En la “entrevista” publicada hace
unos días, comenté que “El Quillo”, nuestro gato, el gato de La Bodeguita, no
está ya con nosotros. Después de 19 años su energía felina dijo basta y se
acabaron sus días de aguantarnos y mandar por casa y, como todo buen gato,
sobre nosotros.
Fue un palo pero, bueno, lo pasamos y ya está. Uno más de la familia que falta se nota. Pero la
vida sigue. Y yo sabía, intuía, me los esperaba, me lo temía, que tarde o
temprano, mi hija se iba a encargar de recoger de la calle otro “animal”.
Tardó su tiempo pero un día me
dio la noticia. Yo había notado algo raro entre su madre y ella. Complicidad
femenina que se llama. Sabiendo ambas dos que yo era reacio a tener de nuevo
animales en casa, simplemente por lo mal que lo pasan, habían estado buscando
algún “gatito” necesitado de sus cuidados.
Así que un buen día mi princesa
me larga eso de mañana tenemos que ir a Carmona a recoger una gatita. No puse
cara de estupor ni de nada, bueno, de tonto, pero esa siempre la tengo, y solo
me atreví a decir una de mis palabras más socorridas: ofú.
Resulta que una protectora había
recogido una manada de gatitos que estaban abandonados en un polígono
industrial de la bella ciudad de la vega sevillana. Un mes tendrían más o
menos. Los tenían acogidos una familia que tenían una gatilla con crías de la
misma edad y las acepto dócilmente.
Pues nada, que el día señalado
tiramos para Carmona, quedamos con la protectora en un veterinario y recogimos
a la nueva integrante familiar.
Ellas ya habían decidido el
nombre, Micaela. Sí, Micaela, ¿qué pasa? ¿Es raro? Po no. ¿Yo no he contado nunca lo del nombre de “El Quillo”? Pues
ahora que no está lo puedo contar. El Quillo es el “Nick” o, vulgarmente,
apodo, que utilizaba en las redes. Bueno, yo siempre le decía Quillo, pero su
nombre verdadero era Chipi, abreviatura familiar de Chipirón. Vale que para
bautizar somos especiales, pero es lo que hay.
¿Por qué Micaela? Po no sé, se les ocurrió a ellas y ya
está. Y Micaela aparece en su pasaporte, en su chip, en su documentación y
porque no tiene D.N.I. que si no también.
Es curioso lo del nombre, a
saber:
Cuando está jugando o se le llama para comer o
para avisarle que el sol está entrado por la ventana, ¡Mica ven!. ¡Mica toma!, ¡Mica
mira!.
Cuando hace alguna trastada o se
porta regular tirando para mal, ¡Micaeeelaaaa!
Y la puñetera lo entiende a la
perfección. No sé, a veces pienso que estos animales son más listos de lo que
aparenta y siempre se ríen de nosotros.
Esto fue en Mayo del año pasado.
Lógicamente esta esterilizada, con su chip, con sus vacunas, con su revisiones
y con sus comidas adecuada a su peso y edad. Y a diferencia del Quillo, ¡no le
gusta mi sillón! ¡Y puedo dormir la siesta yo solito!
Y ahora algo de su morfología.
Según sus veterinarios Carmen y German de la Clínica Felina Kato (no es
publicidad, es recomendación) es una gata común europea de color calicó, vamos, de tres colores. Pero en esto
discrepo de los veterinarios. Micaela es de raza van turca y en la próxima
entrada lo voy a demostrar que para eso he hecho una ardua investigación hasta
dar con la historia de su progenitores.
Ahora las fotos (ni que decir
tiene con que la he hecho) de los primeros días.
En la primera, la señora está
durmiendo plácidamente como si estuviera tomando el sol en la playa de
Matalascañas.
En la segunda, le estoy enseñando
a escuchar y ver música clásica. De pasada diré que mi santa esposa madre de
mis hijos me echó una bronca por permitirle que se subiera a la mesa estando el
mantel de diario. ¡Pero es que estaba embobada! ¡La voy a quitar!
Hoy en día está mucho más crecida, ya la
mostraré y contaré más cosas, total ahora por una cosa y otra tengo
tiempo.
Esperando la playita. |
Aprendiendo buena música |
¡¡ Llevátelo a papel !!
como diría mi hija... uyssss es monísima!!!!! Seguro que ahora estaréis más entretenidos con la pequeñaja.
ResponderEliminarEs una gata, Mariaeugenia. Lo que significa que va a su bola. Dile a tu hija que es esta fotos no esta favorecida, ya publicaré otras de su istagran
EliminarUn abrazo
Me encanta Micaela, en "Tomara que tu viera" mi amigo Lennon tiene una sección...
ResponderEliminarYa conozco a Lennon, tu colega. Si tengo tiempo (ejem, ejem) le dedicare un apartado solo para ella.
EliminarUn abrazo.
Pues es una monada. Siempre he tenido gatos, hasta que mi familia se fue del chalet. Luego vine a estudiar a Madrid y compraron un perro precioso que vivió 12 años y hubo que operarle y al final sacrificarle, una tragedia que duró tres meses.
ResponderEliminarAhora solo tengo una ninfa cantarina que silba en inglés. Mi hija es alérgica total al pelo de gato y no podemos tenerlos.
Disfrutad de ella.
😷😷💙
Si, una monada, pero gata, en femenino. Con esto del encierro en casa soy minoría ya que mi hijo está medio independizado y el confinamiento lo hace cerca de su lugar de trabajo. Tres féminas en casa ¡ofú!, ¡si yo quería un perro! macho, claro.
EliminarUn abrazo.
Qué monada. Un beso
ResponderEliminarPues espera a que publique las fotos actuales.
EliminarSaludos
Mi abuela tenia una angorina y le encantaba la música, zarzuela que es lo que ponía mi tío en cuantito llegaba y ella se iba para el gramófono, y sobre el nombre un amigo tenia un perro que se llamaba Evaristo, llegó a ser actor de cine. Abrazossss
ResponderEliminarYo le estoy poniendo Status Quo, Queen, Tina Turner; vamos, música clásica.
Eliminar¿Evaristo?
Ester 1, Naranjito 0
Abrazos.
Bien, veo que de aquí venía la historia.
ResponderEliminar¡qué chiquita en la foto de espera de playa!
Continúo dando vueltas por la bodeguita...
Ya veras que está un poco más crecida. Nada, entra hasta el fondo.
ResponderEliminarUn abrazo.