Bueno, sigo confinado y sigo investigando. He descubierto y
contrastado en distintas fuentes, nuevos datos sobre el origen de la raza Van
Turco. Ya sabéis que discrepo con Germán su veterinario, él dice común y yo digo que nada de
nada, que de común nasti de plasti. Vamos
a la historia y a la morfología.
Resulta que el gato Van Turco, conocido también como turco
cat, cosa de los ingleses que le tienen que dar la vuelta a todo, es una de las
razas más antiguas que existen. Se han descubierto joyas de los hititas, un pueblo
que vivió hace una jartá de años en
la península de Anatolia, con representaciones de estos mininos. También hay
documentos literarios, me imagino que en
escritura cuneiforme y en cuadernos de barro, que hacen mención a “los gatos de
cola anillada”. O sea, que hace milenios que ya existían. Desde los tiempo de
Noé, él del arca.
Estos gatos viajaron con el patriarca de las barbas blancas
en ese peaso de barco que construyó
para salvar a los animales. Pero, como nosotros, estaban confinados y eso lo
llevaban mal. Así que, sin pensarlo mucho, se lanzaron al agua (recordar esto
para más adelante) y buscaron tierra firme. La encontraron junto al lago Val y
allí se instalaron antes de que la palomita esa regresara al arca con la ramita
de olivo, ¿o era de romero? No sé, me da igual, el caso es que se aclimataron
y desarrollaron un pelaje denso para acostumbrarse al clima de la zona. Y bien que se
acostumbraron, y tuvieron su premio del que hay varias versiones.
La versión judía dice que Dios, después del diluvio, acaricio
con su mano la cabeza del gato y de ahí su característica mancha de tres
colores. Otra versión es la islámica, que es lo mismo pero cambiando Dios por
Alá. No he encontrado versiones de otras religiones. Lo budistas son grandes
protectores de animales, pero creo que Buda al único que acarició fue al simple
del tigre. El caso es que esa típica mancha es conocida como “la
huella de Dios” o “la huella de Alá”.
Lo de la huella |
Siendo bendecidos por la mano de Alá o de Dios, según gustos,
los humanos repararon en ello y rápidamente expandieron por las tierras de
Persia, Turquía, Armenia, las estribaciones del Tigris y el Éufrates y el resto
del mundo a la raza más milenaria y más bendecida por las altas deidades.
Y ahora la morfología.
Son gatos más bien grandotes, fuertecitos, corpulentos sin
exagerar y robustos sin pasarse. Llegan a pesar ocho kilos. Ofú, Micaela no llega al año y pesa
cuatro kilos y eso que no para de hacer ejercicios.
La cabeza la tienen redondita y el hocico normalito, nada de
chatos como uno que yo conozco que se llama Wifi (¿vale Germán?). Las orejas
más bien grandes y los ojos profundos y almendrados. Pueden ser cada uno de un
color, azules o, como es el caso de Micaela, ámbar. Me vais a perdonar, pero de
colores me quedé en los básicos y primarios.
El pelaje es largo, suave y sedoso. Sin nudos, corto en
verano y largo en invierno. No se le enreda y tampoco lo suele soltar porque es
como lana. La cola poblada y larga. Y más bien gordita por la cantidad de pelo.
Lo de la cola |
El color ya lo sabemos, blanco como el azahar a excepción de la cola que la tiene con anillos de tres colores entre castaños y cremas, que sí, que yo me quedé en los básicos y no se distinguirlos. Y la huella de Alá, claro, en la cabeza. Algunos ejemplares también tienen esos colores por el lomo, son los menos. Y eso fue porque Dios o Alá, alguno de los dos, se pasaron acariciándolos.
Y ahora el carácter.
Tienen una personalidad independiente pero más que el resto
de los gatos. Inteligente, traviesos y activos. Además, y es por lo que son
famosos, les gusta el agua. Tal como suena. ¿Os dije que recordarais lo del
Arca? Pues eso. Les encanta chapotear en los charcos o en cualquier lugar que
puedan jugar con el agua. Incluso en las piscinas. Micaela lo único que ha
hecho de momento, es jugar con la fuente donde bebe. Bueno, una vez me la
encontré metida en la bañera. Estaba vacía, pero cuando no estén mi mujer y mi
hija, cosa difícil estos días de encierro, la lleno de agua a ver lo que hace. Prometo
meterla poco a poco y con el agua templaita.
