Ya lo conté hace tiempo (mismamente aquí), pero
tengo que refrescar un poco la historia con objeto de que los numerosos
lectores nuevos sepan de que va lo de la recogida automática de residuos
sólidos urbanos. Vamos, la basura de toda la vida. Por cierto, antes de que se me
olvide, gracias por leerme, aunque los comentarios brillen por su ausencia.
Bueno, venga al grano.
Resulta que desde hace bastantes
años, disponemos en nuestro barrio de un sistema de recogida de basuras
automatizado y limpio. Consiste en una especie de buzones donde se depositan
las correspondientes bolsas y a través de unos conductos subterráneos con aire
a presión se desplazan a la planta de clasificación para su posterior
tratamiento.
El mecanismo es muy fácil, abres
el buzón, metes la bolsa, cierras el buzón y ya está. Normalmente hay tres
tipos de cachivaches de estos. Los amarillos para latas y brics, el azul para
el papel y cartón y el gris para la basura orgánica. Pero tenemos un cuarto
tipo. Éste un poquito más grande y con una puerta más amplia con llave. Es el
destinado a los residuos de bares y
comercios. El funcionamiento es el mismo, abres el buzón, en este caso con la llave, metes la basura, cierras el
buzón con la misma llave y ya está.
Vale, muy bonito y muy limpio
todo. Pero ahora resulta que nuestros señores de Lipasam, la empresa municipal
que se encarga de recoger nuestros desperdicios, ha puesto una serie de
pegatinas informativas para concienciar y aclararles a los usuarios lo que no
deben meter en los susodichos buzones. Ahora toca la foto:
Está claro ¿no? De todas formas
vamos a puntualizarlo por si hay dudas. En primer lugar no podemos tirar patas de jamón. La verdad es que
después de navidad he visto algún que otro hueso requeterrebañado, apoyado tristemente en un costado de los chismes
estos. Lo segundo, palos de escoba/fregona.
Vale, que sí, que no caben, que hay que llevarlos al Punto Limpio que está en
la otra punta del barrio. Y lo tercero, ni se os ocurra meter en los buzones bolardos. Lo he escrito bien y en negrita, ¡un bolardo! ¿Qué no sabéis lo que es un bolardo? Pues según mi
extensa biblioteca:
“Un bolardo es un
poste de pequeña altura, fabricado en piedra o metal, ya sea aluminio fundido,
acero inoxidable o hierro, que se ancla al suelo para impedir el paso o el aparcamiento
a los vehículos. Es parte del mobiliario urbano
y se usa principalmente para ..."
Todo el mundo sabe a estas alturas lo que es un bolardo, no hace falta más explicaciones técnicas. Además, seguro que más de uno se ha dado un cachiporrazo en las piernas mientras, ensimismado en mirar la pantalla del celular, camina tranquilamente por la acera.
Todo el mundo sabe a estas alturas lo que es un bolardo, no hace falta más explicaciones técnicas. Además, seguro que más de uno se ha dado un cachiporrazo en las piernas mientras, ensimismado en mirar la pantalla del celular, camina tranquilamente por la acera.
Y ahora me pregunto yo: ¿quién
tiene en su casa un bolardo y se quiere desprender de él? ¿Los bolardos tienen
fecha de caducidad y hay que tirarlos? ¿O es que son coleccionables y los
repetidos simplemente los tiramos? ¿las farolas se pueden tirar? ¿y los bancos de sentarse?
Dando vueltas al coco me encontré
con mi amigo Quique, le enseñé la foto y
me dio la solución:
--Ná, quillo, lo que pasa es que él nota que diseñó la pegatina, ese día le pegó un buen rosetón a su coche recién sacado del
concesionario con un poste de estos. Y como le faltaba un dibujito que poner en
el cartel se acordó de la madre que parió al bolardo, del nota del ayuntamiento que lo puso en esa calle tan estrecha y de tó lo que se menea.
Venga, una foto ampliada para que
os deis cuenta que es verdad lo que cuento. Por cierto, las fotos la he hecho
con mi móvil, ¡qué le voy a hacer!
Si es que la gente, por tirar, tira cualquier cosa a los cachivaches...
ResponderEliminarLo más raro que yo he tirado ha sido un cubo de basura. A ver quién iguala eso.
EliminarUn abrazo.
¡Qué sistema más avanzado para deshacerse de la basura! Aquí continuamos con los contenedores, eso sí, ahora con tapas (casi siempre rotas). Pero igual que por aquellos lares, la gente tira "cualquier cosa", tal es así, que una vez, una vecina abrió el aparatejo y salió un hombre, como esos payasos que salen de la caja para asustar a la gente.
ResponderEliminarConclusión, la gente no entiende de ninguna manera, por más que le pongan pegatinas, por cierto, algunas ridículas, como las que has mencionado.
Besos, Naranjito.
Ja,ja,ja, perdona que me ría pero me ha hecho gracia la conclusión que ha sacado tu amigo. Aquí en Madrid no tenemos esas modernidades, parece mentira pero así es y si las tuviéramos estarían rodeadas de todo, pero por fuera, porque la gente no sabe encestar y no meten ni una. Hace unos meses y recién estrenado mi coche, en una bajada a un aparcamiento nos tragamos un bolardo de esos, el pobre ya estaba doblado de tantos golpes, pero para señalar la entrada y la subida, no se le ocurrió otra cosa a un manta que colocarlo en medio y claro no se veía y te lo llevabas puesto. Si hubiera tenido esos contenedores tan modernos, el bolardo hecho trizas habría ido directo allí, a pesar del cartelito de prohibido. Ja,ja.
EliminarUn abrazo y gracias por tu visita a mi blog.
¡Ostras! Pero que jartita estaría esa buena señora para tirar a un hombre.
EliminarUn beso mi querida Liliana.
A pesar que mi amigo Quique se le ocurriera eso, seguro que más de uno hemos pensado en tirar los bolardos y hasta alguna que otra señal de tráfico.
EliminarOtro abrazo para ti.
Lo de la pata jamón es muy fuerte Naranjito, jajaja. Un fuerte abrazo, @Pepe_Lasala
ResponderEliminarPárate a pensarlo, ¿que haces con una pata de jamón sin jamón?
EliminarUn abrazo.
Mira que está mas modelno tu barrio que el mio siendo de la misma ciudad...
ResponderEliminaren el mio no se tira ni la pata er jamón debe ser que se acaba gastando entre caldo y caldo...
Besito
Mi mujer lo hacía antes, pero el caldo le salía muy negro. ¿Será porque la pata era de patanegra? Creo que no.
EliminarUn beso paisana.
Eh! Que sí! Que los bolardos (en Graná hay más de uno y más de dos con los que hemos tropezado todos) dan ganas de tirarlos por ahí. Pero eso, que a mí no me se ocurriría echarlos a un contenedor de estos. Además, que no son míos. Que son del Ayuntamiento que es el que se encarga de colocarlos en lugares estratégicos para fastidiarnos la existencia a las criaturicas.
ResponderEliminarLo del hueso del jamón es otro cantar. jajaajajajajajaja
Besos, Naranjito!!
Lo del hueso de jamón lo dejamos, por el momento. Pero lo del Ayuntamiento y su mobiliario urbano...
EliminarUn abrazo, granaina.