Esta historia la pensaba contar el pasado día 8, Día Internacional de la Mujer, pero
como estaba mising y cualquier día es
el Día de la mujer, la cuento hoy.
La Feria de Abril de
Sevilla la
inventaron un vasco y un catalán. Sí, tal como suena, en 1847, reinando Isabel II pero la de España,
que la de Inglaterra todavía no había nacido. O si, que también puede ser.
En principio era una feria ganadera donde se hacían
compraventa de ganado y se mostraban los adelantos técnicos de la época. Bueno,
de camino pusieron 19 casetas con ambigús
y con eso se aliviaban las gargantas y se echaban unos vailesitos. El lugar donde se hacía era el Prado de San Sebastián. Allí estuvo
hasta el año 73 del siglo pasado. La cambiaron de sitio porque no se cabía. Y ahora
tampoco, pero nos apañamos.
Primera Feria de Abril |
La Real Fábrica de
Tabacos de Sevilla
fue la primera fábrica para estos menesteres que hubo en Europa. A lado del
Prado de San Sebastián, por cierto. Es un edificio muy grande, pero grande
grande, solo el monasterio de El Escorial lo supera. Tenía foso, una capilla,
un regimiento de artillería, un hospital, una prisión y muchas más cosas. Los
soldados digo yo que eran para proteger el tabaco porque dependía directamente
de la Hacienda Pública, y ya sabemos, los ingresos fiscales son ingresos
fiscales. La confección de los cigarros y cigarrillos la realizaban mujeres.
Por lo visto se dieron cuenta que eran menos exigente y más productivas.
Trabajaban a destajo y se llevaban un sueldecito a sus casas. Tenían mucha
flexibilidad de horario y cierta libertad dentro de la fábrica. Podían
ausentarse por asuntos propios y las que tenían hijos pequeños se los podían
llevar y cuidarlos ellas mismas. En las inmensas naves hacía mucho calor por lo
que algunas, la mayoría, trabajaban con poca ropa por arriba y faldas
remangadas por abajo. No quiero pensar en los pobrecitos soldados de
artillería, todos queriendo hacer guardia en verano. Las crónicas de la época
dicen que trabajaban unas cinco mil mujeres. Muchas me parecen pero si lo dicen
las crónicas no voy a discutir.
Vista de la Fábrica de Tabacos, hoy sede de la US |
Vámonos a la historia, que me enrollo.
Acaecía el mes de Abril de no sé qué año, y, como es lógico
se celebraba la Feria. En el lugar dedicado a exponer la maquinaria agrícola
había expuesta una que estaba pensada para trillar la mieses. Pero mira por
donde a un gracioso de la época no se le ocurrió otra cosa que poner un cartel
diciendo eso de “máquina para liar tabaco”. La noticia tardó nada en llegar al
interior de la fábrica de tabacos y no veáis la que se formó. Las cigarreras se enfadaron y con razón. ¿Qué
nos van a sustituir? ¡De eso nada! ¡Con la faltita que nos hacen las pesetas
que ganamos liando tabaco!
Empezaron los tumultos dentro del recinto. Destrozaron
enseres y muebles y se lanzaron a la calle. Los soldados ni se les acercaron.
En la calle los municipales de la época tampoco. Empezaron manifestaciones que
duraron varios días recorriendo las principales calles de la ciudad. Todas con
el clavel en la pechera y el mantón ceñido al talle como dice las sevillanas de
El Pali. Reclamaban que el alcalde o el
gobernador civil les diesen una solución ante la supuesta falta de trabajo. Cinco
mil mujeres en la calle manifestándose y
sin dar su brazo a torcer. Querían una explicación convincente y
garantías. Hasta que no las convencieran seguirían sin trabajar y sin liar
tabaco. Bueno, sin trabajar y sin “lo otro” porque muchas habían leído a Aristófanes
y lo de la Lisístrata se lo aprendieron muy bien. ¿Qué pasa? ¿Qué pensáis que
todas las cigarreras eran con la Carmen del Mérimée? Pues no, que no he
contado, porque se me olvidó, que también tenían un servicio de lectura en el
que una de ellas les leía libros y revistas. Y lo de la Lisístrata se ve que
les llamó la atención, y seguramente, algún que otro panfleto revolucionario de
la época también.
