—Ha llamado tu hijo y dice que el autobús llegará sobre las
12. Lo tienes que recoger en el mismo sitio que salió esta mañana, en el
descampado que está detrás del instituto. Y el móvil lo tiene sin batería, así
que vete prontito no sea que se adelante.
Después de escuchar estas instrucciones y media hora antes de
la fijada, se calzó unas zapatillas de deportes y se puso un chaquetón sobre el
chándal color verde que le habían traído los Reyes Magos. Aparcó el coche, puso
la calefacción y se dedicó a escuchar un programa deportivo de esos que solo
hablan de los equipos de la capital o de otro donde jugaba un tal Messi.
Había tres o cuatro coches donde, a través de los cristales
empañados, medio vislumbraba las parejas de padres que como él esperaban a sus vástagos.
Su señora no quiso acompañarlo, prefirió quedarse en casa preparando la cena de
su retoño que seguro llegaría cansado
después de un día disfrutando de la nieve en Sierra Nevada.
De vez en cuando llegaban otros coches pero cuando llegaban a
su altura no aparcaban y se marchaban de la zona. Empezó a pensar que este no
era el sitio a donde llegaría el autobús del Instituto de su hijo lleno de
adolescentes cansados y quemados por la nieve. Echó mano del teléfono y, o
sorpresa, se lo había dejado en casa. Bien, las doce y cuarto y el autobús sin
llegar, a ver qué hago, pensó mientras seguía mirando a los coches que ya
tenían los cristales completamente empañados.
Pues nada, a preguntar, seguro que esos padres están
informados.
Se bajó del coche y se dirigió a un Ford Focus RS de color
rojo fosforito que era el que estaba más cerca. Pero para su sorpresa, cuando
le quedaba poco para estar junto a la puerta del conductor, el coche salió como
un rayo y se alejó del lugar. Bueno, hay otros tres. Y se encaminó hacia ellos
con el mismo resultado, primera, acelerón y a salir corriendo.
—Qué cosa más rara. Si los padres salen corriendo es que el
autobús de la excursión a Granada ha parado en otro sitio. Pero ¿dónde?
Sobre la marcha regresó a su casa para poder enterarse del
sitio donde pararía el bus. Y allí se encontró con su hijo.
—Papá, es que no tenía batería en el móvil y no te podía
llamar. Al final nos han dejado en la avenida que había más luz y estaba más
llena de gente.
—No pasa nada, hijo, es que estaba preocupado porque es la
una de la madrugada y me he quedado solo en el descampado porque los otros
padres han salido corriendo. Seguro que sus hijos si tenían batería y les han
podido avisar. Venga, cena, descansa y
ya me cuentas mañana.
Al día siguiente, sábado, tocaba lavar el coche. En la
gasolinera donde, una vez cada varias, muchas, semanas, le echaba un manguerazo
por encima, escuché una conversación. Perdón, quiero decir escuchó una
conversación.
Dando cera y puliendo cera a un Ford Focus RS de color rojo
fosforito, había dos chavalones de unos veinte y pocos años.
—Quillo, no veas
anoche. Estaba con mi novia en el descampao
de detrás del tuto y cuando estábamos
en lo mejor se nos acercó un mirón. Estábamos los de siempre, tú sabes, después
de las copitas en el Rancho, lo que toca es morreo y lo que puedas. Pero el
mirón nos cortó el rollo. Y al cabesa, al
kanijo y al pelopua, que estaban allí, les pasó lo mismo. ¡¡Que er nota se acercó para mirar!! La Yoli dice que no la lleve más al descampao. Como esta noche aparezca le vamos a dar par
pelo.
No volví al descampado hasta que dejó de ser descampado y
lugar de pelar la pava y se convirtió en una manzana más de pisos.
Perdón, perdón, he querido decir no volvió. No sea que el del
Ford Focus RS de color rojo fosforito lea La Bodeguita y me la tenga guardada.
La foto es de Google Maps. A la derecha el Tuto (instituto), a la izquierda lo que
entonces era un descampao. Otra cosa,
cuando era descampao yo no tenía
réflex y el móvil me lo olvidé en casa, perdón, se le olvidó.
Me puedo reír, perdón, he querido decir carcajear. Menos mal que no reconocieron al mirón, perdón he querido decir al padre esperando a su retoño. Un abrazote
ResponderEliminarBueno, no creas, en aquellos días tenía (él) un coche poco visto en el barrio. A lo mejor...
