Todos
tenemos una bolsa que contiene todas las bolsas. ¿Todos? Bueno, en casa no. A
ver como lo cuento sin explayarme más de lo habitual.
Resulta que antes del pasado confinamiento, mi hija ya seguía
los consejos y la “filosofía” de una japonesa llamada Mari Kondo. Esta nipona
es la reina del minimalismo, la organización, y los muebles mu despejaitos sin cachivaches inútiles.
Durante el mencionado confinamiento, en casa, aprovechamos, aprovecharon ellas,
para poner en práctica los consejos y recomendaciones de la Mari esa de los
ojitos medio cerrados.
Vale, venga, sigo. El reciclaje. Nosotros reciclamos, o al
menos lo intentamos. Ponemos nuestro granito de arena por el bien del planeta y
todo eso de preservar el medio ambiente y el futuro de las posibles nuevas
generaciones. Tiramos las pilas donde las pilas, el papel donde el papel, el
cartón donde el papel, las latas donde las latas, el brik donde las latas, la
materia orgánica en el contenedor grande y así un largo etcétera.
Vamos a la compra con un carrito de cuatro ruedas que es muy
fácil tirar de él, con una capacidad de carga ni muy grande ni muy pequeña, de
color azul discreto, con una bolsa isotérmica adjunta para los congelaos, con…
que sí, que lo busqué yo por interné y encima acerté con los gustos y
necesidades de la que manda en casa. ¿A por el pan? con una talega como no
podía ser de otra forma. ¿Al carrefú o
al hipercó? Con las bolsas de rafia
reutilizables que para eso las compramos.
Lo sé, me estoy pasando, acorto.
En contadas ocasiones, la verdad es que no son contadas, en
los comercios nos dan (cobran) bolsas de plástico no biodegradable. Y claro,
hay que aprovecharlas. Para tirar las latas, para tirar los briks, para tirar
el papel, para tirar las botellas de vidrio color anaranjado tamaño botellín o litro…
bueno esto último mejor lo dejamos de momento hasta que termine con las
pastillitas de la gota.
¿Cómo se guardan? Según mi hija se doblan longitudinalmente
en cuatro partes, se unen, se coge un extremo
y se van haciendo triangulitos equiláteros hasta que llegues donde están
las asas, coges las asas y las pasas de tal manera que sujeten todos los
triangulitos, ¡ofú! Vamos, más o menos esto
Queda chulo ¿verdad? Vale y ahora ¿Qué? Pues nada, a
guardarlas en la cajón donde están los trapos de cocina, eso sí, muy
ordenaditas dentro de un recipiente con el tamaño adecuado. Tal como así
Ahora me toca a mí. Las doblo longitudinalmente en cuatro
partes, las uno, cojo un extremo y voy haciendo triangulitos escalenos, llego a
la parte de las asas, las paso de tal manera que sujetan todos los triangulitos
acutángulos y ya está.
¿Qué? Marikondo, ¿Cómo te quedas? ¡¡Aprende!! Ni minimalismo
ni ná. Hay que ser práctico. En el mueble de la
terraza lavadero, cerquita de los cubos de basura color gris marengo. Para
tenerlas a mano. Es que cuando me pongo a innovar soy un crack, ¿a qué sí?
Bueno pues ahora va mi mujer y me dice eso de ¿Cuándo puñetas
vas a aprender a doblar las bolsas? ¿Todavía no te has enterado? ¿Y el cajón
del mueble para que está? Me dice más cosas pero como me quito de en medio casi
que no me entero.
Consejo para hombres: Venga, a reciclar y a aprovechar los
medios que tenemos, y no echarle cuenta a los japoneses. Y si podéis, aprender
a doblar las bolsitas, os librareis de la oportuna reprimenda de la jefa o
jefas como es mi caso.
¡¡ Llevátelo a papel !!
Hazle caso a la parienta que si no cobrarás y no en monedas... La Mari Kondo (y como voy a ser políticamente correcta no diré que se le ocurre cada Mari Kon desas que no veas) tiene un exitazo increíble y da qué pensar, eh? Y sí, esta vez piensa mal que acertarás...
ResponderEliminarDe fuera vendrán, que tu hogar dulce hogar, desbaratarán.
Aligatooo!!!
Un abrazo bien plegadito.
Al final será una moda pasajera las técnicas de la Mari. Con lo agustito que estoy con mi cajón de papeles todos "ordenaitos". A mi manera, pero ordenaitos.
EliminarAbrazos.
Qué paciencia hay que tener... Prefiero meterlas a pelote en una bolsa mayor.
ResponderEliminarYo las dejo encima de la lavadora directamente. Bueno, las dejabas, la jefa me dio un correctivo y ahora por lo menos las cuelgos.
EliminarSaludos.
Doblo las bolsas como tu hija, (como doblan las banderas que se entregan en los funerales, Uf vaya ejemplo) guardo los triangulitos en un cobo que estuvo lleno de torreznos y los brics de leche los hago maceteros y los regalo... otro dia mas ejemplos jajaja
ResponderEliminarNo me había dado cuenta lo de las banderas. Veras cuando se lo diga a mi hija.
Eliminar¿Pero hubo alguna vez alguna "jefa" que esté conforme con la manera de hacer del "súbdito"?
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo no conozco a ninguna. Bueno, espera, si... no no, que va, tampoco.
EliminarAbrazos.
Esta Marie Kondo creo que es la que dice que no hay que tener más de treinta libros en casa. Se ve que no sabe que los libros se reproducen por generación espontánea 😅
ResponderEliminarYo aprendí hace poco lo de doblar las bolsas en triángulos (muy buena la comparación con las banderas fúnebres) y para llevarlas en el bolso es muy práctico.
Un saludo.
Me parece que contesté el comentario pero no sale. A ver, que decía que los treinta libros que hay que tener son los que escribe la Mari esta ¿no?. O sea, haz lo que yo diga pero no hagas lo que yo hago.
EliminarSaludos y a ver si ahora sale el comentario.
Hay quien se dobla así la servilleta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querrás decir doblaba ¿no?
EliminarUn abrazo.
Naranjito:
ResponderEliminarbuena información, pero no sé si quedarme con tu técnica o con la de tu señora.
Salu2 plega2.
Eso depende de las ganas de bronca que quieras. Yo de momento me estoy escapando.
EliminarSaludos.
¡Hola, Naranjito!
ResponderEliminarGracias por compartir tu clase magistral de doblar bolsitas. Ay, si así fuera el padre de mis hijos le pondría una carita feliz en la frente. Por lo pronto soy una experta en el tema jijiji. No me gustan los cachivaches, a veces es tema de discusión. Nada como tener todo en su lugar. Felicitaciones para ti y tu hija. Son unos tromes.
Un abrazo.
La masterclass es cuestión de mi hija, yo soy más bien como el padre de tus hijos. Vale, lo sé, los hombres somos muy simples.
EliminarAbrazos.
Naranjito hazles caso. lo hago desde hace tiempo y las bolsas en triangulitos apena ocupan espacio. ¡Claro que yo doblo todas! Los demás ni lo intentan. Un abrazo.
ResponderEliminarYo tampoco lo intento, se lo dejo a ellas. De momento, claro, ya estan empezando a mirarme con malas caras.
EliminarAbrazos.
Mi madre las dobla en triangulines y la quedan niqueladas, yo cada vez tengo menos, me pasa como a ti naranjito se me mueve ese dichoso triangulín y no hay manera jajaajajajajajaajajaja. Cuídate mucho.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Yo digo que no me salen los triangulitos, pero la verdad es que no tengo paciencia y ganas de doblarlas.
EliminarSaludos.