Alcancía o arcancía como decimos por estos lares, es un recipiente de barro, cerrado, con una ranura por donde introducir monedas para de esta manera ahorrar un poquito. Vamos, una hucha de toda la vida. En una ocasión, en unas de mis escasas visitas a la tienda del chino de mi barrio (¿Por qué los chinos tienen nombre en español?, el mío se llama Juan), se me ocurrió comprarme una, esos sí, moderna y metálica. Muy fáshion que es uno. ¿El objeto del ahorro? Una cámara fotográfica de las buenas, réflex digital, con objetivos intercambiables, trípode, un montón de megapíxeles y no sé cuantas posibilidades más.
De vez en cuando, muy de vez en cuando, echaba monedas de 2 euros, solo de 2 pavos, que la cosa está apretailla. Paciente que es uno y el caprichito podía esperar ante otras necesidades más importantes en la vida de una familia que la sustenta un currante. Un día, por pura casualidad me di cuenta que la hucha empezaba a pesar y que el ahorro prometía. Contento e ilusionado se lo conté a mi mujer.
- Fíjate que sin darme cuenta ya tengo una cantidad considerable de moneditas.
- Claro tonto, es que yo también colaboro, tenemos que cambiar la cama y las mesitas de noche que ya toca.
A tomar viento de levante la réflex, la cama es mucho más necesaria. Lo que antes era una moneda de vez en cuando, muy de vez en cuando, ahora se convirtió en una carrera haber quien colaboraba más. – Toma que he conseguido una. –Hoy, como no he comprado tabaco he echado dos. Y así hasta llenar el recipiente casi hasta el borde. Con la impaciencia lógica de ver el resultado de nuestro esfuerzo, me armé de abrelatas y descerrajé de cuajo la metálica arcancía. Cuenta que te cuenta y al final resulta que teníamos para conseguir el objetivo propuesto por mi sabia esposa: dos mesitas de noche y una estructura de cama.
Un servidor, mi mujer, mi hija y afortunadamente mi hijo (que no me deja solo en la estacada cuando su madre y su hermana me convencen para algo. Gracias fiel compañero masculino temeroso de lo que son capaces de conseguir las féminas) pusimos rumbo a una tienda de muebles que hay en el aljarafe sevillano. No haré publicidad, pero empieza por “I” y termina por “KEA”. Fácil la cosa, un par de horas, que me las quité de la siesta para aprovechar la “poca” gente, y de vuelta para casa. Esperar que tengo que contar lo de la caja, la caja de pagar que lo de la caja de la cama es otra historia.
La dependienta, con mucha habilidad, pasó por el escáner los códigos de barras de los paquetes (¿alguien duda que aparte de los muebles objetos de nuestra compra no cayeron algunas cositas más?) y una vez terminado me dijo el importe de la compra. Aquí fue donde salió la vena “ironicamalaleche” naranjil. Toma le dije, sacando del bolso de mi mujer una bolsa de plástico donde se arrejuntaban un buen montón de monedas de dos pavos. La cajera intentó decirme algo, pero antes de que por su boca saliera unas palabras de reproche, sé que ella no tiene la culpa, le hablé mu despacito y mu clarito:
-Vamos a ver, tengo que llegar hasta los aparcamientos, acordarme de la planta, el número, la letra y hasta el color de donde aparco el coche; tengo que recorrer toda la tienda de principio a fin para apuntar la referencia, el pasillo y la sección donde está almacenado lo que compro; tengo que llegar a las estanterías y coger yo mismo los paquetes; tengo que pasarme, obligatoriamente, por la cafetería e invitar a mi señora y mi hija a una seudococacola y unas albóndigas que están más raras que la puñeta; tengo que bajar los paquetes al aparcamiento, buscar el número, la letra y el color (papá que era rosa pálido); tengo que montar los paquetes en el coche; tengo que llevarlos a casa y lo que es “mejor” ¡los tengo que montar yo!. Anda guapa, no te quejes, cuenta y si sobra algo me lo das en billetes.
Os imagináis la cara ¿verdad?, pues cuando me dio el ticket me confesó que ella también tenía una arcancia para la comunión de su hija.
Conclusiones finales:
Entre mi hija y yo montamos la cama y las mesitas de noche, las mesitas de noche ella solita.
Mi hijo se escaqueó del montaje excusándose en que he quedado con mi novia y me voy a la playa (inteligente que es el mamoncete)
Sobró un tornillo ref. 100414. Venía de más.
