Bueno, parece que los orígenes de mi gata, la historia de Murat y Aysel, que conté
en una entrada anterior, no se la han creído algunas mentes desconfiadas. Peor
para ellos. De tontos y saborios está
el mundo lleno. Pero verán todos ustedes juntos como esta otra versión si se la
creen. Como en la anterior, he contrastado todos los datos después de una ardua
investigación. Podéis rebuscar por donde queráis si lo que cuento es cierto o
no. A vuestra elección lo dejo, mientras tanto yo a lo mío, empiezo:
Resulta que por el año mil ochocientos y pico, arribó a la
ciudad sevillana de Carmona, Mr. George Edward Bonsor, en adelante lo
conoceremos por Jorge el inglés. Para no ser extenso e ir al grano de la
historia solo diré unos cuantos datos, a saber.
Aunque nacido en Francia, era británico y residente en
España. Era pintor, ceramólogo, historiador y arqueólogo autodidacta. Precursor
de la arqueología moderna ya que implantó el dibujo técnico para reflejar y
catalogar todos los yacimientos. A él se le debe, entre otros muchos
descubrimientos y estudios, el hallazgo de la Necrópolis romana de Carmona. Incluso
fue nombrado hijo predilecto o preferido, no sé, algo de eso. Con esto de
momento vale.
Pues resulta a Jorge le gustaba un dulce con una base de
bizcocho cubierta de hojaldre, espolvoreada de azúcar glas y canela, rellena de
cabello de ángel. Tanto le gustaba que a diario mandaba a su sirvienta a
comprar una de estas tartas. La doncella se acercaba a la confitería y decía
eso de: ”Niña, dame la tarta del inglés
que él nota se quiere tomar el té”. Por
lo visto de ahí viene el nombre de esta delicatesen que ya hacían en Carmona
mucho antes de la llegada del nota.
Aunque por otro lado tenemos al director del Conjunto
Arqueológico de Carmona, Ignacio Rodríguez, que discrepa una mijilla del asunto. Está documentado que
Jorge era de la hermandad del puño, un poco mezquino a la hora de pagar. Cuando
iba a escarbar al campo se llevaba un bollo y un huevo duro. Si iba con el
ayudante, dos bollos y dos huevos. Además anotaba todos los gastos y en sus
cuadernos no hay ninguna anotación de desembolso para estos pasteles. Y aunque
hacía una gran vida social y se apuntaba a todos los saraos, lo hacía de
válvula, de gañote, vamos lo que se dice sin pagar ni un duro. Vale que el nombre de tarta inglesa se le
deba a Jorge pero es un dulce tradicional de la repostería de la zona.
Hoy se rellenan de todo y aunque la de cabello de ángel es la
TOP, tiene hasta 50 rellenos distintos. A mi hija, que es mu moderna, la que le gusta es la de
Nutella. A mí me da igual, soy de buen yantar. Y, de
pasada, como el que no quiere la cosa, diré que hace mucho tiempo que no la
cato. ¿Motivo? Pues que mi hijo, cuando puede regresar a su hogar paterno desde su
hogar provisional (creo) en la bonita Carmona, dice eso de: Nena, se te ha olvidado traerles a mi padres
una tarta inglesa, a lo que ella, su Nena, siempre responde: ¡Que enrrea eres! ¡Si eras tú él que tenía
que pasarse por la confitería! ¡Otra vez se te ha olvidado!
Tarta inglesa |
Bueno, nada, que hace tiempo que no la cato. Y ustedes todos
vosotros os preguntareis eso de ¿Qué tiene que ver la tarta inglesa con el
origen y la raza de Micaela? Pues ahora lo cuento.
Como hemos visto, el nombre de tarta inglesa es debido al
gusto de Mr. Jorge por este dulce. Mr. Jorge, antes de acabar en Carmona,
estuvo de expediciones arqueológica por medio mundo. Una de esas excavaciones
era el antiguo santuario de la Colina del Ombligo que está en la ciudad de
Edesa en el sudeste turco. Allí, en Turquía, vivían una extensa colonia de
gatos blancos, de pelo largo, con cola anillada, ojos ámbar y con la huella de
Alá en la cabeza.
Mr. Bonson, el inglés, se enamoró de estos felinos y se trajo
varias parejas de regreso a la milenaria ciudad de la campiña sevillana, a
Carmona, por si todavía no os habéis enterado. Allí vivieron felices desde el
año mil ochocientos y pico.
Y ahora conclusiones finales que hoy me estoy pasando.
¿Dónde recogimos a Micaela? En el polígono industrial El
Pilero. ¿Dónde está el P.I. El Pilero? En Carmona. ¿Quién vivió en Carmona? Mr.
George Edward Bonson. ¿Dónde estuvo Jorge el inglés? En Turquía. ¿Qué se trajo
de las tierras del antiguo imperio bizantino? Varias familias de gatos ¿De qué
raza eran los gatos? Pues eran Van Turco, como Micaela.
Venga Germán, a ver si ahora eres capaz de refutar mi
investigación.
Sobre las fotos:
La primera la he buscado en interné. El pobrecito de mi hijo
no puede traerme una de verdad por esto del confinamiento. Y no, los cortes no
representan a la Union Jack británica, es para servirla mejor.
La segunda la he realizado con eso que ustedes sabéis.
Y ahora al Cesar lo que es del Cesar:
Gracias a Ezequiel García de El Correo de Andalucía por los
datos y a “mi extensa biblioteca” y recordarles a V. y L. que a mí me da igual
el relleno, como si es de crema catalana.
