se topó con el alarife.
ResponderEliminarY sobre las fotos es que como no tengo reflex ni entrada para el Simof, me tuve que apañar por la rede de redes.
Un abrazo
Er Pitarra no sabe ná...
ResponderEliminarEs cierto las modelos guapisimas.
Besitos
¿modelos? son mujeres normales, bueno las de las dos primeras fotos. Y el albañil también. Bueno, vale, en la ultima foto también salen chavalas normales. El Pitarra lleva una semana enortao.
EliminarUn abrazo.
Ooooh, el pobre Pitarra eligió un mal día para salir de su lugar de trabajo. Se alinearon los planetas, pero para mal... Angelico, que encontrarse aquello de sopetón le debió de quitar tó las ganas de volver a salir.
ResponderEliminar:)
Besos, Naranjito!!!
El Piatarra es buena gente, pero seguro que cuando tenga que entregar los carteles taurinos decide no salir por si le coge el toro.
EliminarUn abrazo, granaína.
Y con lo que a mí me gusta bailar por Sevillanas (Bueno, si, me gustaba.)
ResponderEliminarmanolo
.
Si te gustaba, te gusta. Pues fíjate que yo nunca he aprendido, y eso que mi parienta se ha empeñado un montón, pero yo ná de ná. Algún día de estos, a lo mejor, si tengo tiempo, no sé.
EliminarUn abrazo Don Manuel.
¡¡¡Quilloooooooo!!! Con ese peaso foto del principio... dan ganas de cerrar el blog y no seguir leyendo. Jajajajajaja.
ResponderEliminarMenos mal que las fotos de las sevillanas vestidas de íden salvan la entrada, jajajajajaja.
¡Cómo eres, quillo!
No sé dónde leí que el traje regional sevillano en particular y el andaluz en general es el único que sigue evolucionando.
Salu2 y no nos des más sustos "culeros".
Una de datos del año pasado: ¿evolución? el sector de los trajes de flamenca y sus abalorios facturaron unos 8 millones de euros. Y hay que tener en cuenta que las "empresas" de trajes de flamenca suponen un 40 % del mercado. Ahora súmale los pequeños talleres de costura, los particuales, las tiendas de barrio, etc.
EliminarY otra cosa ¿evolución?, pues este año se llevan los trajes de popelín tono crema tostada con volantes en color albero. Ojú, que lío. Y las mangas a la altura del codo, pero que sean suavitos y de fácil planchado, y ...
Donde se pongan los "braslis" del albañil...
Un abrazo.
(Hoy es Miércoles de Ceniza, empieza la cuaresma en Sevilla, ¡casi ná!)