Cuando se terminó la feria, el gobernador las consiguió
convencer que la máquina no era para el tabaco y logró que volvieran al tajo.
Solo hubo algunas trabajadoras heridas leve durante las marchas por las calles
hispalenses y los destrozos del interior de la fábrica que, por cierto, hoy es
la sede del Rectorado de la Universidad de Sevilla.
"Las Cigarreras". Gonzalo Bilbao
¡¡ Llevátelo a papel !!
Muchas gracias, aunque algunas cosas me las se, que soy muy leída, y sobre el catalán y el vasco ya escribí en mi blog, pues no es igual cuando tu lo cuentas, porque me entero mucho mejor, y si la fabrica de tabacos es una preciosidad. Gracias otra vez es un lujo pasar por tu blog
ResponderEliminarGracias Ester. El catalán y el vasco resulta que eran concejales del ayuntamiento sevillano. Sí, lo sé, somos así de acogedores en esta bendita ciudad tan ombliguista.
EliminarAbrazos.
Me has recreado lo de las cigarreras, ahora que he visto la obra de la Pardo Bazán en el que no querían que se hiciera una huelga para que no cundiera el ejemplo entra las tabacaleras de Sevilla.
ResponderEliminarSe las conoces por el mito de Carmen, pero la Dolores, la Conchi, la Luisa, la Pepi y así hasta cinco mil. No veas, mujeres de armas tomar ya en aquella época.
EliminarUn abrazo.
Muy interesante tu entrada.
ResponderEliminarMe he quedado con lo de Isabel II. Muy bien podía ser la de Inglaterra, porque esa mujer debe ser de la quinta de Jordi Hurtado.
Un abrazo.
Siempre que veo a Jordi o a la Isabel inglesa me acuerdo de la película "Los inmortales" ¡¡solo debe quedar uno!!
EliminarUn saludo.
Mira no tenía ni idea!!
ResponderEliminarTodos los días se aprende algo.
EliminarUn abrazo.
La armaron en grande y la máquina no era para sustituirlas...
ResponderEliminarUn abrazo.
Imagínate si llega a ser verdad que la maquinita era para sustituirlas. Eso de "arde Troya" se quedaría corto.
EliminarUn abrazo.
Que curiosa historia.
ResponderEliminarSería como un antecedente de las fake news, que suelen ser creídas y difundidas.
Saludos.
Las fake news de antes no son como las de ahora. O sí, que también puede ser.
EliminarSaludos.
Tampoco tenía idea, me gusta como lo cuentas y me parece muy bien esa vena de historiador que tenías por ahí escondida. Un placer leerte y un fino de mi parte. Por cierto qué tal tu ácido úrico o no eras tú.
ResponderEliminarLloverá no te preocupes.
El fino dentro de poco, espero. Sí, soy yo el del ácido úrico pero lo tengo totalmente controlado según mis médicos. En un año he tenido tres distintos, médicos que ataques de esos que duelen ná de ná.
EliminarUn abrazo.
Great blog
ResponderEliminarGracias.
EliminarVale, después me paso.
ResponderEliminarNaranjito:
ResponderEliminar¡Cualquiera se mete en una manifa así!
Salu2.
Yo desde luego que no. Desde lejos y con mucho cuidaito.
EliminarSaludos.
Había leido sobre estos temas, pero nadie los cuenta con el desparpajo, ingenio y gracia trianera como tú.
ResponderEliminar¡Arsa con el carácter de las lias puros!
Un abrazo.
Broche de oro con Gonzalo Bilbao.
Sabes que hay mucha gente en esta ciudad que conocen a Gonzalo Bilbao por que es una calle. Lo sé, la ESO ha hecho mucho daño a varias generaciones.
EliminarAbrazos.