Bueno, se acabó la aventura de la compra de la cama. Ayer llegó mi esposa con una hucha un poquito más grande. ¡Ole! ¡Ole! y ¡Ole! por fin mi réflex digital.
-¿Qué dices tonto? Tenemos que comprar el ropero que el que tenemos está viejo y no hace juego con la estructura de la cama y las mesitas de noche color marrón grisáceo.
A tomar viento de poniente la réflex.
¡¡ Llevátelo a papel !!
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ResponderEliminarEn Ikea cualquier día te dan el hacha para que tu mismo cortes el pino... un saludo (Un caso verídico como diría el genial Paco Gandía).
ResponderEliminarMamé, no les des idéas a los suecos que son capaces de darte el mango y el acero para que encima tu te la fabriques.
EliminarUn abrazo.
Amigo Naranjito, como tu parienta se haga IKEADICTA como una que yo me conozco, (se pone nerviosa si no llega pronto el nuevo catalogo del año, entra en los blogs de ideas con los mueblecitos de los co..., los tunea, los pinta, los mejora, vamos que esta una jarta de pesá, "cariño es bromita !eh!, un besito").Bueno lo que te decía que mejor que vayas poniendo a punto las viejas cámaras fotográficas porque de la réflex ya te puedes despedir.Un abrazo.
ResponderEliminarTritri, de la cámara ya me olvidé. Sobre todo cuando le leí la entrada y me dijo: te has olvidado de comentar la estantería tan mona que vimos, esa que viene tan bien en la esquina del salón.
Eliminar!otra hucha!
Un abrazo colega sufridor de IKEADICTAS.
Naranjito:
ResponderEliminarNosotros hacemos lo mismo... pero para viajes.
Si aceptas un consejo, hazte de una alcancía para ti solo y date ese capricho.
Salu2 alcancieros.
Dyhego, no se lo digas a nadie pero tengo una chiquitita en un cajón de la nueva mesita de noche. Aunque tarde años lo conseguiré.
EliminarUn abrazo.
Algo así le está pasando a mi aifon ese de la manzana: que si la boda de mi cuñado, que si la comunión del niño que si, que si... que si les quedan guardiolas a los chinos de tu barrio, que me reserven una. Hucha, quiero decir, que guardiola es hucha en catalino.
ResponderEliminarQuerida Ana, en todos lados cocemos habas, que dicen los viejos. !No me digas que Guardiola es hucha en catalan! Grácias todos los días se aprende algo. Princesa: ¿el chino de tu barrio no se llamará Jordi por casualidad?
EliminarUna reverencia Alteza.
Mi querido Naranjito, no se cómo he podido estar todo este tiempo sin disfrutar de leerte. Es toda una aventura, en verdad, eso de IKea. A más de uno nos gustaría atrevernos a decir lo que sentimos y pensamos.
ResponderEliminarA mí me gustaban las alcancias de barro, me costaba más romperlas porque me daban pena...je je Espero que algún día "caiga" la reflex.
Un besote.
Susana: caerá, seguro que caerá. Mi pequeña venganza fué llegar con todas las "moneditas" sin cambiar. ¿Donde estará mi cerdito de barro de la infancia?. En fin, a todo cerdo le llega su San Martín.
EliminarUn saludo.
ResponderSuprimir
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ResponderEliminarjajaja que me meo.. yo odio Ikea.. de hecho solo he ido una vez y no vuelvo ajajajaja.
ResponderEliminarLo de la hucha...., aysss, en mi casa no existe... si hubo si..., pero según se metía.. según salía.. asique nasti..., ni ahorros ya ajajajaja.
Que mala es la crisis...
Pero porqué será que cuándo tú quieres una cámara, mi marido una tv, o un iphone o un ipad..., que hay que cambiar el cuarto de baño y la cocina..., y en mi casa al final siempre gana el iphone o el ipad...
Menuda suerte tiene tu mujer ajajaj.
Maria eugenia, suerte tengo yo, que siempre me busca quehaceres para mantenerme ocupado en mis ratos libres. Hay que pintar el techo de la cocina, hay que hay que arreglar el armario de las herramientas, hay ... Lo dicho muy "entretenido".
EliminarUn abrazo.
Naranjito, me ha encantado pasar por aquí y leer estas historias con tanta chispa, humor y arte andaluz que nos dejas.
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Grácias Mos, te sigo a traves de amigos comunes pero ahora lo haré mas "fielmente". Pasate cuando quieras, aquí tienes tu Bodeguita donde no paga nadie.
EliminarUn saludo y un estrechón de manos.