sábado, 12 de mayo de 2018

San Pancracio



-Pero ¿Cómo quieres que te vaya bien el negocio? ¿Tú has visto el San Pancracio que tienes? Lo primero es que lo tienes escondido. Hay que ponerlo en alto, que se vea desde todo el local. ¿Detrás del monitor? ¿Al lado del ruter? Y esa cara, si en vez del Santo Patrón de la salud y el trabajo parece una geisha del país del sol naciente. ¿Y dónde está el perejil? Si eso es un resto de jaramago que ha traído el viento de levante. Y la moneda ¿cinco duros con agujerito? Y el tesafil  ¿pa que es? Esto ya es de un cutrerismo total. Después te quejaras que la gente no te entra en el local. Seguro que no te sabes la oración esa que dice: “Señor, Padre mío y lleno de bondad, me dirijo a Ti en este momento en busca de tu ayuda y guía divina para que pueda yo encontrar un empleo digno y adecuado según los dones con que me has capacitado”



-¡Mira! Déjame ya tranquila y pídeme lo que tu mujer te ha encargado que hoy vienes con ganas de guasita. El San Pancracio me lo han regalado, que si lo compras o chorizeas no  surte efecto. El perejil no tengo tiempo de acercarme a la frutería para que me den un manojito fresco. Los cinco duros los tengo puesto con tesafil porque se caen y encima la gente se lo llevan por la cara, con alevosía y disimulo. ¿Qué si le rezo para pedir trabajo? Me lo estoy currando yo solita, que después de cuatro años de carrera de enfermería ahora empiezo el EIR. ¿Tú sabes lo que es estudiar y trabajar al mismo tiempo en la tienda? Para santos estoy yo. Y no me quejo de la gente que entra en el local, me quejo del poco tiempo que tengo para mí. Que  la tienda de mis padres va bien, con la ayuda de mi hermana y la mía. Venga, a ver qué quieres, que tienes cuatro personas detrás esperando que pidas. Otra cosa, a tu mujer le voy a regalar una figurita de San Judas Tadeo, el patrón de los casos imposibles, porque eso es lo que tiene tu mujer contigo, un caso imposible.


Hecho acaecido en una tienda de mi barrio, tal día como hoy, festividad de San Pancracio.



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14 comentarios:


  1. S. Pancracio, mi madre tenía uno. Con su manojito de perejil fresco y la monedita de 2 reales sujeta en la mano alzada. Un día preparando unas albóndigas, me hacía falta más perejil y fue al Santo. Cuando mi madre lo descubrió ¡Lo que tuve que oír! Jamás lo volví hacer, ya te digo...

    Un abrazete.

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  2. Mi cuñada se lo llevaba al bingo y lo ponía encima de la mesa, de la oración no sabia que había que rezarle una en concreto, yo me se la de san Cucufato. Y a ti dos abrazos bien merecidos por alegrarme estas horitas

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  3. A mi lo de las estampitas y esas cosas no me va mucho. Salud.

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  4. No conocía la oración. Un beso

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  5. Ja,ja, son historias de barrio, cotidianas y que dan la chispa especial al día.
    En el mío el vendedor de lotería y quinielas tiene uno detrás de la ventanilla, bien alto para verle bien. Lo que no sé es qué hace en el zapatero, que es un Mohamed la mar de simpático.
    No conocía la oración.
    Un abrazo de domingo tranquilo.

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  6. Dicen que la realidad supera a la fantasía, y es verdad.

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  7. mari carmen:
    Mira, ya tiene otra utilidad el santo.
    Un abrazo

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  8. Ester:
    Creo que para el bingo hay otro santo, pero no tengo ni idea de cual puede ser.
    Abrazos.

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  9. jfbmurcia:
    Pues no sabes lo que te pierdes. Yo de chico rellené completo el álbum de "La conquista del salvaje oeste" y no veas como me lo pasé.
    Salud.

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  10. Susana:
    Yo tampoco, la encontré por interné.
    Un abrazo.

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  11. Airblue:
    Seguro que el Mohamed no sabe ni lo que es. Pero si queda bonito en la tienda...
    Saludos paisa.

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  12. Tracy:
    Que se lo digan a la chavala de la tienda. Estudios, trabajo, estudios, trabajo. Bueno al final será gracias al santo.
    Abrazos.

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  13. Yo otra vez, San Cono de Teggiano, es al que llevan al Bingo pues mi cuñada lleva al otro santo por eso no le tocaba nunca.

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  14. Ester:
    Este nuevo santo es mu raro ¡no?
    Saludos.

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