¡¡ Llevátelo a papel !!
Parece deliciosa. Y tu gatita muy turca. Un beso
ResponderEliminarEstá deliciosa y la gatita de momento es sevillana. Lo de turca lo discutiremos con su veterinario cuando toque hacerle la visita. Él dice que común y yo que nanai.
EliminarSaludos.
Hola, bueno pues a mi me gustan los gatos, perros y siempre hemos tenido varias mascotas en casa. Me dijeron que un gato tricolor es siempre hembra: negro, blanco y canela, qué curioso.
ResponderEliminarNaranjito, te debo parecer un bichito raro, lo cierto es que no uso las Redes Sociales, aparte del whatsapp y blog. Por eso no me verás por ellas.
Eres ingenioso y divertido, esta entrada es "apetitosa", jaaaaaa ¡Anda que con los caprichitos y el no salir, una vez podamos salir será comprar algunas ropas, jeeeeee ¡Anda que no!
Bueno, me da igual que la tarta sea inglesa o no, no pienso hablar con ella, jaaaaaaa...
Un abrazo.
El 99 % de los gatos tricolor (calicó) son hembras por algo de los genes. A mi me pasa los mismo, que sea inglesa o de Azerbaiyán de da igual, el caso es una buena merienda.
EliminarAbrazos.
Pues a la tarta me apuntaba, estoy canina de dulce, este año me he quedado sin torrijas. por lo demás y como a ti te conozco mas que a los que citas estoy de tu parte. Un abrazo
ResponderEliminarEl 3 % de lo que cuento es invención mía como consecuencia de estar encerrado. La tarta por supuesto que es real, igual que lo del inglés.
EliminarUn abrazo.
Una historia muy interesante. Preciosa Micaela y esa tartaaa... Mmm, qué bien luce. No me importaría un relleno en especial. Cualquiera será seguramente delicioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
En la confitería que va mi hijo, muy de vez en cuando, tienen cincuenta rellenos distintos. A final no sabes cual elegir. Son pequeñas y baratas.
EliminarSaludos.
La tarta tiene una vista que la baba me va a estropear el ordenata y no estamos en este tiempo para quedarse sin esta herramienta de entretenimiento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por cierto, es ideal para acompañar un té. No había caído antes.
EliminarUn abrazo.
Me encantan tus divertidas historias, siempre me arrancan una sonrisa. El postre se ve delicioso y a esta hora 16:39 p.m. ya provoca. Respecto a Micaela, es preciosa y su historia también. Cuídala mucho. Yo ten tengo a "Kimba" y a su hijo "Max". Y no imaginas los que capítulos que he escrito de su madre. Ya tendrás tiempo de leer.
ResponderEliminarUn abrazo.😉
El postre es delicioso y sobre Micaela, que pronto cumplirá un año, que te voy a contar si tu tienes experiencia.
EliminarUn abrazo.
Fe de erratas
ResponderEliminarTen*tengo
qué*los
Jejeje, Entendido.
Eliminar¡Qué entretenido es leerte! No conozco la anterior entrada sobre el origen de Micaela, pero si existen varias versiones debe de ser porque no hay certeza de ninguna. Lo que sí está claro es que Micaela es preciosa, venga de donde venga. Claro, ya parte con una ventaja importante: es gata.
ResponderEliminarEsa tarta tiene muy buena pinta. Si algún día llego a probarla, me acordaré de esta entrada. Seguro.
Un abrazo
Hay una etiqueta que llamo "Micaela" donde cuento cosas e historias sobre ella. Sí, es gata, otra fémina más en la familia y yo callaito.
EliminarUn dulce abrazo.
pero dentro de poco le vas a encontrar hasta los primos a la pobre gata!! ja...
ResponderEliminarme anoto con la torta, pasamela por correo je... saludos!
Nunca se sabe, lo mismo es descendientes de los gatos del palacio Topkapi y está emparentada con los gatos de los sultanes otomanos.
EliminarUn abrazo.
pues la tarta está diciendo "comeme" yo creo que no la he probado nunca!! feliz domingo.. y que bonita es la gata!!
ResponderEliminarCuando me traigan una, o yo pueda ir a por ella, que será lo más seguro, hago una foto como es por dentro y verás que envidia.
EliminarAbrazos.
Tiene unos tonos muy turcos Micaela y menuda pintaa tiene la tarta, en breve a catarla. Cuídate mucho.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Bueno, lo de turca todavía está en el aire.Y seguro que la cataré porque en verano también se puede comer.
EliminarAbrazos.
Desde luego eres el rey de la gracia y el salero de los blogs. Ya te he dicho que me gustan los gatos y por supuesto los dulces. Curiosa historia la del inglés pero la tarta debería llamarse Tarta de Carmona, los ingleses ya tienen la Red Velvet que tan de moda está.
ResponderEliminarCómo te luces con las fotos ¿eh?.
Un abrazo.
¿Con las fotos? ¡Si no tengo reflex! Hacía tiempo que no colaba lo de la camarita.
EliminarUn abrazo y grácias.
Pues yo me lo había creído. Cachis, tienes que tenerla ya, por tu fidelidad.
EliminarTodo a su tiempo.
EliminarExperto en genealogía gatuna, jajaja.
ResponderEliminarMuy bueno.
Salu2, Naranjito.
Experto no, un poco aficionado.
ResponderEliminarSaludos.