Son sociables con los miembros de la familia. Con los
extraños Micaela lo que hace es pasar olímpicamente. Menos con el perro de
nuestros vecinos. Una especie de caniche chiquitito que se coló un día en casa
sin darnos cuenta al que le echó un resoplido y se les pusieron los pelos de
punta de tal manera que el pobre perrito no ha vuelto a aparecer por casa.
Les encantan jugar y sobre todo cazar. La nuestra lo único
que ha cazado, de momento, son varios mosquitos, pero como escuche la palabra
“bicho”, eso no es una gata, es una fiera buscando por todos lados.
Y ya para finalizar, las alturas. Les encantan trepar y
subirse a lo más alto que pillen. Sí, muy graciosos, pero cuando tu pasas por
la estantería y notas una “suave” caricia en lo alto del cogote, ya me dirás.
Lo de las alturas. |
Toda esta información es cierta. La podéis contrastar en la
red o donde queráis. A mí solo me queda contar otra versión, esta vez la
inglesa, que también tiene algo que ver con el lugar de nacimiento de Micaela,
Carmona.
¡¡ Llevátelo a papel !!
Es un bonito ejemplar que no puedo tener en casa por la alergia de mi hija pequeña.
ResponderEliminarLos gatos son preciosos y muy territoriales, tienen su sofá favorito y lo mejor es que son muy limpios y no hay que sacarles a la calle, pero como te descuides se van ... y vuelven cuando quieren,
He tenido gatos, perros, pájaros y hasta un caballo de competición. Ahora nada, solo una ninfa silbadora macho.
Abrazos confinados.
¿Limpia? No, lo siguiente. Es un ejemplo a seguir para el confinamiento. Se lava constantemente, no sale a la calle, come en su plato, sus necesidades fisiológicas en su arenero particular y único, se asoma todos los días a la ocho. Vamos lo que se dice un fiel seguidora de las normas para vencer al coronavirus.
EliminarUn abrazo.
Es preciosa, Micaela!! Nunca antes había visto a un gatito Van Turco. Luce increíble toda blanca y con su cola de colores y si cabeza. Además es coquetísima. Qué bien ha posado para la sesión fotográfica, jaja. Me ha encantado tu compañera.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Posado? Cada vez que cojo el móvil se escaquea, más bien es un "robado". Con la única que posa es con mi hija. Lo de Van Turco todavía no es oficial, sigo investigando. La verdad es que la adoptamos de la calle cuando tenía menos de un mes.
EliminarUn abrazo.
Lo que hace tener tiempo, te has hecho un master. Un abrazo
ResponderEliminarPues esto no es nada. Cuando pueda salir a la calle con normalidad veras. Las historias buenas te las encuentras donde menos te las esperas.
EliminarAbrazos.
Me parece muy bien y te honra como "padre" que te dediques ahora que tienes tiempo a investigar los orígenes de Micaela. Ella te lo agradecerá.
ResponderEliminarNo se lo digas a nadie, hay un interés oculto. ¿Te imaginas que esta relacionada con
EliminarAtatürk?
Saludos.
Una lección muy interesante, Naranjito.
ResponderEliminarGracias.
Salu2 gatunos.
Pues espera a conocer otra versión de su origen. Esa si que es la verdadera. O no, que también puede ser.
EliminarAbrazos.
no quiero ser malo pero leí que los gatos si pueden tener coronavirus, los perros por ejemplo no... es que le dato es porque no me gustan tanto ja, de malo nomas...
ResponderEliminartenia dos gatas y eran un desastre... ahora con la perra estoy mas tranquilo y feliz...
para que comento si voy a escribir todo esto! un desastre de comentarista, saludos...
Está demostrado que no lo tienen. Pero hay que tener cuidado.
EliminarYo quería un mastín español pero por cuestiones de espacio no pudo ser.
Abrazos.
Qué bonita es, mi gato es negrooo, negroooo y se llama Ubuntu, voy a tener que ponerme a investigar.
ResponderEliminarCuídate mucho, abrazote utópico.-
¿Ubuntu? ¿negro? ¿Escipión el Africano no visitó León en la época romana? Tira de ese hilo.
EliminarAbrazos.
Muy bien. Seguro puede haber una parte III.
ResponderEliminarAsí como los perros se llaman Roberto o Atilio y los tipos se hacen llamar Kun o Lio.
Los gatos se deben llamar Micaela y las muchachas Michi
Abrazos!
Confirmado que hay una tercera parte.
ResponderEliminarHay personas que tienen el nombre más raro que muchas de nuestras mascotas.
Un saludo.