Bueno, que nada, sin más preámbulos y escusas tontas estoy de nuevo por aquí. De salud bien, el covid ha pasado rozando el larguero en casa y de momento ná de ná. Lo que pasa es que me he tomado unos mesesitos sabáticos en esto de aporrear teclas. El síndrome del blog es fuerte y puede conmigo. Y para continuar con esta vuestra Bodeguita y para demostrar que soy un tío serio, hoy historia. Antes de continuar os comento que todo lo que cuento a continuación es real. Enga, al lío.
Pues resulta que Sevilla, desde tiempo de los romanos era una
ciudad amurallada. Para entrar disponían de más de dieciocho puertas y postigos
cada una con sus correspondientes centinelas, cobradores de impuestos, porteros
y demás encargados de vigilar “a ver
quién entra y sale”.
Estas puertas tenían sus nombres en función de su situación o
en honor de algún o alguna personalidad importante. Por ejemplo los almorávides
nombraron Bab al Makrin a la puerta
que los romanos llamaron Macaria en honor a la hija de Hércules. Posiblemente
de ahí venga eso de Macarena. A mí, eso que la hija de Hércules se llamara
Macaria, no sé, no sé.
Romanos, almorávides y ahora un saltito en el tiempo y nos
encontramos sobre el siglo XVI. Cuando llegaba la realeza, por ejemplo Isabel y
Fernando los de monta tanto tanto monta, adornaban las puertas, arreglaban las
calles, le daban la bienvenida y con eso le hacían la pelota una mijilla.
Pero claro, tenemos un problema. La puerta muy grande y muy
bonita pero ahora tenían que pasar por las calles y ahí estaba el problema.
Estrechitas, los carruajes reales pasaban pegaitos
a las fachadas, llenas de gente difícil de controlar, calor sevillano, que no,
que por ahí no pueden entrar, busquemos otra puerta más acorde con sus
majestades.
¿Solución? buscamos una puerta grande y que dé a una
avenida o calle principal. Pero no fue hasta el 1570 cuando se pusieron a ello.
El nieto de los católicos, Felipe II, visitaba Sevilla de vez en cuando, que
para eso era Puerto de Indias. Entonces escogieron otra puerta y la arreglaron
convenientemente. Esta puerta estaba al lado de la casa palacio de D. Hernando
Colón, hijo del descubridor de América. En esa casa tenía la biblioteca más
grande que existía, un jardín americano con árboles y plantas del otro lado de
la Mar Océana como tomates, patatas,…
Uf, ya me estoy enrollando más de la cuenta, perdón.
Bueno, que la situación de la puerta era bastante buena,
justito frente al Guadalquivir. ¿Qué puerta era esta? A saber, en tiempos de los
romanos se denominaba puerta de Goles. Lo del nombre viene por lo visto de una
degeneración del nombre Hércules. Tampoco me cuadra mucho esto, si proviene de
Soles y, con el tiempo, se transforma en Goles hubiera sido más sencillo, pero
no de Hércules a Goles. A ver quién me explica eso.
Aunque algo de cierto tiene que haber en el nombre porque
nuestros antepasado almorávides mantuvieron ese nombre pero a su estilo, digo
en su lengua, Bab er Goles la
llamaban. Bab en árabe significa
puerta, por si no os habéis dado cuenta.
Como a partir del segundo de los Felipes todos los reyes
entraban por ahí, el personal y las autoridades empezaron a llamar a esa puerta
la Puerta Real. Nombre que llegó hasta que, como otras muchas cosas de Sevilla,
la piqueta indiscriminada se encargó de tirar abajo.
Foto obtenida en la red (sigo sin reflex) |
Pues eso, hoy, para retomar el blog, me apetecía contaros,
torpemente, algo de la historia de esta bendita ciudad. Y qué mejor para
retomar mis batallitas que escribir sobre la puerta de GOLES, que después se llamó REAL
y que estaba frente al Guadalquivir, que en tiempos de los romanos se llamaba BETIS, por cierto.
¡Holaaaaaaaaaa Naranjito! ¡Ya era hora que dieras señales de vida, carámba.
ResponderEliminarMe alegro volver a saludarte. Nos traes una joya que perteneció a nuestra historia, con sus curiosidades incluidas. Conmigo has acertado completamente, son temas que me entusiasman y dicho con esa retranca trianera que tienes, no ni ná...
Una entrada espectácular, con esa gracia que tiene el barrio.
En una ocasioón también hablé de Las Puertas De Sevilla. La de burradas que han cometido con nuestro riquísimo y valioso patrimonio son muchos...
Fueron las primeras puertas que se derribaron las de la Carne en 1864, y la de Jerez, la del Carbón en 1865, la del Arenal, la Puerta Real, la de S. Juan y la de la Barqueta, salvándose por el momento la Puerta de Triana, la de S. Fernando, El Postigo del Aceite, la Puerta Carmona, la de Osario, la del Sol y la de la Macarena.
