-Pero ¿Cómo quieres que te vaya
bien el negocio? ¿Tú has visto el San Pancracio que tienes? Lo primero es que
lo tienes escondido. Hay que ponerlo en alto, que se vea desde todo el local. ¿Detrás
del monitor? ¿Al lado del ruter? Y
esa cara, si en vez del Santo Patrón de la salud y el trabajo parece una geisha
del país del sol naciente. ¿Y dónde está el perejil? Si eso es un resto de
jaramago que ha traído el viento de levante. Y la moneda ¿cinco duros con
agujerito? Y el tesafil ¿pa
que es? Esto ya es de un cutrerismo total. Después te quejaras que la gente no
te entra en el local. Seguro que no te sabes la oración esa que dice: “Señor, Padre mío y lleno de bondad, me
dirijo a Ti en este momento en busca de tu ayuda y guía divina para que pueda
yo encontrar un empleo digno y adecuado según los dones con que me has
capacitado”
-¡Mira! Déjame ya tranquila y
pídeme lo que tu mujer te ha encargado que hoy vienes con ganas de guasita. El San Pancracio me lo han
regalado, que si lo compras o chorizeas
no surte efecto. El perejil no tengo
tiempo de acercarme a la frutería para que me den un manojito fresco. Los cinco
duros los tengo puesto con tesafil
porque se caen y encima la gente se lo llevan por la cara, con alevosía y
disimulo. ¿Qué si le rezo para pedir trabajo? Me lo estoy currando yo solita,
que después de cuatro años de carrera de enfermería ahora empiezo el EIR. ¿Tú
sabes lo que es estudiar y trabajar al mismo tiempo en la tienda? Para santos
estoy yo. Y no me quejo de la gente que entra en el local, me quejo del poco
tiempo que tengo para mí. Que la tienda
de mis padres va bien, con la ayuda de mi hermana y la mía. Venga, a ver qué
quieres, que tienes cuatro personas detrás esperando que pidas. Otra cosa, a tu
mujer le voy a regalar una figurita de San Judas Tadeo, el patrón de los casos
imposibles, porque eso es lo que tiene tu mujer contigo, un caso imposible.
Hecho acaecido en una tienda de mi barrio, tal día como hoy, festividad de San Pancracio.
¡¡ Llevátelo a papel !!
ResponderEliminarS. Pancracio, mi madre tenía uno. Con su manojito de perejil fresco y la monedita de 2 reales sujeta en la mano alzada. Un día preparando unas albóndigas, me hacía falta más perejil y fue al Santo. Cuando mi madre lo descubrió ¡Lo que tuve que oír! Jamás lo volví hacer, ya te digo...
Un abrazete.
Mi cuñada se lo llevaba al bingo y lo ponía encima de la mesa, de la oración no sabia que había que rezarle una en concreto, yo me se la de san Cucufato. Y a ti dos abrazos bien merecidos por alegrarme estas horitas
ResponderEliminarA mi lo de las estampitas y esas cosas no me va mucho. Salud.
ResponderEliminarNo conocía la oración. Un beso
ResponderEliminarJa,ja, son historias de barrio, cotidianas y que dan la chispa especial al día.
ResponderEliminarEn el mío el vendedor de lotería y quinielas tiene uno detrás de la ventanilla, bien alto para verle bien. Lo que no sé es qué hace en el zapatero, que es un Mohamed la mar de simpático.
No conocía la oración.
Un abrazo de domingo tranquilo.
Dicen que la realidad supera a la fantasía, y es verdad.
ResponderEliminarmari carmen:
ResponderEliminarMira, ya tiene otra utilidad el santo.
Un abrazo
Ester:
ResponderEliminarCreo que para el bingo hay otro santo, pero no tengo ni idea de cual puede ser.
Abrazos.
jfbmurcia:
ResponderEliminarPues no sabes lo que te pierdes. Yo de chico rellené completo el álbum de "La conquista del salvaje oeste" y no veas como me lo pasé.
Salud.
Susana:
ResponderEliminarYo tampoco, la encontré por interné.
Un abrazo.
Airblue:
ResponderEliminarSeguro que el Mohamed no sabe ni lo que es. Pero si queda bonito en la tienda...
Saludos paisa.
Tracy:
ResponderEliminarQue se lo digan a la chavala de la tienda. Estudios, trabajo, estudios, trabajo. Bueno al final será gracias al santo.
Abrazos.
Yo otra vez, San Cono de Teggiano, es al que llevan al Bingo pues mi cuñada lleva al otro santo por eso no le tocaba nunca.
ResponderEliminarEster:
ResponderEliminarEste nuevo santo es mu raro ¡no?
Saludos.