EliminarSaludos.
Jajaja, relato de cómo se puede pasar de padre esperando a su hijo a mirón. Muy bueno! Con tu gracia también a mí me has hecho reír a carcajadas.
ResponderEliminarBonita semana, abrazos.
Un abrazo.
Pues cuando se lo conté, perdón, se lo contó a su esposa, las risas y el cachondeito duró más de un día. Y encima se lo contó a sus amigas.
EliminarAbrazos.
también eran un poco egocéntricos, se creían el ombligo del mundo por creer que el padre buscando a su hijo iba a estar pensando en mirarles a ellos.
ResponderEliminarme recuerda un poco a una vez que estaba estudiando en la uni, fui a por un café de máquina y había al lado una parejita haciendo cucamonas. él le dijo a ella "bueno, cambiando de tema...", y ella respondió con retintín "totalmente!". y yo pensando para mis adentros mientras se preparaba el café de máquina "anda que no tengo nada más importante que pensar que en vosotros, por mí como si os hacéis el 69 aquí mismo!". >:(
Lo mejor es que de escandalizarse nada. Hasta podría aconsejarles de la mejor manera de ... Vale, me estoy viniendo arriba, lo sé. Pero claro, el que tuvo retuvo.
EliminarSaludos.
Jjajaj desde el principio me estaba riendo.
ResponderEliminarEs que en el fondo soy muy inocente. ¿como iba a pensar que, en los coches, a esa hora, en un descampao, ...?
EliminarSaludos.
Habrás querido decir "se la tenga guardada".
ResponderEliminarSigo pensando que es mejor tener sobrinos.
Divertido relato.
Un abrazo.
Bueno, no creas, yo solo tengo un sobrino y ....
EliminarSaludos.
jajajaja lo veía venir ajajajja
ResponderEliminar¿en serio? ¿me vistes venir? ¿que coche tienes?
EliminarAbrazos.
Qué simpático, no me esperaba el final, me puse en lo peor.
ResponderEliminarSAludos.
Que no, que no, que no llegué a ver nada, de verdad, que se fueron antes. Perdón perdón, que no era yo, que era un conocido él que esperaba a su hijo.
EliminarSaludos
Todavía me estoy riendo y te aseguro que lo necesito.
ResponderEliminarBuenas tardes señor.
Nada Airblue, aquí sabes que encontraras historias, reflexiones, leyendas y más cosillas todas 98 % reales. Te adelanto que dentro de poco publicaré algo para llorar. O no, que también puede ser dependiendo de la edad.
EliminarUn abrazo y cuídate.
OLa!
ResponderEliminarEstou visitando novos Blogs
e cheguei até o seu.
Já estou seguindo e vou
ler suas publicações
para depois então
comentar.
Vou adorar receber sua
visita
no Espelhando.
Bjins
CatiahoAlc.
Vale, ahora voy.
EliminarMira por donde el Naranjito resulto ser un Voyeur de padre y señor nuestro. Perdón, el caballero de la historia. Que esos chicos, ahora grandes, se juntan cada tanto y cuentan "os acordáis de la noche que estábamos liando...."
ResponderEliminarPues resulta que al día siguiente me dio hasta pena. Les corté el tema, con el coraje que da eso.
EliminarUn abrazo.
Anda, que ya te vale. Lo que toavía no m'explico es lo que su señoría seguía haciendo en el descampao después de ver la estampida de padres abandonar el lugar.
ResponderEliminarEn toavía no logro saber el porqué. Anda, cuenta, cuenta.
;)
Saludito, Naranjito.
Fácil, si mi señora esposa me dice espera a tu hijo en el descampao, yo lo espero en el descampao.
EliminarUn abrazo.
Jajaja genialidad!
ResponderEliminarQue difícil después de eso demostrar ser inocente, no pasar por fisgón.
Un lugar con mucha historia, si hasta los descampados ya no son tan descampados.
Abrazos, Naranja voyeur
Ya no hay descampaos como los de antes. Doy fe.
EliminarUn abrazo.
Naranjito:
ResponderEliminar¡lo que no te pase a ti!
Salu2.
Era en otra época. Ahora los churumbeles son los que me recogen a mi.
EliminarSaludos.