La destrucción de las murallas y puertas dio lugar al ensache del casco urbano uniéndose con los barrios de extramuros. Hubiera sido un indudable y valiosísimo acierto conservar como ciudad histórica los barrios de intramuros y haber hecho el ensache en la pendiente que va desde la Calzada hasta Torreblanca y el actual aeropuerto con lo que hubiese habido una ciudad nueva y otra vieja, sin que la parte moderna se hiciese a costa de destruir la antigua que hoy sería atractivo de extraordinario valor, como ocurre en aquellas pocas ciudades que han sabido, y sobre todo, querido conservar su contorno de murallas: Ávila y Ciudad Rodrigo en España y Carcassonne en Francia. (En la década de los 60, también hubo numerosas atrocidades semejantes, propias de la carencia de sensibilidad, ética y todos los valores positivos del género humano, Moreno Morube salvó lo que pudo de los impresentables munícipes de la época).
Supongo que debo decirte ahora: Bien encontrado, y que sea por mucho tiempo.
Chin chin, celebremos el reencuentro todos.
Un abrazo.
Afortunadamente tenemos una ciudad que en cualquier rincón tienes una historia para contar. Y lo malo es que no aprendemos o, mejor, no aprenden nuestros insignes regidores y mandamases de turno. Por ejemplo: ¿a que al final ponen un puente en la SE40 en vez de un túnel para atravesar el río? Es que no aprenden. Dentro de poco a ver si cuento la historia de la calle "Cabeza del Rey D. Pedro" puede servir de metáfora de eso de haz lo que yo diga pero no hagas lo que yo hago.
EliminarUn abrazo.
Que bien, y de casualidad porque lo que sale el domingo me lo pierdo, pero andaba buscando otra cosa y zas! apareces tú. Me ha encantado lo bien que nos cuenta las cosicas. Pues eso que feliz de leerte y abrazos
ResponderEliminarGracias Ester, a ver si ahora cojo carrerilla y no dejo tanto tiempo cerrada La Bodeguita.
EliminarEnhorabuena por haber decidido volver, se te echaba de menos.
ResponderEliminarPues más os echaba de meno yo a vosotros.
EliminarQué bueno volver a ver actividad por aquí, Naranja.
ResponderEliminarLinda historia nos has contado, ¡y tienen historia para contar por allá! Siglos y siglos, conquistas y reconquistas.
Sabes que estuve a punto de ir por allá antes de la pandemia, estuve armando mi viaje y a último momento estaba tachando Sevilla y quedándome con Málaga, pero no estaba todo completamente decidido y... ¡pam! cayó la pandemia, me pospusieron 3 veces el viaje, me lo cancelaron luego, me devolvieron el 80 % de todo lo reservado, y acá estoy ahora con una hija. Que me ha cambiado la vida seguro, pero sin viaje.
Abrazo, que andes bien y sigas aporreando teclas
Salú
Al final te ha venido muy bien. Una hija es todo un viaje por la vida.
EliminarUn abrazo.
Me alegra tu regreso.
ResponderEliminarReal, Betis y Goles. ¿Eres bético? O sevillista, me da lo mismo. Unos y otros estáis para felicitaros este año.
Un abrazo.
Creo que Goles, Real y Betis te puede dar una pista de cuales son mis colores. Aparte del detallido a mi equipo, todo lo demás es cierto, incluido los distintos nombres de la puerta.
EliminarUn abrazo
Qué interesantísimo porque bien poco y nada sé de historia de España y sé que es riquísima y muy antigua. Por favor, más entradas como esta!
ResponderEliminarAprendí sobre las puertas y Sevilla y como que hasta me dan más ganas ahora de ir a visitar tu ciudad.
Un abrazo desde heladas tierras australes amigo!
Tranquilo Nocturno, había 18 puertas o más, o sea, que tengo tema para contar batallitas, fíjate que una se llamaba de la Carne y otra Osario. Estos nombres merecen una historia.
EliminarUn abrazo y abrígate.
Anda, pero si es Naranjito!!!!, chico volver a leerte es una pica en Flandes, me alegro mucho.
EliminarNo sabía que Sevilla tiene tantas puertas como el acueducto de Segovia, una buena lección de historia.
Espero seguir disfrutando de tus salerosas entradas.
Welcome back Charles.
Hola Airblue, Bueno, Sevilla tenía muchas puertas y postigos pero solo quedan un par de ellas. A ver si me pongo y cuento historias de las que ya no están. Muchas son muy curiosas y sobre todo los nombres que han llegado hasta hoy.
EliminarUn placer estar de nuevo y leer tus comentarios.
senquiu
Me alegra verte de nuevo por aquí, gusto en leerte de nuevo
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Mari Angeles, a ver si ahora duro una mijilla más.
EliminarUff, se me había olvidado, Córdoba tiene historias para llevarte toda una vida contándolas.
EliminarEl barrio bloguero no era lo mismo sin tus publicaciones. Es una alegría muy grande que regreses.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Gracias Sara, a ver lo que si ahora puedo seguir porque ganas no me faltan
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